Los ciclos económicos de la cebolla que golpean de lleno al productor

Es impresionante ver la volatilidad, en los valores, que muestra el mercado para este tipo de producto. La teoría económica de la telaraña da algunas pistas sobre este tipo de conductas.

Millones fueron los kilos de cebolla se perdieron esta temporada producto de la sobreoferta existente en el mercado.

Es llamativa la ciclotimia que observamos en el mercado con el comportamiento de la cebolla: una bolsa pasa de cotizar entre los distribuidores mayoristas por encima de los 1.200 pesos a derrumbarse por debajo de los 300 pesos en un margen muy pequeño de tiempo.

Es como pasar de la gloria extrema a la angustia profunda en solo un par de meses. El golpe no es solo económico. Los estados de ánimo, de aquel que produce dentro de esta dinámica, también quedan afectados.

El teorema económico de la telaraña es un modelo que representa y explica las causas de estos desequilibrios que se presentan en los mercados. Estas se dan, fundamentalmente, cuando las decisiones a la hora de sembrar y la llegada del producto al mercado están distanciadas en el tiempo. Es decir, el productor de cebolla define las hectáreas a sembrar antes de agosto teniendo en cuenta que su cosecha se terminará vendiendo a partir de febrero.

Normalmente el productor toma el precio de la cebolla de la última temporada -que es la referencia más cercana que tiene- para determinar cuánto va a sembrar en el nuevo ciclo. Si el valor de la cebolla de la temporada pasada fue alto (como ocurrió en el caso de la producción del Valle del ciclo 2019/2020) tomará como referencia ese precio y tenderá a aumentar la superficie (oferta para la siguiente temporada) por las expectativas existentes, buscando así obtener mayores retornos económicos en el ciclo que se inicia (2020/2021).

Pero al llegar esta mayor oferta al consumidor, los valores bajan tal como lo indican las leyes de mercado (que es lo que está sucediendo hoy en el Valle).

Lo que ocurrió en nuestra región -con la crisis de precios que se observa actualmente en el mercado- tiene que ver mucho con este teorema.

En agosto del año pasado, los valores de la cebolla estaban muy altos producto, entre otros puntos, de una fuerte demanda por parte de Brasil y de una menor oferta consecuencia de las fallas con el agua registradas la cuenca productiva del río Colorado. Las expectativas en ese momento para la siembra eran muy positivas y eso se reflejaba en las buenas cotizaciones que conseguía el producto.

Pero en febrero de este año, Brasil disminuyó sensiblemente sus importaciones de cebolla, por la excelente cosecha que tuvieron; y a su vez los productores tenían para vender mucho más, consecuencia de las expectativas de precios que existían en agosto pasado, que hicieron incrementar sensiblemente la superficie sembrada de cebolla. En definitiva, las condiciones de mercado cambiaron y los valores del producto se desplomaron.

Dando continuidad a estos ciclos que tiene la cebolla, es probable que este año el productor defina en agosto una menor superficie de siembra -producto del quebranto que registró esta temporada- y esto genere una menor oferta en el mercado lo que podría impulsar nuevamente los precios del producto al alza a partir de febrero de 2022. Pero esto, por ahora, son tan solo especulaciones.   

Frente a esta volatilidad que presenta el producto es importante ir encontrando un nuevo piso en la superficie de cebolla a sembrar para que no existan ingresos y salidas abruptas de hectáreas que terminan por quebrar los equilibrios del mercado.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios