Letalidad covid en el Alto Valle: los puntos más críticos y un análisis de las cifras

Los contagios bajan desde hace algunas semanas, pero la tasa de letalidad marca una leve suba en Río Negro.

Las cifras oficiales del Ministerio de Salud provincial (del 7 de julio) dejan ver que Allen y Mainqué son las localidades -del Alto Valle de Río Negro- que registran la tasa de letalidad por covid-19 más elevada. Ese índice es mayor al 4,4% en los dos casos y supera la media provincial que es del 2,38%.

Mainqué reportó trece muertes por covid en lo que va de la pandemia, lo que hace que su tasa de letalidad sea del 4,8% en relación a la cantidad de infectados. Allen registra un 4,46% de letalidad con 130 decesos por esta enfermedad hasta el 7 de julio. En Roca, con casi el triple de infectados que en Allen hubo 145 muertes. Cipolletti es la ciudad con más fallecidos por covid, pero su tasa de letalidad es similar a la de la provincia (2,54%).

Si se analizan esas cifras en términos cuantitativos se podría decir que en esas dos ciudades con estadísticas más altas, cuatro de cada 100 casos confirmados fallece. Pero la realidad es más compleja.

LA COMUNA dialogó con el director del hospital Ernesto Accame de Allen, uno de los lugares con porcentajes más altos, donde los trabajadores sanitarios enfrentan día a día el gran desafío de salvar vidas.

“Las estadísticas son números, cada muerte para nosotros es una persona, vecino, familiar, amigo, compañero, que no salió”, dijo Sebastián Wilde, el actual director de ese hospital. “Hablar de muertes implica hablar de vecinos fallecidos en soledad y la mayoría de las veces en una terapia”, agregó. En este sentido, Wilde comentó que están en proceso de análisis de la situación actual, pero que es “difícil” establecer una causal y una comparación sobre la tasa de letalidad, entre localidades.

Con respecto a la mortalidad, dijo que las variables a evaluar son diversas.

Por un lado, incide la edad del paciente y sus comorbilidades; y por otro lado el acceso a la atención, tiempo y forma de ingreso. En el caso particular de los pacientes críticos, una variable es “cuánto tiempo tardó en conseguirse una cama”, dijo y aseguró que esta evaluación aún no fue realizada.

“Las personas no mueren por covid sino por todo lo que provoca y desencadena: síndrome de distress agudo respiratorio a partir de neumonía, sobreinfección bacteriana, trombosis y micro infartos pulmonares y luego todas las complicaciones que pueden culminar en muerte por los tiempos de internación y a su vez por reagudización de patologías crónicas”, explicó el profesional.

Comentó que la mayoría de los pacientes con covid fallecieron en los distintos centros asistenciales del valle, tanto de Neuquén como de Río Negro y en su mayoría murió en las terapias intensivas pero otros en post terapia y un porcentaje en salas de clínica.

En estos casos, pudo haber sido “por falta de UTI o por una evolución a fin de vida digno y no encarnizamiento terapéutico en pacientes con mal estatus performance”, explicó.

En el caso de la terapia montada en Allen en la primera ola y reabierta en la segunda ola, dijo que por el momento es “una terapia de contingencia” creada por una necesidad de pandemia y con los recursos abocados a la patología generada por el covid. “Están los recursos para sostener siete camas”, respondió el médico cirujano a cargo del hospital.

Por otro lado, aseguró que en lo que va de la pandemia desde su hospital “se trabaja y se trabajó en generar una atención precoz, de esperar a que la vacuna hiciera efecto y que la inmunización sea lo más amplia posible, se trató de derivar a terapias en la medida que el sistema permitió. Nadie quiere contar ni ver muertes. No salimos a buscar eso. Se trata de sostener y ayudar en todo lo que se puede y muchas veces eso no alcanza” , concluyó a este medio.

La particularidad de Allen es que solo cuenta con el hospital público como centro asistencial. Se encarga de la atención y emergencias médicas de todos los habitantes y por eso “se vio y se va a ver saturado”.

“Todo debe ser resuelto por el hospital, lo covid y lo no covid, la urgencia en ambulancia y lo respiratorio. No hay más que el hospital y ha estado con una tarea sin parar desde el inicio”, postuló.

Otra fuente consultada del ámbito sanitario, analizó la situación particular de Allen con el surgimiento y recorrido de un servicio de terapia intensiva que no existía y se montó en tiempo récord.

Para la especialista, el seguimiento de pacientes críticos covid requiere de “recurso humano altamente calificado” y de un “equipo de trabajo sólido”, con continuidad temporal. Y no todo eso estuvo desde la apertura de esta “terapia de contingencia” en el pico de la primera ola de covid.

La fuente consultada dijo que si bien hubo un avance respecto al año pasado con personal y más recursos; aún hay falencias sobre todo en lo que respecta a “recurso humano calificado”, lo que puede incidir en la calidad de atención y en los resultados.

“Lo que no se pudo hacer es una continuidad en el tiempo. El año pasado después de la primera ola hubo una discontinuidad de la terapia”, aseguró, ya que dejó de funcionar y se reabrió repentinamente en la segunda ola ante el crecimiento de la demanda.

A su vez, LA COMUNA intentó dialogar con directores de otros hospitales como Roca y Regina pero no hubo respuesta.

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La saturación no cesa en las terapias: ocupación al 100%

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Al cierre de la semana pasada, el 100 % de las trece camas de terapia intensiva del hospital Francisco López Lima estaban ocupadas. El panorama era complejo, ya que en la guardia central, había un paciente con respirador al que le buscaban una cama ya que no había lugar para internarlo, según confirmaron fuentes hospitalarias.

Desde el Hospital López Lima, aseguran que si bien hubo una baja en la cantidad de casos y la situación epidemiológica es más estable hace algunas semanas, la demanda en terapia intensiva por pacientes covid sigue alta y constantemente agota la capacidad de respuesta.

“La saturación siempre estuvo presente en las UTI, las 13 camas en promedio siempre estuvieron ocupadas”, aseguró Dardo Roldán, jefe del Departamento de Enfermería del hospital. Agregó que el panorama es distinto en las salas de internación comunes, donde hay una tasa de ocupación del 75% promedio (de 64 camas).

“La cantidad de pacientes con covid moderado es bajo, pero en terapia es alto y por eso se habilitó la UTI de Allen, porque Roca no daba abasto”, aseguró Roldán.

En Clínica Médica, el número de covid es bajo ya que son unos quince casos en total. El resto son pacientes con otras patologías.

Por otro lado, reafirmó que los internados en cuidados críticos, son menores este año a lo que eran el año pasado. “Esto tiene mucho que ver con la campaña de vacunación covid”, dijo ya que influyó “muchísimo” en la baja de cuadros graves en personas mayores de 60. “Los síntomas son mucho mas leves de lo que serían sin la vacuna”, sostuvo.

En el caso de pacientes leves, actualmente en Roca hay unos 150 casos de pacientes con internación domiciliaria, cursando la enfermedad con síntomas leves, cifra que también disminuyó sustancialmente en relación al mes de mayo.