Los carretones de los Rosa fueron los primeros fletes

José y Francisco llegaron a Neuquén en 1909. Fueron los principales impulsores del comercio local. Pusieron al servicio de quienes llegaban a radicarse en la ciudad, las carretas para mudar valijas y muebles desde la estación de tren hasta las nuevas residencias. Hoy, la carreta se conserva en el municipio del oeste, debe ser restaurada. Personal municipal ya recuperó las cuatro ruedas.

Los primeros antecedentes de los fletes en la ciudad de Neuquén fueron los dos famosos carretones que la familia Rosa trajo a principios de 1900. Al paso de la historia y de los hombres, solo sobrevivió uno que durante muchos años se exhibió en el Concejo Deliberante.

Declarado patrimonio histórico, hoy se encuentra a resguardo en el edificio de Godoy y Novela, hasta que finalice la obra y pueda ser emplazada en el exterior, tal como lo dispone la ordenanza 13.413.

Hacía apenas cinco años el entonces paraje Confluencia se había transformado en la nueva capital del territorio del Neuquén. Los hermanos José y Francisco Rosa, tentados por los aires de futuro que se presagiaba había en los inhóspitos paisajes patagónicos, compraron tierras para el desarrollo de la ganadería. Muchos fueron a posterior los aportes que realizaron estos dos hermanos a los que se sumaría años después, el tercer hijo de los Rosa, Nicolás. Pero lo que acá importa son los carretones de la familia Rosa.

Los hermanos llegaron desde Buenos Aires por tren, trayendo consigo dos carromatos de cuatro ruedas, algunos animales, alambres, chapas y herramientas para trabajar la tierra.

Se dedicaron a la cría de vacas en la actual Colonia San Francisco y fueron los primeros en abrir una carnicería y cámara frigorífica en la capital neuquina. Acá los carretones eran fundamentales pues eran el único medio para transportar la carnes de la chacra hasta el centro de la ciudad.

En esa época las distancias eran inmensas, incluso dentro del reducido ejido municipal (vaya paradoja). Las familias que llegaban a la estación del ferrocarril, se encontraban en el andén sin medios para transportar sus valijas, herramientas, muebles y animales hacia sus nuevas residencias.

Los hermanos Rosa pusieron a disposición de ellas los carretones para hacer las mudanzas. Así nació el primero servicio de fletes que tuvo la ciudad de Neuquén.

Por ley

8.906
es el número de la ordenanza que lo declaró patrimonio histórico de la ciudad.

Miguel Martínez es el encargado del área de mantenimiento de espacios públicos y de la carpintería del municipios. Es quien dirige las obras de restauración del carretón de los Rosa. Aseguró que las tareas demandarán tiempo porque se debe convocar a profesionales que puedan reacondicionar la carreta sin modificar ningún aspecto de su improta histórica.

«Lo primero que se hizo fue retirar las cuatro ruedas que estaban en muy mal estado de conservación. Se las llevó al taller de la carpintería y allí fueron restauradas. Quedaron en depósito y a resguardo hasta tanto se pueda exhibir la carreta», comentó el funcionario local.

El famoso carretón fue retirado del Concejo Deliberante cuando se iniciaron las obras de ensanchamiento del corredor Doctor Ramón-Leloir. La línea municipal avanzó sobre las veredas y allí ya no quedó espacio ni para la vieja carreta ni para la fuente de agua que se encontraba en el ingreso del edificio.

En 2016 se sancionó la ordenanza 13.413 que establecía que el carretón debía ser emplazado en la explanada del edificio municipal que se construía en Novela y Godoy. «Resolvimos esperar a que esté finalizada la última etapa de la obra, porque el intendente Mariano Gaido quiere ubicarla en un lugar alto para que pueda verse desde lejos» agregó Martínez.


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