Mariano, el cartero que aprendió a esquivar a los perros en Roca

Mariano visita unas 300 casas en barrio Nuevo entregando correspondencia. Hoy es una jornada muy especial para él ya que además de celebrar el día del cartero, también es su cumpleaños.

Mariano es uno de los carteros de barrio Nuevo, el más poblado de Roca. Foto César Izza.

Mariano Curruqueo arriba de su bicicleta mira atento por todos lados cuando se acerca a una casa a dejar la correspondencia en barrio Nuevo en Roca. Luego de 10 años en el oficio de cartero aprendió a esquivar a la mayoría de los perros aunque todavía tiene cicatrices de las primeras mordidas. La jornada de hoy es muy especial para él porque además de celebrarse el día del cartero es su cumpleaños 34.

El hombre trabaja en el Correo Argentino y por día visita unas 300 casas donde entrega facturas de servicios, envíos de Mercado Libre y documentos.
Su jornada comienza a las 6.30. A penas llega empieza a clasificar la correspondencia y prepara el reparto. A partir de las 8 cuando ya salió el sol sale en bici rumbo a barrio Nuevo.

“Me armé una bici playera con cambios para estar más cómodo porque en barrio Nuevo tenés subidas y bajadas. Con una bici lujosa atraes mucho la atención, algunos compañeros le han robado”, contó.
Mariano explicó que paga gran parte del costo del rodado y la empresa abona solo un porcentaje para el mantenimiento.

Uno de los gajes del oficio son los perros. Todos los carteros tienen sus anécdotas, algunas muy dolorosas.
“Hay perros sueltos en todos lados, a mi 11 veces me han mordido. Una vez me mordieron los dos gemelos y estuve dos meses en mi casa con la pierna en alto”, recordó.
Mariano contó que le pidió al dueño que no lo soltara. “Me dijo que no me iba a morder y se me vino encima. Era labrador aunque usted no lo crea”, dijo sonriendo.
Explicó que siempre que ingresa un cartero nuevo se le menciona cuales son los perros más bravos.

Lo que más le gusta de su trabajo es el trato de la gente que lo espera para saludarlo. “Con el tiempo sabes quién está regando la vereda a esa hora o barriendo. Los vecinos grandes siempre están esperando si tenés cartas para ellos”, contó.
“Cuando grito cartero los niños me hacen un poco de burla y repiten, carteroooo, carteroooo”, dijo.

Por la pandemia del coronavirus ahora son menos los que reparten la correspondencia. En total suelen ser 21 carteros pero algunos están aislados porque integran el grupo de riego.
Este año no se realizará el tradicional asado para celebrar su día. “Siempre tirábamos algo a la parrilla con los compañeros y se cuentan un par de anécdotas porque en la calle siempre andamos solos”, recordó.
Sin embargo, este año cada empleado solo podrá compartir con su familia.

El covid también modificó la cantidad de correspondencia. Si bien aumentaron los envíos por Mercado Libre, hay menos documentos. “El resto de los paquetes grandes están a cargo de los transportistas”, señaló.
Con su barbijo y equipado con alcohol en gel, Mariano sale a la calle con su playera tratando de llegar a todos los hogares donde tiene que ir. “Ponemos todas las ganas en la pedaleada”, expresó orgulloso.


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