Liverpool bajo fuego: 80 años del nacimiento de John Lennon

El 9 de octubre de 1940, nacía en plena guerra mundial el músico que luego sería parte de la banda más importante del siglo XX.

1940 fue un año trágico para el mundo, pero más aún lo fue para Inglaterra. Sumergida en las profundidades de la Segunda Guerra Mundial, Europa se desangraba bajo el fuego nazi. Alemania pasaba por su mejor momento, se expandía a gusto y arrasaba con todo lo que se proponía.


En mayo habían ocurrido los sucesos de Dunkirk, en la costa norte francesa, y en junio París cae a manos alemanas. Para entonces, hay guerras e invasiones en casi todo el mundo.
Instalados en Francia y con el dominio asegurado de decenas de puntos estratégicos de Europa, los nazis planearon su golpe más grande hasta entonces: la invasión de Gran Bretaña, ahora bajo el mando de un veterano dirigente, Winston Churchill.

John Lennon, junto a si madre Julia Stanley.


Para ello, organizaron la Operación León Marino. Pero antes, dado el poderío de la flota británica, Hitler decidió destruir Inglaterra desde el aire. Se desató así lo que se dio en llamar la Batalla de Inglaterra: una sucesión de combates aéreos librados en cielo británico y sobre el canal de la Mancha, entre julio y octubre de 1940, tristemente célebre por haber sido la primera batalla enteramente disputada en el aire y fue devastadora sobre todo para Londres.

El futuro beatle se crió con su tía Mimi.


Sobre todo para Londres, sí pero no exclusivamente. También Birmingham, Bristol, Plymouth y Liverpool sufrieron el no menos triste y célebre Blitz, como se llamó al bombardeo sostenido de parte de Alemania cada día entre septiembre de 1940 y mayo de 1941. Y fue en uno de esos días del Blitz que nació John Winston Lennon, un 9 de octubre de 1940, en el Hospital Materno de Liverpool. Aunque, según parece, ese día no hubo bombas sobre Liverpool.


Hijo de Julia Stanley y de Alfred Lennon, el futuro beatle fue bautizado con los nombres de su abuelo paterno y el del por entonces flamante primer ministro inglés Winston Churchill, quien semanas antes le había pedido al pueblo británico “sangre, sudor y lágrimas” para resistir la bestialidad nazi.
Su padre, un marino mercante, estuvo ausente ese día y casi todos los días en la vida de John. Alfred apareció por primera vez en su vida a los tres años, para desaparecer nuevamente, entre otras razones porque fue encarcelado acusado de ser un “ausente sin permiso”, no de su hogar, claro, sino del ejército inglés. Básicamente, era un desertor.


Salió a los seis meses y pretendió hacerse cargo de su familia, pero Julia lo rechazó. Para entonces, la madre John ya salía con otro hombre, el soldado “Bobby” Dykins, quien será su compañero durante el resto de su breve vida -pues moriría atropellada en 1958 a los 44 años- y del que quedaría embarazada. La medio hermana de John fue dada en adopción por presiones de la familia Stanley. El pequeño John, en cambio, fue dado en custodio cuando tenía cinco años a una hermana de su madre, la tía Mimi.


«Julia», la canción de Los Beatles compuesta por John Lennon dedicada a su madre.


A mediados de 1946, Alfred Lennon reapareció en la vida de su hijo con la intención secreta de llevárselo con él a Nueva Zelanda. Julia lo supo y lo impidió acordando su tenencia a pesar de que seguiría viviendo con la tía Mimí. Durante esos años y hasta mediados de los 50, Julia visitó con frecuencia a su hijo hasta que, a sus 11 años, John comenzó a ir él a visitar a su madre con el fin de restablecer el vínculo, que sucedió a través de la música.
Julia apoyó la vocación musical de su hijo como nadie lo hizo en ese tiempo: compartió sus discos de Elvis Presley y Fats Domino; le enseñó a tocar el banjo; y, poco antes del accidente que le quitó la vida, le regaló a su hijo su primera guitarra, una Gallotone acústica, con la condición de que la dejara en su casa y no en la de la tía Mimí, quien al parecer no apoyaba la vocación artística de su sobrino.


«Mother», otra de las canciones de John Lennon dedicadas a su madre.


En los 50, la Liverpool de posguerra era una ciudad portuaria en ruinas, decadente y sin futuro para sus hijos, quienes, como sucederá en los siguientes veinte años, tenían dos opciones para escaparle a una penosa vida obrera: la música o el fútbol. Lennon eligió la música.
Tan creativo como mal alumno, pasó su adolescencia escuchando discos de Little Richard, Chuck Berry, Ray Charles y Buddy Holly. Convertido en un teddy boy, la pandilla juvenil por demás violenta que vestía al modo eduardiano y que caracterizó a la muchachada inglesa de posguerra, en 1956 conoció a un muchacho que, como él, se la pasaba escuchando discos y tocando la guitarra. Era un tal Paul McCartney, con quien formó su primer grupo, The Quarrymen. Pero esa ya es otra historia.


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