Los tiburones: introspección adolescente y paranoia social

La ópera prima de Lucía Garibaldi indaga en el miedo y la hipocresía de una ciudad turística desde la mirada de una chica

Una adolescente que se abre paso hacia la juventud en un verano atípico en la costa, donde la irrealidad amenaza desde el mar, se mezclan y funden en una atractiva e introspectiva ópera prima de Lucía Garibaldi, titulada “Los tiburones”, que se puede ver en Puentes de Cine.

“Creo que existe ahí una pequeña alegoría: yo siempre pensé que Rosina, la protagonista, era como un tiburón. Un animal errante. En otro hábitat. Es una anomalía en plena etapa de transformación. ¡Y es valiente! Actúa rápido sin medir muchas consecuencias. Tiene algo de villanita también”, dijo Garibaldi a Télam.

Rosina es una adolescente en sus 14 años que, en sus vacaciones, ayuda a su padre con los trabajos de jardinería y limpieza de piletas en las casaquintas de Piriápolis. Mientras muchos se preparan para la diversión veraniega, ella colabora con la golpeada economía familiar, mientras se siente atraída por Joselo, uno de los empleados de su padre.

Esta relación, que pareciera fácil, pero que se tensa con el correr del filme, abre las puertas hacia el interior de la protagonista, en medio de la paranoia vecinal por la supuesta aparición de tiburones en el mar, lo que abre el dilema: ¿Se avisa a las autoridades para que nadie salga herido o se guarda el secreto para no ahuyentar turistas?

“En la época que escribía el guion, caminaba por ahí pensando, miraba casas, veía carteles que decían ‘vecinos en alerta’, había un compromiso en el barrio por cuidarse pero a la vez una paranoia extraña. No entiendo mucho esto del miedo, pero creo que las campañas que lo difunden pueden dividir sociedades. De ahí que el grupo de WhatsApp que forman los vecinos en la película sea ‘Alerta tiburones’, pero algunos lo recuerdan como ‘Vecinos con miedo’”.

Garibaldi, que cuenta con una nutrida experiencia como ayudante de dirección en Uruguay, se lanzó a la dirección con el corto “Colchones”, filme con el que no quedó “muy conforme”, porque, dijo, la métrica del cortometraje no se ajusta a las historias que deseaba contar.

“Yo quería hacer una película, larga, entonces empecé a escribir con la idea de inventar a una protagonista jovencita poderosa, que pueda ser leída como un personaje que rompe, un personaje lleno de contradicciones, un poco malo y tierno a la vez. La trama la fui encontrando después”, señaló.

P- ¿Cómo pensaste esta dualidad en la protagonista que mezcla introspección con explosión?

R- Creo que eso es algo propio de esa etapa de la vida. Todo se está formando o deformando. La persona a punto de explotar creo que conlleva necesariamente una gran contención. Toda esa catarata de emociones que le corre por adentro me parece linda. Su rostro es de palo, como el de Buster Keaton, pero por adentro hay un abismo. Lo que se mueve ahí son los mecanismos del guion; cuenta la historia no tanto los gestos.

P- La película también rompe con lo políticamente correcto con la relación entre Joselo y Rosina, que es menor de edad. ¿Te lo planteaste esto?

R- La edad de Joselo no es develada. No sabemos si es menor de edad también o no. Creo que están en edades cercanas. Me lo planteé, sí. Antes, Joselo era más grande, inconscientemente fui para esa normalidad: el varón siempre es bastante más grande. Pero luego ese Joselo fue rejuveneciendo. Acá Rosina es el sujeto que desea y desea a alguien cercano.

Lucía Garibaldi dirigió el filme que se puede ver en Puentes de Cine.

P- Has dicho que la película no tiene una mirada ni femenina ni masculina, sino “una mirada personal”. ¿Cuál es esta mirada?

R- Reacciono a cuando me dicen que mi película tiene una “mirada femenina”. No entiendo bien a qué se refieren, quizás algún día lo entienda con más claridad. Lo único que puedo asegurar es que tiene mi mirada y soy mujer. Quizás, como somos una gran minoría, el hecho de que exista una película dirigida por una mujer llame la atención. Ojalá esa característica deje de ser tan extraordinaria.

P- Volviendo al contexto de la historia. ¿Cuánto creés que influye lo socioeconómico para mantener unida a una familia?

R- Pienso que escribí una película, desarrollé una historia. No pretendo explayarme sobre cómo deberían ser las cosas, tampoco quisiera ser políticamente correcta. Imagino un universo, imagino una adolescente de Piriápolis de clase media que ayuda a su padre, que no está en una buena situación económica, como la gran parte de nuestra población. Me suena lógico, terminó las clases, no tiene mucho para hacer, ayuda al padre: no sé si está bien o mal, sé que pasa. El contexto socioeconómico que elegí para rodear a esta familia traté de que fuera cercano, conocido, popular, un lugar común con el que muchos de los espectadores latinoamericanos puedan identificarse.

Agencia Télam

Ficha técnica

Título original: Los tiburones.

Año: 2019.

País: Uruguay.

Dirección y guion: Lucía Garibaldi.

Música: Fabrizio Rossi, Miguel Recalde.

Fotografía: Germán Nocella.

Reparto: Romina Bentancur, Antonella Aquistapache, Fabián Arenillas, Valeria Lois, Federico Morosini.


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