La Selección dispuesta a soñar en grande: dar la vuelta en el Maracaná

La Albiceleste no pudo con Colombia en los 90’ reglamentarios, pero en la definición por penales se apoyó en la figura de Emiliano Martínez. Ahora se viene Brasil, en la gran final del próximo sábado.

En el cuero argentino están aún visibles las heridas que dejaron las últimas finales perdidas y que quitaron el brillo merecedor a una generación dorada que pudo haber marcado una era de tiempos felices. Tal como aquella etapa gloriosa de la selección, que en el lapso de 15 años (desde 1978 a 1993) jugó tres finales mundialistas ganando dos, y levantando dos Copa América.

Allá a lo lejos está el Cabezón Ruggeri alzando en Ecuador la última Copa América, la del ‘93. Una imagen cada vez más difusa y que pierde nitidez con el infinito paso de tiempo. Aquí y ahora, fresca y radiante, está esta selección de Lionel Messi dispuesta a terminar de una vez por todas con el karma y completar el camino de la sanación.

En la penúltima estación hacia ese objetivo, Argentina gozó, después sufrió y finalmente festejó ante Colombia, a la que venció en los penales por 3-2 luego de igualar 1-1 en los 90 minutos, con una consagratoria actuación de Emiliano Martínez, el héroe de la semifinal al detener tres penales en la serie.

Fin de la historia. Emiliano Martínez le detiene el penal a Cardona y sella el pase argentino a la gran definición.

Argentina está en el fin del proceso de cicatrizar aquellas heridas y anoche tras vencer a Colombia, quedó en condiciones de iniciar una nueva era. El sábado ante Brasil y en el Maracaná, un templo que sabe de proezas ajenas, la Selección evocará a quien sea necesario (¿Diego estás ahí?) para que sus virtudes de buen equipo, fluyan en el tiempo y momento justos, y que las finales de cabezas gachas y miradas al piso se pierdan en un anecdótico mal recuerdo.

El equipo de Lionel Scaloni ha ido madurando junto con su entrenador, y en esta seguidilla de cinco partidos en el torneo, más los dos jugados por Eliminatorias, ha sabido entender momentos, aprender de los cambios y corregir cuestiones tácticas y estratégicas en un recorrido de menos a más, aunque anoche tuvo algunos retrocesos que ya se creían superados. De todas maneras, el rival juega y vaya sí lo hace bien este equipo de Reinaldo Rueda.

Anoche en Brasilia a la Selección le bastaron un puñado de minutos para que el genio de Messi deje su estela en el campo del Mané Garrincha. A los 4’ un slalom del crack terminó con un centro para Lautaro Martínez, quien cabeceó apenas desviado. Dos minutos después, Gio Lo Celso se sumó a la sociedad, encontró a Messi en el área y Leo, de media vuelta y con la marca de Yerri Mina encima, asistió a Lautaro que esta vez sí acertó al arco.

Luego del gol, en el juego de presiones, Colombia prevaleció y no dejó jugar cómodo al seleccionado albiceleste. no sólo lo empató, sino que preocupó y mucho a Scaloni.

Parecía que no era la noche de la Selección y en la previa de los penales, el partido olía demasiado a café. Pero fue allí donde Messi metió el primero, Dibu Martínez atajó el segundo y más allá del yerro de De Paul, el ‘1’ tapó los remates de Mina y Cardona y metió al equipo en la final.

Argentina tiene derecho a soñar. Hay equipo, sobra arquero y está Messi, que ha jugado una Copa en otro modo, distinta, con el liderazgo evidenciado como nunca dentro del grupo y sin importar siquiera el cansancio que le sacó piernas sobre el final de algunos partidos.

Messi, perseguido por Cuadrado, dos de las mejores figuras que entregó el partido en Brasilia.

A los 34 años es capaz de seguir enmascarando algunos errores de funcionamiento con su genio, y la importancia de su figura permanece vital para que Argentina siga siendo potencia en el plano futbolístico mundial
Aún no ha ganado nada con la Selección pero quizás el sábado en Rio de Janeiro, la alegría se cruce de vereda.


El resumen de la semifinal



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