Lilian Clarke enhebra recuerdos en cuentos

“Hebras... sólo hebras” es el libro de cuentos y poesías que acaba de publicar Lilian Clarke, madre del músico Gustavo Cerati. Dibujos de su nieta Guadalupe acompañan los textos.

Literatura

“Este libro es una necesidad de recuerdos, de ordenarlos”, dice Lilian Clarke, madre del emblemático Gustavo Cerati, fallecido el año último, al hablar de “Hebras… sólo hebras”, una selección de cuentos y poemas que comenzó a escribir hace cerca de 60 años, por gusto y en la intimidad de su hogar, que hoy salen a la luz, ilustrados por su nieta Guadalupe Mujica.

El libro publicado por el sello Planeta fue confeccionado desde lo emotivo, un paciente trabajo en conjunto que encararon las mujeres Cerati, Estela y Laura, hijas de Lilian, y que, a sus 85 años, alentaron sus nietos Guadalupe, Julián, Valentín, Lisa y Benito.

Se trata de 58 cuentos cortos y poemas que comenzó a escribir hace seis décadas. El más antiguo que recupera esta edición es de 1957, relatos de momentos decisivos, fotos de vínculos que “seguramente reflejan nuestra historia”, dice Clarke a Télam en su casa de Villa Ortúzar.

Sobre el chusmerío escabroso, la vejez y la posibilidad de torcer el rumbo cuando sea; animales que hablan como en las fábulas, seres mitológicos que recrean viejos tabúes de la oralidad fantástica irlandesa; voces de tango, orquestas de señoritas, bailarinas de streaptease; crisis de edad y cuentas pendientes son alguna cuestiones que aborda Clarke.

El volumen “está especialmente dedicado a Gustavo y a los fans, que siguen siendo tan generosos con él, lo recuerdan con tanto afecto y admiración que es sanador”, indica Lilian, apoltronada en el sillón del living donde pasaban los domingos familiares, o donde el popular músico, entonces veinteañero, ‘robaba’ libros o recibía amigos mientras pergeñaba Soda Stereo.

Los textos “fueron seleccionados entre todos, los nietos y mis hijas, una elección muy emocional pero también con picardía, por eso el libro abre con el cuento ‘La griega del antro’, ya con ese nombre te dice que esta viejita no escribe cosas muy dulces, es picante”, advierte la autora, acompañada por su nieta Guadalupe, la nena que en 1992 aparecía en el video “Vuelta por el universo”, hoy artista plástica, diseñadora de indumentaria y vestuarista de Zero Kill, la banda de su primo Benito.

Lilian cuenta que desde que falleció su esposo ese mismo año empezó a “escribir con más intensidad, para cubrir ese hueco tan duro”. Pero “imaginar historias fue una pasión mía desde muy jovencita -asegura-, escribir me significaba un espacio de creatividad y siempre he sido muy libre mentalmente, aunque como parte de una generación en la cual la mujer estaba muy relegada, no me largué a mostrar hasta ahora”.

Criada en General Alvear, “un pueblo pequeño de la provincia de Buenos Aires, que ni calles asfaltadas tenía, estaba muy ceñida pero tenía mucho para decir, como si todo me diera curiosidad y sin pudores”.

“Hice mucho teatro de jovencita, tengo alma artística. Siempre digo que erré la profesión, fue mayor el mandato familiar y dejé mis ambiciones personales por eso. Era muy común entonces, pero si algo bendigo es no estar atada a la edad, soy como una niña vieja. Es la influencia de todos los nuevos que vienen, de las generaciones jóvenes”, afirma.

De hecho, comenzó la universidad después de los 40: “Cuando me di cuenta de que mis hijos me estaban sobrepasando, adolescentes que ya no podía entender me recibí de licenciada en Ciencias de la Educación. Hice los cinco-seis años de carrera de corrido y volví a hablar de par y par con ellos”.

“Mi hijo Gustavo a Guadalupe la idolatraba, me acuerdo cuando iban a la terraza juntos. A tomar sol. Era la primera sobrina, entonces él la adoraba. Ella fue muy pegota. Yo los oía charlar, se mataban de risa”.

“El me influenció muchísimo -acota Guadalupe- Si ella tiene humor-, Gustavo más. Gracias a él tengo videos desde muy chiquita, cuando apenas hablaba. Y como se iba de gira y traía cámaras, le agradezco mis recuerdos increíbles”, sonríe esta treinteañera de flequillo y pelo larguísimo, entre rojizo y rosado.

“Mi fascinación con el Universo, lo astrológico y astronómico es gracias a él -repasa Guadalupe-. Tengo un recuerdo de cuando era muy chica, hablando de dónde descendía el humano dijo una frase que me impactó mucho: que veníamos de las estrellas”.

“A partir de ahí el Universo es mi fascinación más grande, está en su música y en mi trabajo”, concluye la joven artista. (Télam).


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