Maite y Victor, la historia de dos primos y un trasplante

Víctor necesitaba un riñón y Maite lo llamó para decirle que contara con ella. Los estudios de compatibilidad les demandaron cinco meses. Un zapalino que ahora sueña con retomar su vida y escalar el Lanín. “Su decisión fue de corazón y sin pensarlo”, dijo.

Un llamado de teléfono puede comunicar muchas cosas. Para Víctor Tilleria la llamada de su prima, Maite Salazar, a principios de año, fue esperanza y una gran ilusión. Necesitaba un riñón y ella iba a ser su donante. El 6 de junio se realizó la cirugía y la semana pasada fue dado de alta. Los dos ya se encuentran muy bien y atendieron a “Río Negro”.

“Estaba en Zapala cuando me llamó, fue chocante porque no lo esperaba. No es algo que te ofrezca cualquier persona. Lloré”, recuerda Víctor, mientras trata de contener una vez más su emoción.

Repasa que fue en abril cuando el médico les confirmó la mejor noticia. “Nos dijo que teníamos una compatibilidad excelente y que estaban todas las condiciones dadas para que se haga el transplante”, comentó.

La intervención quirúrgica fue el 6 de junio, en el Hospital Castro Rendón, el día que se conmemora el Día Mundial de los Pacientes Transplantados.

Víctor nació en Aluminé y desde hace 15 años vive en Zapala. Definió el gesto de su prima como “un acto de amor muy grande” y lo siente como un doble compromiso. “Tengo que cuidar mi cuerpo y su riñón. Es algo que no tiene precio”, señaló.

Maite tiene 30 años y vive en Villa Pehuenia. Compartió mucho de su infancia y adolescencia con Víctor y su familia. “Sabía que andaba medio mal y me enteré por su mamá (mi tía) que necesitaba un transplante, que no estaba consiguiendo ningún donador. Y fue en una charla entre mate y mate con mi tía , cuando le dije a ella sin pensarlo: Yo puedo”, narró.

Su decisión fue “de corazón y sin pensarlo”.

Destacó que desde el equipo del hospital recibió “mucha seguridad con toda la información que me dieron de que podía seguir teniendo mi vida normal y sin cambios importantes. Mi estilo de vida no va a cambiar a partir de esto”.

A partir de esta experiencia Maite recomendó: “Que se informen, que no tengan miedo, porque se puede seguir viviendo con un riñón y ayudamos al sufrimiento de muchas personas”, contó y manifestó que ojalá deje de ser “tan tabú el tema de la donación de órganos“.

Víctor fue diagnosticado en enero. El parte aseguraba que tenía insuficiencia renal en un estadío 5 y que necesitaba un transplante o empezar con diálisis. “Fue un golpe bastante duro, porque no lo esperaba. Así que estuve angustiado bastante tiempo”, confesó.

Debieron viajar durante casi cinco meses para hacer los estudios de compatibilidad. Quienes vivieron muy de cerca este proceso fueron las tres hijas de Víctor y su señora Mariela Villanueva: “fue un conjunto de muchas emociones. Estas cosas te fortalecen como familia y pareja. Es un nuevo empezar para él, y para todos también”, expresó su esposa.

La fecha

Estas intervenciones necesitan dos equipos quirúrgicos. En total el proceso duró cinco horas y participaron más de 40 personas.

El cuarto transplante renal

En junio de 2017 se hizo el primer trasplante renal en un hospital público de la Patagonia. Fue en el Castro Rendón y la intervención a Víctor fue el cuarto trasplante que se hace en el hospital. “Los cuatro están muy bien. Hubo una señora en mayo de Zapala, un señor de Picún Leufú en marzo, el del año pasado fue de Centenario y ahora Víctor”, describió Oscar Escobar, nefrólogo y jefe de la unidad de transplante del hospital Castro Rendón.

Para esa cirugía intervienen dos equipos quirúrgicos. “Uno que se encarga de sacarle el riñón (nefrectomía) y otro equipo quirúrgico que se encarga del implante. Se disponen en paralelo”, informó.

Todo el proceso quirúrgico inició a las 7 de la mañana y finalizó al mediodía. “Con la donante a las 8 empezó la cirugía, fueron dos horas y media, y la otra operación fue entre dos horas y media y tres horas. Entre las dos todo duró cinco horas y medias. Entre las dos hay una pequeña cirugía de banco, donde se prepara el riñón en un sector especial”, describió el nefrólogo.

En total participaron más de 40 personas. A las 48 horas la donante fue dada de alta y el miércoles fue el turno de Víctor. El profesional marcó que en los estudios donde se evalúa la compatibilidad “la prioridad también es que la otra persona pueda vivir bien con un solo riñón”, dijo Escobar.

Destacaron a todo el equipo del hospital
que lo acompañó el proceso durante la operación y luego con
la recuperación.

Datos

6 de junio
fue la fecha en la que se realizó la intervención. Coincidió con el Día Mundial de los Pacientes Transplantados.
Estas intervenciones necesitan dos equipos quirúrgicos. En total el proceso duró cinco horas y participaron más de 40 personas.
Destacaron a todo el equipo del hospital
que lo acompañó el proceso durante la operación y luego con
la recuperación.

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