La venta de armas cayó un 5% en 2011 por la crisis

Además de los recortes en los presupuestos de defensa obedece al retiro de tropas de Afganistán e Irak, y a la imposición de sanciones contra Libia. Lo informó el Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI).

La industria armamentística global se está viendo afectada por los programas de ajuste en numerosos países, por lo que las ventas y servicios militares cayeron un cinco por ciento en 2011 frente al año anterior, según el informe hecho público hoy por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI). El volumen de ventas fue de 410.000 millones de dólares (307.000 millones de euros). El SIPRI analiza que la cifra es consecuencia no solamente de los recortes en los presupuestos de defensa, sino también de la retirada de Afganistán e Irak, así como de las sanciones temporales contra Libia. Pese a ello, en comparación con 2002 los investigadores constatan un aumento de un 51 por ciento en términos reales. El principal mercado en crecimiento en la industria armamentística fue el de las “ciberarmas”, según el SIPRI. Pese a todas las medidas de ahorro se siguieron destinando fondos para defenderse o lanzar ataques contra sistemas informáticos. El instituto subraya que es difícil establecer las cifras que se manejaron debido a que no hay una separación entre encargos civiles y militares en este área. La mayor empresa armamentística del mundo sigue siendo Lockheed Martin, en Estados Unidos, con una facturación en ese segmento de 36.300 millones de dólares, seguida de Boeing (EEUU) con 31.800 millones de dólares. En tercer lugar se ubicó la británica BAE Systems con 29.200 millones de dólares en 2011. El instituto no accedió a datos que le permitan establecer el tamaño de las compañías chinas. “Las empresas productoras de armas y de servicios militares han estado dando pasos para protegerse contra las medidas de austeridad”, afirma la experta en industria armamentística del SIPRI, Susan Jackson. “Las empresas están implementando estrategias que se acomoden a los cambios en la percepción de amenaza que ha habido desde septiembre de 2001, mientras tratan de mantener sus cuentas de resultados. Esto se ve en el tipo de adquisiciones hechas y en los sectores a los que se dirigen las empresas”,explica. Fuente DPA


La industria armamentística global se está viendo afectada por los programas de ajuste en numerosos países, por lo que las ventas y servicios militares cayeron un cinco por ciento en 2011 frente al año anterior, según el informe hecho público hoy por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI). El volumen de ventas fue de 410.000 millones de dólares (307.000 millones de euros). El SIPRI analiza que la cifra es consecuencia no solamente de los recortes en los presupuestos de defensa, sino también de la retirada de Afganistán e Irak, así como de las sanciones temporales contra Libia. Pese a ello, en comparación con 2002 los investigadores constatan un aumento de un 51 por ciento en términos reales. El principal mercado en crecimiento en la industria armamentística fue el de las “ciberarmas”, según el SIPRI. Pese a todas las medidas de ahorro se siguieron destinando fondos para defenderse o lanzar ataques contra sistemas informáticos. El instituto subraya que es difícil establecer las cifras que se manejaron debido a que no hay una separación entre encargos civiles y militares en este área. La mayor empresa armamentística del mundo sigue siendo Lockheed Martin, en Estados Unidos, con una facturación en ese segmento de 36.300 millones de dólares, seguida de Boeing (EEUU) con 31.800 millones de dólares. En tercer lugar se ubicó la británica BAE Systems con 29.200 millones de dólares en 2011. El instituto no accedió a datos que le permitan establecer el tamaño de las compañías chinas. “Las empresas productoras de armas y de servicios militares han estado dando pasos para protegerse contra las medidas de austeridad”, afirma la experta en industria armamentística del SIPRI, Susan Jackson. “Las empresas están implementando estrategias que se acomoden a los cambios en la percepción de amenaza que ha habido desde septiembre de 2001, mientras tratan de mantener sus cuentas de resultados. Esto se ve en el tipo de adquisiciones hechas y en los sectores a los que se dirigen las empresas”,explica. Fuente DPA

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