Levantaron su tienda de telas de entre las cenizas

Ana y su hija Zahira pusieron hace dos años su local en Roca, pero el fuego casi lo destruye. Con esfuerzo y la solidaridad de la gente lograron ponerse de pie.

Ana García mide con una regla de madera y corta con cuidado la tela que le pidió su clienta. Una sonrisa grande se refleja en su rostro mientras guarda la mercadería en una bolsa.
La dueña de la tienda de Roca, ubicada en la calle Italia, entre 9 de Julio y Tucumán está de vuelta en el negocio, luego de que un incendio casi destruyera su local.
Las llamas intentaron consumir ese proyecto que comenzó hace dos años con su hija Zahira pero la lucha de ambas fue mucho más fuerte.

El 11 de agosto fue el día del siniestro que angustió sus vidas. Pasadas las 13, cuando ya habían cerrado, fueron a comprar al supermercado que está a una cuadra y les avisaron que su local se estaba prendiendo fuego.
“Todavía los peritos no nos dieron información sobre cómo arrancó el incendio, pero creemos que fue dónde está térmica de la luz”, contó Anita.
Sin embargo, la Municipalidad “hizo una inspección y encontró todo perfecto”, señaló.

Junto a su hija intentaron ingresar al local para usar el extintor, pero el personal policial que ya se encontraba en el lugar no se los permitió por temor a sufrieran alguna lesión.
Las telas de la vidriera fueron consumidas por las altas temperaturas. Eran costosos rollos de piel sintética.
Además, la combustión afectó al resto de la mercadería que quedó machada con hollín.

Cuando los vecinos intentaron apagar el incendio con baldes llenos de agua, explotaron los vidrios y uno de los cristales que fue expulsado le cortó la pierna Anita.
El novio de Zahira, Franco Nicoloso, rápidamente se sacó la remera, la rompió y le hizo un torniquete en la pierna. Después fue corriendo en busca de su auto y la llevó a la Sanatorio Juan XXIII, donde le realizaron 18 puntos.

El incendio ocurrió el 11 de agosto y quemó varios rollos.

Madre e hija habían levantado desde abajo aquella tienda. Anita se había independizado luego de trabajar durante siete años en otro local histórico de la ciudad y muchas clientes la habían seguido.
El incendio había puesto a prueba la perseverancia de estas mujeres que no esperaban una desgracia como esta y que tampoco contaban con un seguro, señalaron a Río Negro.

Mientras la comerciante de 52 años se esforzaba por recuperarse en su lesión, su hija Zahira tomó la dirección del negocio y a la semana volvieron abrir en un local al lado del primer establecimiento.
“El amor que le tengo a mi mamá me motivó a ayudarla y seguimos para adelante, venimos de abajo, lo que tenemos lo estamos cuidando”, expresó la joven de 20 años que estudia administración de empresas.

Junto a su novio Franco y a una amiga de su madre, Patricia Cayul, regresaron al rubro. “A Patricia la conocí desde que llegué a Roca, es sencilla y humilde, le pedí que se quedara conmigo en el negocio, esto es como un grupo familiar, estamos trabajando y poniéndole el pecho a las balas”, destacó Anita.
También los vecinos y comerciantes cuando se enteraron del incendio se solidarizaron con ella e incluso una mujer a la que le había confeccionado el vestido de novia hacía unos años organizó una rifa con la juntaron una buena suma de dinero.

Anita y su hija Zahira están muy entusiasmadas con el regreso. Foto Juan Thomes.

La comerciante tiene otra hija en Mendoza que estuvo a su lado durante esta crisis. “Sabía que mis hijas eran buenas, pero me demostraron qué son lo mejor de la vida”, aseguró orgullosa.
A los pocos días decidieron donar la tela que no se podía vender porque estaba un poco manchada a los perritos callejeros. Para esto se contactaron con organizaciones proteccionistas.
Además, hicieron descuentos a algunas clientas y regalaron mercadería que tenía bordes quemados.

Lo que siguió fue la etapa de la refacción de la primera tienda. Hasta los amigos de sus hijas y en especial Franco y su amiga Patricia ayudaron a limpiar y sacar los escombros. Se cambió todo el cableado y un delicado trabajo de pintura borró las huellas que había dejado el humo en las paredes.
Finalmente, el lunes 11 de octubre volvieron a reinaugurar el Almacén de Telas.
“Muchas gracias a todas las personas que nos ayudaron, sin ellas no podríamos habernos levantado”, expresó emocionada Zahira.


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