Loma de la Lata pierde presión por «desgaste»

Repsol invertirá 150 millones de dólares para recuperar la capacidad.

NEUQUEN (AN).- Loma de la Lata, el principal yacimiento gasífero de la provincia y uno de los gigantes de Latinoamérica, está entrando en su madurez, y por eso pierde fuerza. La presión del gas en su interior comenzó a disminuir de forma progresiva en los últimos años y la extracción cada vez le demanda mayores costos a Repsol YPF.

Así se desprende de las previsiones realizadas por la firma española para el futuro inmediato en materia de producción en la cuenca neuquina, que fueron reveladas el martes a la prensa por Jorge Borrelli y Jorge Hechem, directivos de la Unidad Económica Loma de la Lata.

A partir de 2007, Repsol YPF prevé dejar de obtener la mayor parte del fluido en una escala de presión media como ocurre en la actualidad para empezar a recibirlo con presión baja. La causa: el «desgaste natural» producido por la explotación.

Ante esta alteración en la potencia, la empresa comenzó a invertir cerca de 100 millones de dólares en más de medio centenar de compresores en distintas plantas para inyectar el gas en los gasoductos con la presión adecuada.

La primera etapa de la «repotenciación» del y acimiento arrancó hace cinco años, continuó en los últimos dos con la puesta en marcha de la segunda y finalizará en 2007 cuando culmine la tercera etapa. Para esa fecha, la firma tendrá instalados 67 compresores entre nuevos y reformados.

En paralelo con la pérdida de presión, Repsol implementó un plan de exploración gasífera para 2005-2009 que demandará una inversión de 150 millones de dólares y permitirá perforar 31 pozos nuevos. Con esta iniciativa, también salió a refutar cuestionamientos de funcionarios provinciales días atrás sobre la falta de exploración en la cuenca neuquina.

Desde Loma de la Lata, yacimiento que Repsol-YPF tiene en concesión hasta 2027, se abastecen los gasoductos Centro Oeste y Neuba I y II (todos van hacia distintos puntos del país) y el Pacífico (hacia el sur de Chile). El gas debe ser inyectado con una presión de 70 kilogramos por centímetro cuadrado.

El yacimiento, originalmente, operaba con una presión alta que oscilaba entre los 90 y 100 kilogramos por centímetro cuadrado según revelaron fuentes del sector energético a «Río Negro».

En este caso, debía realizarse el proceso contrario, que consistía en bajar la presión. Hoy el panorama es muy distinto: el 60% de la presión es media (entre 40 y 70 kilogramos por centímetro cuadrado) y el 40% restante es baja (entre 15 y 40 kilogramos por centímetro cuadrado). Y en 2007 la totalidad del yacimiento quedará con presión baja.

De ahí la necesidad de invertir cada vez más en compresores que permitan inyectar el fluido con la presión adecuada. Inclusive, la firma y está investigando los métodos a los recurrirá cuando la presión sea menor a los 15 kilogramos por centímetro cuadrado.

Ante este panorama, y al menos por ahora, no existe preocupación en la empresa respecto a incovenientes para satisfacer la demanda del mercado nacional, que en un 26% es abastecida desde Loma de la Lata. De mantenerse los niveles actuales, al menos hasta 2009 la demanda podrá ser atendida sin inconvenientes, vaticinaron los directivos.

Sin embargo, resaltaron que «las proyecciones que realizamos en los últimos años fueron superadas con amplitud: hoy la demanda máxima que teníamos en el invierno de 2001, pasó a ser el piso mínimo durante el verano de los últimos dos años».

El principal factor por el cual se disparó el uso de gas, fue el reemplazo que hicieron muchas industrias de sus fuentes de energía. Un gran número optó por el gas, cuyo valor es muy inferior a las demás fuentes de alimentación energética.


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