Los incendios del verano en Chubut no fueron intencionales

Un peritaje de Bomberos de la Policía Federal determinó que, aunque pudo existir negligencia, no hay rastros de acelerantes del fuego.

La tarde del 9 de marzo pasado, gran parte de la Comarca Andina se transformó en un infierno. Varios incendios de enormes proporciones arrasaron en pocas horas con todo lo que encontraron a su paso. Los habitantes de Lago Puelo, El Hoyo y Cholila vivieron una de sus peores pesadillas. La lluvia que cayó cerca de la medianoche frenó el avance del fuego y evitó que toda la zona quedara devastada.

Durante semanas la población afectada se preguntó cómo se había originado el fuego que causó tres muertes, destruyó más de 500 viviendas y quemó miles de hectáreas. Se escucharon todo tipo de hipótesis. Algunas conspirativas esbozadas por funcionarios nacionales o exgobernadores como Alberto Weretilneck. Otras desopilantes. Casi cinco meses después se conoció el informe con las pericias para tratar de determinar el origen de los incendios y las causas. Y una de las conclusiones excluye que los focos hayan sido intencionales.

Los peritos determinaron, a partir de las inspecciones que hicieron en el terreno, que el primer foco ubicado en el paraje Las Golondrinas, en el ejido municipal de Lago Puelo, se originó a las 15 por “incidencia térmica producto de la línea aérea de media tensión sobre la conífera de los árboles adyacentes”.

El segundo foco situado en el cerro Radal, en Lago Puelo, se originó por “el empleo de un elemento capaz de generar una llama libre, tal es el caso de fósforo, encendedor, mechas de papel previamente acondicionadas y encendidas que tomaran contacto con material subdividido, como ser hojarascas, ramas pequeñas, pinocha, etc., es decir, de cierta facilidad combustiva”.

Los peritos atribuyeron la misma causa a los focos 3 y 4 que ocurrieron en cercanías de Cholila esa tarde del 9 de marzo último.

El perro Rocco, que está adiestrado para detectar acelerantes de fuego, inspeccionó los cuatro lugares. Sin embargo, “no realizó ninguna marcación en las áreas antes señaladas, descartando de esta manera la hipótesis de la utilización de algún tipo acelerante de la combustión”.

“Una vez comenzado cada uno de los eventos, en forma general podemos decir que teniendo en cuenta la cercanía con la vegetación y zona de bosque, el fuego fue evolucionando rápidamente en función de las características del medio, propiciando que el ígneo tome relevancia y se propague hacia el resto de las áreas lindantes, favorecido por las condiciones climáticas reinantes el día de los eventos y sucesivos, culminando con los resultados enunciados”, concluye el informe.

El documento lleva la firma del subcomisario Luis María Díaz, segundo jefe de la división. El informe se elaboró por pedido del fiscal general de Lago Puelo, Carlos Díaz Mayer.

A partir de las inspecciones que hicieron, los peritos pudieron determinar “cuatro zonas de inicio independientes y sin relación de continuidad”. El primero de los focos se desarrolló en el paraje Las Golondrinas, el segundo de los focos investigados se ubicó en el cerro Radal, a unos 50 metros aproximadamente la ruta nacional 40. Mientras que el tercer y cuarto foco, lo ubicaron a la altura del kilómetro 22 y 25,500 de la ruta 71, en cercanías de Cholila.

Hubo factores que contribuyeron a la propagación del fuego. Mencionaron “la sequía reinante, las características de la vegetación, la topografía y los agentes atmosféricos (vientos dominantes y baja humedad relativa del ambiente) propiciaron que el fuego se desarrolle rápidamente y con gran intensidad afectando un total aproximado de 12.901 hectáreas en la zona de Las Golondrinas y cerro Radal”. Además de 272 hectáreas correspondientes al foco 3 y media hectárea del foco 4, en cercanías de Cholila.

Para explicar el primer foco, los peritos formularon una hipótesis relaciona con “la incidencia de la energía que recorre las líneas de media tensión que tomaron contacto con la parte superior de las ramas de los árboles (pinos) allí emplazados generando su carbonización y precipitación.

En el caso de cerro Radal, advirtieron que si bien el foco ígneo “se visualizó en proximidades de una línea de media tensión y, en particular donde se había caído un árbol, se pudo descartar que dicha caída provocara el evento en estudio”.

Los focos 1 y 2 se originaron con una distancia de entre 30 a 40 minutos aproximadamente, pero después con el transcurrir del tiempo se unieron y formaron un solo incendios de gran magnitud.

A partir de ello “se formalizó una columna convectiva que generó una gran masa de calor que al descender calcinó lo que encontraba a su paso cómo fue lo sucedido en cercanías a la ruta 40 en Las Golondrinas”.

El fiscal general jefe de Lago Puelo, Carlos Díaz Mayer, está a cargo de la investigación de los incendios ocurridos en la Comarca Andina. Advirtió que del informe de la División Investigación de Siniestros de la Policía Federal se desprende que no hallaron ningún acelerante ni un combustible como para investigar un hecho intencional.

Dijo que hasta el momento no hay “ninguna persona sospechada” de haber causado por negligencia o de manera accidental alguno de los 3 focos, donde los peritos no advirtieron una falla eléctrica.

El fiscal comentó que tampoco hay una evidencia, como una grabación o testigos que hayan declarado haber visto personas con bidones o merodeando los lugares donde se originaron los focos.

“En estos 5 años no tuve nunca una causa con imputados por incendios”, sostuvo Díaz Mayer.

En cambio, en el origen del primer foco hay elementos para avanzar con la investigación a partir del informe de los peritos. Y aseguró que la hipótesis de la posible intervención mapuche “está totalmente descartada”.

Díaz Mayer allanó el martes -por orden del juez- la delegación general de Servicios Públicos de la provincia de Chubut que funciona en Lago Puelo y que tiene a su cargo la provisión, custodia y el resguardo del servicio de energía eléctrica en El Hoyo y Lago Puelo. Una de las hipótesis es que hubo posiblemente una falta u omisión de un mantenimiento adecuado que determinaron posiblemente el inicio del primer foco, en Las Golondrinas.

El fiscal dijo que este siniestro “representa una de las catástrofes ambientales más grandes de la localidad, la jurisdicción y la provincia por la gran cantidad de superficie afectada y todas las consecuencias que podría generar en los próximos tiempos”.


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