Maní en lugar de soja

Las compañías maniceras se están quedando con los mejores campos de la zona centro e incluso sudeste de Córdoba al pagar alquileres que se ubicaron en un rango general de 700 a 800 dólares por hectárea para la campaña 2012/13. La mayor parte de la superficie sembrada con maní es gestionada por las propias industrias procesadoras bajo contratos de arrendamiento, ya sea de manera directa con equipos agronómicos propios o bien a través de acuerdos con productores (que reciben la semilla y el paquete tecnológico proveído por la industria). A partir de la retirada de grandes grupos agrícolas y de la resistencia de algunos propietarios de campos a adaptarse al nuevo escenario de negocios, las compañías maniceras aprovecharon el momento para ampliar de manera considerable el área de siembra de maní 2012/13 sobre campos que hasta el año pasado se destinaban a la soja o al maíz (sólo AGD pasaría de sembrar 130.000 a unas 150.000 hectáreas del cultivo). El consumo interno de maní es insignificante y todas las fichas están puestas en el negocio exportador. Presenta condiciones tan favorables que permite a las industrias maniceras operar con márgenes nulos o incluso negativos en el eslabón primario del negocio. El verdadero margen reside en la industrialización y exportación del producto. Pero para eso, claro, es necesario asegurarse la disponibilidad del insumo. En los últimos tres años los precios internacionales del maní registraron un alza impresionante: el blancheado argentino tiene actualmente un valor FOB del orden de 2.000 u$s/tonelada. (Fuente: Valor Soja)


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