Las contradicciones rodean la desaparición del cadete

La última vez que lo vieron fue el 7 de agosto. Hacía dedo en Centenario. Tenía que presentarse en la escuela de cadetes de Sierra Grande. Curiosas contradicciones sobre su situación.

CENTENARIO (AN) y SIERRA GRANDE (Especial)- El misterio y las contradicciones rodean la desaparición de un cadete de la Policía de Río Negro. Desde el 7 de agosto nada se sabe de él, salvo que salió a la ruta en Centenario para hacer dedo y conseguir que un automovilista lo llevara hasta la escuela policial de Sierra Grande.

La familia que lo adoptó hizo la denuncia y empezaron las contradicciones. Por ejemplo, en Sierra Grande aseguran que era «un aspirante» que había ingresado a la escuela de suboficiales «el 20 de julio». Sin embargo, sus allegados informaron que estudiaba allí desde hacía cuatro meses. Y sus compañeros ubican su ingreso a la institución alrededor del 20 de junio.

También se informó que «debe estar en Santiago del Estero», donde nació. Pero los que lo conocen dicen que nada lo une con esa provincia.

Ante tantas informaciones que no coinciden, la familia que lo cobijó expresó su temor: «después de lo que le pasó a Carrasco estamos muy preocupados».

El soldado Omar Carrasco fue asesinado en 1994, cuando cumplía el servicio militar en Zapala.

El cadete desaparecido se llama Daniel Rauch, le dicen «Wilson», tiene 23 años y todos los que lo conocen coinciden en que «hablaba todo el tiempo de la policía, estaba entusiasmado y emocionado porque le iba bien».

El joven fue abandonado de chico y pasó buena parte de su infancia y adolescencia en un hogar de menores de Centenario. Después la familia Segura le abrió sus puertas como a un hijo más.

Rauch mide 1.75 metro de altura, es atlético, delgado, de tez blanca, cabello castaño y ojos verdosos.

A principios de mes, el cadete había regresado de Sierra Grande a Centenario. Necesitaba un certificado de nacimiento que consiguió en el CPEN 1, donde terminó el secundario.

El lunes 7 salió de regreso rumbo a Sierra Grande, donde se debía presentar el martes a las 6.30, momento en el que expiraba el permiso que le habían dado en la escuela de cadetes.

Hugo Segura informó a «Río Negro» que el único dinero que llevaba encima eran 20 pesos que le puso en un bolsillo de la campera «de prepo, porque no quería recibir nada».

Segura le abrió sus puertas al joven desde que se hizo amigo de su hijo, cuando ambos iban a la secundaria.

Rauch llevaba un bolso verde con dos mamelucos de la escuela policial y un buzo gris, con los emblemas e insignias.

«Lo llamé cinco o seis días después a Sierra Grande para avisarle que le iba a enviar una encomienda, porque lo ví un poco flojo de ropa», relató Segura.

Fue entonces que se enteró que «Wilson» no se había presentado. Le pareció raro porque ese miércoles debía rendir un examen. «Estuvo estudiando inclusive acá en casa», dijo Silvia, la mujer de Segura.

En Sierra Grande lo atendió el comisario inspector Aldo Gentili, jefe de la escuela, quien le dejó entrever que si no se presentaba lo iban a dar de baja. «Yo le dije que antes de eso, que averigüen dónde estaba, porque era su responsabilidad. El chico se iba para allá», aseguró.

Gentili dio otra versión cuando lo consultó este diario. Dijo que «al ver que no regresaba nos empezamos a preocupar», y aseguró que hizo una llamada a la comisaría Quinta de Centenario donde al día siguiente le informaron que el joven no estaba en la localidad.

Agregó que también lo rastrearon en Viedma, donde tiene familiares, sin resultados.

Segura dijo que el cadete planeaba viajar a dedo de Centenario a Neuquén, y en el puesto de tránsito de Cipolletti iba a solicitar que un auto lo trasladara hasta Sierra Grande.

Ayer, el jefe de la comisaría Quinta, comisario inspector José Quezada, dijo a este diario que «no sabemos si llegó a Neuquén».

Aquel 7 de agosto lo vieron parado en la ruta, a la salida de Centenario, y una hora después ya no estaba, por lo que presumieron que había conseguido alguien que lo llevara.

Entusiasmado con la carrera

CENTENARIO Y SIERRA GRANDE.- «Wilson ya tenía el nombramiento, porque le habían dado número de placa y todo. En octubre le iban a dar el diploma, porque me había pedido a mi si yo lo quería recibir», dijo Segura para despejar dudas respecto a un posible cambio de planes del cadete.

Sus declaraciones se contraponen con las del jefe de la escuela de suboficiales, Aldo Gentili, quien informó a este diario que Rauch «está como postulante, les llamamos así hasta que cumplan con la documentación».

De acuerdo con Segura, al joven lo ponía contento que pronto percibiría un sueldo fijo, «y dejaría de andar de casa en casa, como se crió».

Sus compañeros de estudio, en tanto, dijeron que es un chico normal. «Tenía muchas ganas de salir vestido de azul», aseguró uno de ellos, Cristian Cevey.

Otro de los cadetes que estudia en la escuela, consultado por este diario, señaló que «yo ingresé el 12 de junio y él habrá entrado una semana después». Las fechas se contradicen con las que manejan el jefe de la institución y los allegados al joven.

Segura descubrió a Rauch como «un joven respetuoso y educado». Jugó al fútbol en la Asociación Deportiva Centenario. (AN y especial).


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