La teoría del RAM sobrevuela el atentado cipoleño del 2010

Siete años y medio después de la muerte del barrendero José Maciel, aún no encontraron a los culpables. La ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich reflotó la hipótesis de la participación del grupo Resistencia Ancestral Mapuche.

La hipótesis de que el 13 de junio de 2010 José Maciel murió como consecuencia de un atentado terrorista vinculado a una agrupación mapuche extremista se barajó desde el primer momento. Incluso cuando la causa salió del fuero penal provincial identificaron a dos hermanos que podrían haber tenido relación con el hecho. Sin embargo cuando la Justicia Federal tomó intervención en la investigación poco se supo sobre los sospechosos y no hubo avances concretos. A siete años y medio del trágico homicidio, nada se sabe de sus autores.

En una conferencia de prensa a fines del año pasado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) fue responsable, entre otros, del atentado en Cipolletti el 13 de julio del 2010. El empleado municipal murió como consecuencia de la explosión de una bomba molotov en la Escuela de Suboficiales y Agentes de la escuela de Policía.

Bullrich habló ese día junto a los ministros de seguridad de Río Negro, Neuquén y Chubut y confirmó que la RAM se adjudicó, entre otros, el atentado que terminó con la vida de Maciel. Además adelantó la creación de un comando especial para combatirlos. Esa decisión podría ayudar a esclarecer un caso que parecía transitar a la impunidad a pesar de que todavía tiene varios años antes de que la causa se cierre definitivamente, lo que se archivó por ahora fue la investigación. Las declaraciones de Bullrich despertaron las esperanzas en la familia del barrendero.

En aquel momento la lucha contra el narcotráfico que encabezó el por entonces intendente Alberto Weretilneck –hoy gobernador– hicieron presumir que la colocación de la bomba tenía relación con los Montecino. La causa no tiene imputados, sospechosos y se desconoce cuáles son las líneas de investigación que llevó adelante la Justicia Federal. La poca información que se conoció públicamente fue la que aportó la defensora federal Gabriela Labat quien se constituyó en la figura de querellante a pedido de la familia. En una entrevista que Labat mantuvo con este diario en julio del 2014 y confirmó que se había hecho un mapa de posibles movimientos con entrecruzamientos telefónicos. “En principio, hubo dos posibilidades: la del narcotráfico y la pista chilena”, dijo en aquella oportunidad. Cuando la investigación se archivó por la inactividad de la fiscalía también se conocieron otras hipótesis infundadas (ver aparte). El 22 de mayo del 2015 el juez federal Jorge García Davini firmó el archivo de la causa. “Se que es muy difícil de entender (seguir buscando justicia) pero saber la verdad hace mucho para nosotros, para mí como hija. El dolor, pase lo que pase, lo voy a llevar siempre. Encontrar la verdad no se si me hará feliz, pero me hará sentir mucho mejor”, aseguró Mariana Maciel, hija de José, cuando se cumplieron siete años de su muerte.

Mariana junto a su familia recuerdan públicamente cada a año a su padre con una actividad. Si bien no pierde las esperanzas, sabe que conocer la verdad parece lejana. “Espero que algún día sepamos la verdad. No perdemos la esperanzas, pero sabemos que cada vez es más difícil saber quién puso la bomba”, expresó.

La hipótesis del atentado terrorista no necesitó demasiadas pistas, fue la agrupación chilena anarquista Liberación Total quien se adjudicó el ataque y dijo en internet que la muerte había sido un error y que el blanco era un policía. A pocos metros donde explotó la bomba que estaba en una bolsa, había otra. Las fuerzas de seguridad desactivaron una similar que había en una ventana de la empresa Telefónica sobre la calle Miguel Muñoz. Coincide, en este caso, el hecho de que el blanco del ataque fuera una multinacional como ya había ocurrido con la aérea LAN en Neuquén. A pesar de que todos los caminos apuntaban a la agrupación chilena nunca hubo indicios concretos que pudieran esclarecer el hecho.

Minutos después de la explosión, la policía desactivó otro artefacto colocado a pocas cuadras, frente a un local de la empresa Telefónica.

Hipótesis

Las dos hipótesis más fuertes fueron la de la agrupación chilena que se adjudicó el atentado y la del Clan Montecino. Sin embargo en el desarrollo de la investigación surgieron otras hipótesis más remotas. Hubo hasta una sospecha absurda de un atentado suicida por parte del propio barrendero. También se siguieron otras líneas de investigación como la posible conexión con el asesinato del policía neuquino José Aigo. Si bien la investigación se estableció la similitud entre las dos bombas usadas en Cipolletti y la detonada en Neuquén, donde un artefacto similar explotó el 3 de febrero de 2010 cerca de la oficina de la empresa LAN, no hubo pistas concretas. “Luego del análisis de la prueba reunida (…) no se advierte que se hayan acreditado elementos de convicción probatoria suficientes que ameriten continuar con la presente, ya que sin perjuicio se analizaron y siguieron diferentes hipótesis, siendo la de mayor claridad respecto a la autoría por parte de integrantes de grupos de ideología anarquista conformados por ciudadanos chilenos y argentinos, y otros de ciudadanía española y brasileña, no se puede atribuir fehacientemente que los indicados hayan sido los autores de los hechos investigados en autos”, dice la resolución que García Davini firmó en 2015.

Hace pocas semanas la ministra de Seguridad de la Nación dijo que el RAM era responsable de varios atentados, entre ellos el de Cipolletti.

La explosión que se llevó una vida en una fría noche invernal

El estruendo de la bomba se escuchó fuerte en la ciudad. Eran la 3 de la madrugada de una fría noche invernal. El silencio se cortó en seco cuando Maciel tocó la bolsa que había sobre la vereda de la Escuela de policías. Murió en el acto. El barrendero llevaba siete meses trabajando en esa zona. “Yo no podía creerlo, creía que no era verdad lo que estaban diciendo y hasta que no vi su cuerpo no pude creerlo”, recordó su hermana hace poco. Fue en la calle Fernández Oro, a escasos metros de Sáenz Peña, donde encontró una bolsa en la vereda que al manipularla, explotó. Horas después se desactivó una segunda bomba en la ventana de la empresa Telefónica.

Cuando la bomba explotó en la Escuela de policías el intendente Weretilneck no estaba en la ciudad. Pero regresó y conformó un comité de emergencias. El juez Gustavo Herrera fue uno de los primeros en hacerse cargo de las pesquisas. Pero Weretilneck insistió con que se trataba un ataque por parte de la familia Montecino. Para algunos investigadores era disparatado atribuirle semejante logística a un grupo que no acarreaba mas que algunas causas por droga, estafas con autos y abusos de armas. Fue la propia policía rionegrina a través del comisario Corradi quien desactivó la bomba en Telefónica y luego peritó la que explotó en la humanidad de Maciel. Se trataba de un sofisticado mecanismo compuesto por una garrafa, pólvora y un detonador cronometrado.

La sede de la escuela de policías y la Brigada de Investigaciones funcionaban en un edificio conjunto en la calle Fernández Oro, un sitio de fácil escape que en cuestión de minutos deja a cualquier automovilista en la Ruta 22.

El juez Herrera no se apartó en su totalidad de la hipótesis mapuche. Pero cuando se reanudó la actividad judicial después de la feria de invierno, aquel año, la fiscal rionegrina Silvana García –actualmente fiscal en Roca– pidió la incompetencia provincial y la investigación pasó al fuero federal con la hipótesis firme de que se trató de un atentado con uso de explosivo cuyo blanco había sido la Policía, aunque erróneamente esa noche Maciel manipuló la bolsa. La única policía que esa madrugada estaba de guardia en la brigada escuchó ruidos en los minutos previos a la detonación.

Pero no se animó a salir porque venia sufriendo episodios de violencia de género y creyó que se trataba de su ex pareja que buscaba molestarla.

Datos

Minutos después de la explosión, la policía desactivó otro artefacto colocado a pocas cuadras, frente a un local de la empresa Telefónica.
Hace pocas semanas la ministra de Seguridad de la Nación dijo que el RAM era responsable de varios atentados, entre ellos el de Cipolletti.

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