Las residencias como una forma de compartir el arte

El proyecto Manta funciona en San Martín de los Andes. La sede es una casa-taller preparada para recibir a artistas que quieran investigar y desarrollar proyectos. La mayoría están ligados con las artes visuales. Se anotan más de 100 personas por convocatoria.

“Manta surgió en 2013 cuando volví a San Martín desde Buenos Aires y un poco la idea era empezar a traer artistas de otros lugares, con el miedo y la incertidumbre de pensar que por vivir en un lugar tan chico y tan alejado, ya no iba a tener tanto contacto con los artistas que viven en la ciudad. Pero por suerte eso no fue así y terminé conociendo más gente viviendo en San Martín que en Buenos Aires”, comenzó contando Suyai Otaño sobre Manta el proyecto que gestiona junto a Carolina Arias.

Y agregó: “Siempre había tenido la idea de generar un proyecto más de agite para activar la escena de San Martín, de Neuquén y lo primero que surgió fue la idea de las residencias. La idea nuestra es generar vínculos y contactos, sobre todo de trabajo y de amistad”.

Lo cierto es que Manta se plantea como un ámbito para el cruce de experiencias donde conviven artistas, docentes, gestores e investigadores, ofreciéndole el espacio y los medios para la producción de proyectos artísticos desarrollados durante un período entre una y dos semanas.

“Cada vez que vienen artistas de afuera, lo que tratamos de hacer es vincularlos con artistas de San Martín y ahí empiezan a trabajar y a articular diferentes proyectos en conjunto”, resaltó .

Se realizan convocatorias todos los años y son abiertas a personas de todas las disciplinas y nacionalidades sin restricción de edad.

“Siempre se anota muchísima gente entonces hacemos una lista de espera y cuando tenemos espacios libres vamos invitando y vamos armando residencias”, contó Otaño.

Y puntualizó: “En cada convocatoria se anotan entre 100 y 200 artistas. De esos seleccionamos 3 o 4, por eso hacemos lista de espera y a medida que vamos consiguiendo financiamiento o armamos otras actividades los vamos tratando de incluir”.

Manta funciona en una casa-taller ubicada junto al Arroyo Pocahullo, en el centro de San Martín de los Andes, de abril a noviembre.

“La casa está preparada para recibir a cuatro artistas. Tiene tres pisos. En el de abajo un estudio chiquito para trabajo de investigación, después la planta del medio tiene el living comedor y cocina y en la planta alta dos dormitorios”, detalló Suyai sobre el lugar.

¿Quiénes apoyan a Manta?

El proyecto Manta ha sido becado tres años consecutivos con la Beca Fondo Nacional de las Artes (FNA). En el 2015 por el Fondo de Desarrollo Cultural del ministerio de Nación y en el 2016 por Iberescena, subsidios de los Estados Iberoamericanos.

También han contado con el apoyo de la subsecretaría de Cultura de Neuquén, del Centro Federa de Inversiones, del ministerio de Cultura de Nación, de la subsecretaria de Cultura de San Martín de los Andes y de la legislatura de Neuquén, entre otros.

El financiamiento se utiliza para gastos de viaje y, sobre todo, para la realización de cursos, charlas y talleres con profesores de otros lugares.

Casa Manta: la residencia artística como experiencia


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