La transición energética requiere voluntad política

En estos tiempos, Vaca Muerta se puso de moda pero ¿se puede transformar en una amenaza para la transición energética hacia las renovables?

YPF realizó, entre 2012 y 2015, esfuerzos descomunales por atraer inversores como Chevron, Petronas y Dow para poner en marcha la extracción del petróleo y gas no convencional en la Argentina. Hoy este gigante es reconsiderado hasta por quienes lo denostaban.

Algunos sostienen que Vaca Muerta podría ayudar a recuperar el superávit en la balanza comercial. El secretario de Energía, Javier Iguacel, promete duplicar la producción de gas y petróleo en los próximos cinco años. No queda claro de qué manera estima alcanzar las inversiones necesarias para tamaño objetivo.

Mientras esto pasa, el viento sopla y el sol brilla ininterrumpidamente. Son fuentes inagotables de energía y, gracias a los avances tecnológicos, es posible generar energía de forma cada vez más eficiente.

La brecha entre el costo de generar electricidad a partir del sol y del viento y los combustibles fósiles se ha venido reduciendo. Los costos de la energía solar y eólica disminuyeron un 80% en la última década, aunque el lobby petrolero mundial no lo reconozca. El presidente de British Petroleum sinceró este año en Houston que nada da mejor rentabilidad que el petróleo y el gas, por lo cual – dejó entrever– no vale la pena perder tiempo con las renovables.

Si bien el 81% de la energía del mundo sigue proviniendo de los fósiles, las renovables lograrán reemplazar a las fuentes hidrocarburíferas de electricidad. En el mundo cada año se necesita más electricidad y la opinión pública quiere proteger al planeta del cambio climático.

Antes de lo pensado será posible almacenar las energías renovables en forma masiva y ello será un salto disruptivo. Pero faltan décadas (o años) para que eso ocurra y, mientras atravesamos por este período de transición, necesitaremos de todo, especialmente, del gas.

Son las políticas que se implementan las que harán que nuestro país pueda protagonizar la transición energética, atraer inversiones y lograr modificar su matriz energética. Y ello es lo que empezó a ocurrir a partir de las leyes 26.190 y 27.191 votadas por unanimidad en 2015. Allí se estableció un mandato de lograr que el 20% de la capacidad instalada provenga de fuentes renovables para el 2025.

El gobierno de Macri implementó la promoción del uso de energías renovables en la generación de electricidad dando origen al programa RenovAr y la firma de contratos a largo plazo en dólares (“PPAs”).

El gobierno ha lanzado en estos tres años de gestión tres rondas del programa en las que un total de 147 proyectos han resultado adjudicados por una potencia total de 4.466,5 MW. Pero la cuota de generación renovable sobre la demanda total equivale solo al 2% y podría ascender al 4% en 2019 y 10% en 2021. La Secretaría de Energía estima que para junio 2020 serán 5.460 MW de potencia instalada.

El hecho de que en cada ronda hubo más del doble de ofertas que las buscadas, demuestra que si el gobierno adoptara una política aún más activa, las inversiones serían mayores y se podrían hasta duplicar los pronósticos más optimistas. Sin embargo, este envión se está viendo frustrado por la falta de compromiso en el cumplimiento de los plazos, dificultades en el financiamiento, incumplimiento de incentivos y falta de inversiones públicas en infraestructura.

Es esencial que el compromiso renovable del gobierno, actual y futuro, no caiga y no incline en forma desproporcionada la balanza a favor de los hidrocarburos. No sólo porque lo quiera la opinión pública, sino porque la producción renovable genera empleo y conjuga sustentabilidad ambiental, económica y social.

Argentina tiene una gran oportunidad: dispone de uno de los mejores yacimientos no convencionales de gas del mundo y está bendecida con uno de los mejores vientos y exposición solar del planeta.

* Presidente de Luft Energía y socia del fondo Castlelake en el primer parque eólico puesto en producción de Renovar 1 . Fue Vicepresidenta de Asuntos Públicos de YPF entre 2012 y 2015.

“Las subas y bajas del barril de petróleo demostraron no ser el resultado de un fenómeno de mercado, sino de la decisión de gobiernos e intereses particulares. Lo mismo ocurrirá con las renovables”.

Energía Opinión

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“Las subas y bajas del barril de petróleo demostraron no ser el resultado de un fenómeno de mercado, sino de la decisión de gobiernos e intereses particulares. Lo mismo ocurrirá con las renovables”.

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