Los gimnasios de Bariloche alquilan su equipamiento y esperan la reapertura

Bicicletas fijas, cintas para caminar y materiales de entrenamiento salieron en alquiler para socios en muchos gimnasios que buscan agruparse para diseñar un protocolo y poder regresar a la actividad.

Los gimnasios están en crisis. Como una de las tantas actividades con problemas para subsistir y con un grave riesgo de desaparecer, en muchos casos, los espacios de actividades deportivas y de cuidado del cuerpo buscan la manera de sobrevivir y esperan una señal de reactivación en corto plazo en Bariloche.

En Bariloche hay 55 emprendimientos habilitados entre gimnasios, clubes con actividades deportivas o escuelas de disciplinas específicas. La inactividad de hace más de dos meses no resiste mucho tiempo más si quieren sobrevivir, por eso algunos apelaron al alquiler de equipamiento mientras esperan una eventual reapertura progresiva.

Para que los gimnasios vuelven a operar, para el municipio falta mucho, debido a que es una actividad de concentración de personas y manipulación compartida de materiales como el uso de bicicletas fijas, mancuernas, pesas y otro equipamiento.

Sin embargo, los referentes de los gimnasios comenzaron a agruparse en busca de una salida y de un posible protocolo que permita su habilitación, con una modalidad diferente, pero la reapertura al fin.

“El entrenamiento personalizado, manteniendo la distancia, es una actividad que se va a poder hacer”, dijo con expectativa Fernando Aparo, propietario del gimnasio Equilibrio, ubicado en el kilómetro 5 de la Avenida de los Pioneros que cuenta con una amplia clientela de casi 200 personas al mes.

Para Aparo, es factible el regreso a la actividad “no con clases masivas ni grupales grandes, limitando la cantidad de asistentes para respetar distancias. Podrían ir menos de 10 personas por hora y hacer una buena rutina de entrenamiento”, destacó.

En esa línea irá el protocolo que diseñan de manera conjunta los gimnasios pero deberá pasar el filtro del Comité de Emergencia y las autoridades sanitarias provinciales, que por ahora no tienen en agenda de manera primordial esta actividad.

Aparo, al igual que muchos propietarios, durante esta cuarentena alquiló bicicletas, cintas para caminar y materiales de entrenamiento. “Le alquilamos a los socios para que sigan con el entrenamiento en sus casas”, explicó. Hoy tiene el 50% de su equipamiento en los domicilios de los socios del gimnasio, a la espera de recuperarlos cuando pueda abrir.

Con ese alquiler, una modalidad que antes de la cuarentena no estaba en su análisis, se cubrieron “gastos básicos y hasta ahí nomás”.

Pero además Aparo señaló que más allá de generar algún ingreso, se optó por el alquiler de equipos por una “necesidad de la gente de hacer actividad física porque después de toda una vida de estar en movimiento es necesario, es una hábito muy saludable a nivel físico y psíquico”, valoró.


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