Lawfare y Gestapo


Norberto Bobbio, filósofo italiano.

En Argentina existe desde hace tiempo una disputa casi teológica sobre el significado de la palabra lawfare. Es una palabra inglesa que podría traducirse como “guerra jurídica” y se emplea para referirse al uso de los tribunales de justicia para dirimir conflictos políticos armando causas judiciales para encarcelar o desprestigiar a los adversarios. Según una reciente declaración del Foro de Periodismo Argentino (Fopea) -por citar una organización no partidista- el lawfare es “una teoría disparatada”.

En cambio la palabra Gestapo -que literalmente es una contracción de las siglas Geheime Staatspolizei (Policía Secreta del Estado)- parece haber tenido mejor fortuna y hoy se utiliza a uno y otro lado de la grieta sin mayores problemas. El diario La Nación la utilizó por primera vez en un editorial del 22 de enero de 2017 para denunciar que los servicios de espionaje en Argentina, más que proveer al Presidente de información para garantizar la seguridad, han servido para la persecución de dirigentes políticos, magistrados, periodistas, empresarios o líderes religiosos, en “una función más parecida a la de una Gestapo que a la de un organismo de inteligencia” (1). La Nación publicó también varias notas del periodista Carlos Pagni referidas al espionaje. En la del 2 de abril de 2017, bajo el título de “El pestilente círculo negro del espionaje”, se denunciaba que “personas instaladas en las entrañas del poder, utilizan fondos e instrumentos asignados por el Estado para perseguir o extorsionar, fuera de cualquier marco legal” (2).

Por su parte, Hugo Alconada Mon, otro connotado periodista de La Nación, en La raíz de todos los males, publicado en el año 2018, relata diversos métodos operativos de los servicios de informaciones del Estado para armar causas falsas que permitan autorizar las intercepciones de las comunicaciones telefónicas. Añade que “tampoco resultan tranquilizadores los motivos que esgrimió el presidente Mauricio Macri para nombrar a Gustavo Arribas al frente de la AFI: «Yo pensé de todos mis amigos, ¿cuál era el más vivo, el más desconfiado, el más acostumbrado a toda esa cosa de las trampas?».

De modo que sobre la existencia de un uso abusivo de los servicios de inteligencia del Estado durante el gobierno de Macri parece no existir dudas. Algunos lo disculpan con el argumento de que “todos lo hacen” pero es una falacia inconsistente, porque si se aplicara de forma igualitaria a todo el mundo habría que cerrar las cárceles.

La polémica queda por lo tanto ceñida a saber si con la información recogida por la “Gestapo” criolla se escaló un peldaño y también se utilizó para armar expedientes judiciales contra los considerados “enemigos políticos”. Hay muchos indicios que apuntan a que este fue el caso. No solo el reciente video de la reunión celebrada en las oficinas del Banco Provincia sino también la cantidad de causas judiciales urdidas por los jueces federales de Comodoro Py que han terminado en anulaciones y sobreseimientos.

Como afortunadamente en Argentina hay decenas de miles de personas que han venido proclamando sus ideales republicanos, es de esperar que lo que ha permanecido oculto no vuelva ocultarse por segunda vez. Así lo reclamaba el filósofo italiano Norberto Bobbio, un crítico del sottogoverno, para quien el verdadero cierre de filas debe hacerse detrás de la defensa del Estado de Derecho y de las instituciones democráticas.

1) (https://www.lanacion.com.ar/opinion/un-submundo-sin-controles-donde-reina-la-extorsion-nid1977953/)

2) https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-pestilente-circulo-negro-del-espionaje-nid2003025/

* Abogado


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