Médico de Regina propone terapia de protección para el personal de salud

La “autohemovacuna” o “autohemoterapia” es una práctica de la medicina integrativa que este profesional recomienda al Estado estudiar, para prevenir el contagio en los agentes sanitarios.

El médico Mario Más, de Regina, nunca tuvo miedo de apartarse de la cultura imperante ni de promover acciones poco convencionales, incluso orillando la controversia. No lo tuvo cuando a principios del milenio –hace ya dos décadas– fue pionero en impulsar la realización de ligaduras de trompas y vasectomías a hombres y mujeres dentro del sistema público en la provincia de Río Negro.


Ahora, en medio de la pandemia y mientras a nivel mundial se trabaja en la búsqueda de una vacuna contra el coronavirus, este médico propuso el uso la “autohemovacuna” o “autohemoterapia” como método de prevención para reducir los riesgos de contagios entre el personal de salud, el más expuesto hasta el momento en la provincia de Río Negro según indica la estadística.

“Quienes hacemos medicina integrativa tenemos otra visión; ante una enfermedad podemos atacarla, pero lo importante es atender en un todo a la persona”.

Mario Más, médico de Villa Regina.


La práctica médica consiste en la extracción de sangre y su re inyección en la misma persona, con el agregado de procaína, un anestésico de uso local.
Es un procedimiento denominado “autólogo”.


El profesional indicó que si bien no existen estudios del uso de este método en la reducción de posibilidades de contagios con coronavirus, sí está probado que este procedimiento que se comenzó a utilizar hace más de 100 años, favorece el sistema inmune, por lo que su aplicación a los trabajadores de la salud sería especialmente conveniente.


En diálogo con Río Negro, Mario Más insistió en que es un método fácil de administrar y de muy bajo costo, que podría brindar una ayuda a quienes se encuentran en la primera línea de trabajo ante el virus.
Río Negro quiso contar con la opinión al respecto de autoridades provinciales de Salud pero no obtuvo respuesta. Otros médicos consultados dijeron desconocer la práctica.

“Lo planteé a la gente de salud de Regina, pero ninguno me llamó por teléfono; es una manera de decir que no les interesa. Les envié material a todos”. 

Mario Más, médico de Villa Regina.

P- ¿Qué es la autohemovacuna o la autohemoterapia?
R- La autohemoterapia es la terapia con sangre propia. La diferencia es que la sangre que le extraigo a la persona se adiciona con procaína, que tiene un efecto sinérgico con la sangre y aumenta las defensas. Esta práctica viene de 1913, tiene su historia, no la inventamos nosotros.

P- ¿Cómo llegó a la investigación sobre la autohemoterapia?
R- Hace diez años cambio de paradigma cuando empiezo a hacer limpieza hepática y las mujeres me comentaban que mejoraban su sexualidad y yo no sabía por qué. Empecé a investigar, lo que me llevó a la terapia neural. Seguí y empecé a viajar a distintos países y en un congreso escuché la ventaja del uso de la procaína con la autohemoterapia. Quede claro que no propongo algo que no haga yo primero, hace cinco años que hago autohemoterapia con procaína y me siento fantástico.


En febrero cuando surge esto del coronavirus estaba en Brasil y a mi regreso a Buenos Aires me encontré con un amigo funcionario del gobierno nacional y le pregunté sobre qué más se estaba haciendo además de las medidas de prevención (lavado de manos, barbijo y aislamiento), le dije que había otras cosas, como esta práctica y la medicina ortomolecular, etc. Su respuesta fue que se seguían los manuales de prácticas.
Quienes hacemos medicina integrativa tenemos otra visión; ante una enfermedad podemos atacarla, pero lo importante es atender en un todo a la persona.

P- ¿Cómo se realiza?
R- Es muy sencillo, es como la extracción de sangre que hace un bioquímico. Se sacan entre cinco y siete centímetros cúbicos, en la jeringa con que se hace la extracción antes se agrega unos dos o tres centímetros de procaína y se mezcla. Si se extrae del brazo izquierdo se hace la inyección intramuscular en el glúteo derecho. Tiene algunos secretos pero nada que un profesional de salud no pueda aprender.

P- ¿Requiere alguna evaluación previa?
R- Siempre se hace una evaluación previa. Está contraindicado en aquellas personas que tienen problemas hematológicos. Siempre hay que tener un criterio médico para usarlo pero no es difícil.

P- ¿Esta práctica la tiene que administrar un médico?
R- El médico debe hacer la evaluación y el seguimiento, pero también puede ser administrado por un enfermero como profesional de la salud. Entiendo que esta es una herramienta para la gente que está expuesta; es llamativo el porcentaje del personal de salud afectado por este virus y me da la sensación de que van a la guerra con un taparrabos cuando se podrían hacer cosas más importantes desde el uso de autohemoterapia, la medicina ortomolecular si se quiere.

Un 20% de los casos de coronavirus en Río Negro corresponde a trabajadores de la salud. Son cifras que superan la media nacional del 16,7% .

P- ¿El tratamiento tiene alguna duración de tiempo?
R- Lo ideal es hacerlo una vez por semana por cuatro semanas seguidas con lo cual habría una cobertura por 60 días. Dado el costo que es tan bajo, se puede hacer todas las semanas. Hacer un pinchazo al personal que está al frente de todo esto no tiene un alto valor y no sabemos cuánto tiempo va a durar esto. Creo que debemos mejorar el sistema inmunológico no solo con procaína, sino también con vitamina C, magnesio, zinc y vitamina D.

P- ¿Está indicada para alguna patología en particular?, menciona la posibilidad de una protección extra ante la pandemia de coronavirus.
R- Yo lo usaría en todas las personas desde los 50 años. A partir de esto me puse en contacto con muchos profesionales que se dedican a este tema, que tienen maestrías en México y ellos lo sugieren de rutina. Es una excelente herramienta de muy bajo costo que no podemos darnos el lujo de no aplicarla en el sistema de salud.

P- ¿Está regulada la práctica dentro del país?
R- No está regulada porque se basan en el escudo de la evidencia y hacer un estudio de la evidencia requiere dinero. Que una persona se saque sangre y esto le permita estar mejor no le conviene a nadie en el terreno económico. Creo que debería tomar parte el Estado y estudiarlo. Esto viene de 1913. Hay que resaltar la gente de Brasil, el doctor Mouras que durante 60 años lo estuvo aplicando. Insisto, no digo que se comience mañana, pero sí que se faciliten los medios para estudiarlo, que se podría hacer de manera rápida y simple.

P- Cuando le plantea esta alternativa a los colegas ¿qué respuesta recibe?
R- Lo planteé a la gente de salud de Regina, pero ninguno me llamó por teléfono; es una manera de decir que no les interesa. Les envié material a todos, información y nadie estuvo interesado.

P- ¿Es una práctica de riesgo para el paciente?, ¿necesita el aval de Salud Pública para realizarlo?
R- No, no es una práctica que genere riesgo y no necesita el aval de Salud Pública. Sí corresponde que se le informe correctamente a la gente lo que se le va a hacer. Tengamos en cuenta que la procaína no es un medicamento que esté contraindicado en las proporciones que se utiliza, y el otro elemento es sangre propia de cada persona.

P- Dijo que no hay estudios científicos sobre la incidencia en relación al coronavirus, pero sí experiencia de más de cien años en la administración de la autohemoterapia.
R- En relación al coronavirus no existen estudios científicos, pero como sí está comprobado que mejora el sistema autoinmune en un 50 por ciento; y esto es lo que se debe tener en cuenta.

P- Mencionó que tiene un costo muy accesible. ¿De qué monto estamos hablando?
R- Es muy barato, es una práctica que tiene un costo de unos tres dólares por aplicación, es decir que todas las aplicaciones en un mes rondarían entre los 10 y los 12 dólares. Pero más allá del costo tengamos en cuenta lo que vive hoy Regina en relación al coronavirus, donde todos los afectados son personal de salud. Algo debemos replantearnos.

Historia de la autohemoterapia

Es una técnica descripta inicialmente por el doctor Ravaut en 1913 y consiste en la obtención de una cantidad determinada de sangre de una vena y su posterior inyección a nivel muscular o subcutáneo con fines terapéuticos; ya sea como tratamiento único de la enfermedad o bien como tratamiento coadyuvante de otros necesarios para el paciente.
Su acción beneficiosa se atribuye a la presencia de antígenos en la sangre que van a estimular la producción de anticuerpos cuando se vuelve a introducir en el cuerpo. El objetivo de la terapia es incrementar la capacidad de respuesta del sistema inmunitario para luchar contra las enfermedades. La aplicación de su propia sangre va a aumentar su inmunidad y la vitalidad en general al estimular el sistema reticuloendotelial del organismo, incrementando el número de macrófagos que se encargan de fagocitar los cuerpos extraños que ingresan el cuerpo.

Impulsor de la ley de salud sexual y reproductiva

Mario Más fue médico de hospital público. Hoy ejerce en privado.

Mario Más tomó relevancia pública cuando en el 2000 comenzó a impulsar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva que permitiera a las mujeres acceder a la ligadura de trompas en el hospital público y sin necesitar la intervención de la justicia.
Como médico ginecólogo, el pedido de una paciente de Villa Regina comenzó a movilizarlo y en poco tiempo fueron muchas las mujeres que sumaron su apoyo al movimiento para lograr, en principio, una ley que autorizara esas intervenciones quirúrgicas.
El proyecto no se detuvo y a partir del trabajo conjunto con un grupo de legisladores, entre ellos Marta Milesi, se logró avanzar en la aprobación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva en Río Negro que fue pionera en la Argentina para el acceso libre y gratuito a la ligadura de trompas en las mujeres y la vasectomía en los hombres.
El movimiento creció y se trasladó a otras provincias y también al ámbito nacional la discusión y legislación sobre estas prácticas médicas para que las mujeres pudieran decidir por ellas mismas sobre su cuerpo.

Qué es la procaína

Fue creada en 1905 en laboratorio, enlazando dos nutrientes vitamínicos; el ácido paraaminobenzoico y dietilaminoetanol. Ha sido usada durante casi 50 años como un anestésico local por sus propiedades no tóxicas y su compatibilidad tisular.


La procaína fue originalmente investigada como un fármaco que tiene un amplio espectro por el doctor R. Leriche en 1930. Cuando comenzó sus estudios de la procaína, rápidamente se dio cuenta que podría tener un efecto positivo más allá de su uso inicial en la cirugía. Reportó que la inyección de la procaína podría ser de mucho beneficio para las personas ancianas.


Este fármaco puede pasar a través de las membranas dañadas de las células enfermas. Aumenta el consumo celular de oxígeno y provee nutrientes que ayudan a la célula dañada a reparar o renovar sus membranas. Esta regeneración ayuda a normalizar el balance químico en la célula y acelera las reacciones químicas en su interior. El nivel del ADN en las células se eleva y las proteínas se hacen más rápidamente. Como resultado de todo esto, las funciones celulares mejoran y los síntomas de la enfermedad empiezan a aliviarse.


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