Las lanchas del río Negro, taxis en el agua que perduran en el tiempo

Las pintorescas embarcaciones unen todos los días Viedma y Patagones. Son una opción para trabajadores y una vista distinta desde el agua.

Una mezcla de pintoresco paseo y un viaje de casa al trabajo y viceversa, representa el tradicional servicio de lanchas que unen a Viedma y Patagones cumpliendo las funciones de taxi sobre el río Negro, como si fuera un tercer puente para turistas y aquellos que no cuentan con vehículo o bien rehúsan de treparse a un colectivo.

Para unas 250 personas que van y vienen entre ambas ciudades constituye un sistema de transporte similar al de los colectivos en tierra, pero algo distinto.

En días de viento, merece que los pasajeros le presten atención adonde están subidos, y en momentos de cielo límpido, no faltan aquellos que puedan divisar cómo saltan las carpas en el agua, y los más privilegiados se convierten en mudos testigos de la dentellada de un lobo marino sobre un pez de la mencionada especie, que ha inundado gran parte del curso de agua en detrimento de las truchas.

En la actualidad, sólo dos patrones (conductores) persisten en mantener esta atractiva costumbre, y también como vecinos de ambas orillas conocen a una buena parte de los pasajeros. Cuando aparece un ciclista, les hacen el favor de transportarles la bicicleta en el techo de la embarcación.

Pasan muchas horas a bordo, y las lanchas son para ellos mucho más que un medio de vida, porque saben que son parte de este primordial encuentro de numerosas personas con un fascinante paisaje.

“Hay gente (principalmente turistas) que van y vienen para hacer el cruce” en el momento, y se muestran contentos (por el viaje), pero además para mí, es un medio de vida”, cuenta Ceferino Lucero, quien comparte el servicio con Claudio Soberón.

Ambos, son los únicos dos privilegiados que completan el recorrido sobre una decena de prestadores de años anteriores, en virtud de que este medio de transporte fluvial ya no genera tanta rentabilidad.

Ceferino revela: “Sacás (ingresos) para un sueldo” porque la inversión es alta, y las exigencias de seguridad son numerosas, como el cambio de motor a fuera de bordo con costosos controles mediante.

Su colega Claudio toma esta actividad como su principal fuente de ingresos, porque “yo no tenía trabajo, y tuve que aprender esto de cero” y como alternativa “ofrecemos viajes a contingentes desde el puente Basilio Villarino y el Ferrocarretero, tratando de no caer en la competencia con el catamarán Currú Leuvú” que hace recorridas como excursión.

La seducción del río

Un patrón y los pasajeros en uno de los tantos viajes del día.
Marcelo Ochoa

El cruce dura unos tres minutos

Datos

Mario Corsino vende panificados en las oficinas de Viedma, y utiliza el servicio en forma diaria porque vive cerca del centro de Patagones. “La ‘lanchita’ es lo mejor, y el paseo está bueno”, asevera.
Melisa González (estudiante) destaca la excelencia de la prestación, y “todos son muy amables y atentos, aunque están todo el tiempo trabajando, lo cual yo no haría en mi vida”.
Resalta que utilizar este medio de transporte fluvial implica otras gratificaciones como disfrutar del paisaje, los amaneceres y las noches “en un viaje ‘superrápido’, y más barato que el colectivo (20 pesos).
El trayecto entre los muelles de Viedma y Patagones se realiza en tres minutos, y con espacio de 15. Las lanchas con capacidad para entre 17 y 18 pasajeros funcionan de lunes a viernes de 7 a 20, los sábados y feriados de 10 a 20 y los domingos de 15 a 20. En la red social Facebook del servicio de lanchas Viedma-Patagones se anuncia cuando el servicio se corta por mal tiempo.

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