Medidas contra el covid-19: repensar los consumos problemáticos

Hernán Ingelmo *


En materia de prevención, el alcohol debe ser prioridad porque con la vuelta a las restricciones de circulación es la sustancia más accesible y su consumo aumenta.


El año pasado, mientras nos encontrábamos en medio de las medidas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en todo el país, la Sedronar llevó adelante un estudio nacional para conocer los cambios en las políticas de asistencia y acompañamiento a personas con consumos problemáticos, así como las posibles modificaciones en las demandas de atención. El relevamiento se desarrolló entre los días 20 de marzo y 7 de julio de 2020, impulsado desde el Observatorio Argentino de Drogas dependiente de ese organismo, en articulación con agencias y observatorios de todas las provincias. Neuquén participó representada por la Subsecretaría de Ciudades Saludables y Prevención de Consumos Problemáticos (SCSyPCP).

Los resultados de este estudio confirman algo que sostenemos en la SCSyPCP desde hace tiempo: que los consumos problemáticos son un problema complejo en el cual inciden fundamentalmente tres factores: el sujeto, la sustancia y el contexto. Los cambios drásticos en la vida cotidiana que trajo aparejada la pandemia, acentuados en los períodos de aislamiento más estricto, modificaron las pautas de consumo de las personas.

Los consumos de sustancias psicoactivas durante el ASPO

Según el informe de la Sedronar, se observó un aumento del consumo “puertas adentro del hogar” en la población adulta respecto del consumo en jóvenes o adolescentes. Otro cambio registrado fue el fuerte descenso en el abastecimiento de ciertas sustancias (principalmente tabaco y algunas drogas ilegales), hecho que propició una modificación en los consumos. Al no poder acceder a algunas sustancias, las personas habrían migrado hacia las otras que estaban disponibles, aumentando de este modo el consumo de bebidas alcohólicas y de psicofármacos.

Pero si hubo cambios en las pautas de consumo, lo que persistió fue la distribución desigual de género en los roles de cuidado -así como las prácticas de autocuidado- de las personas con consumos problemáticos. Tres de cada cuatro llamados para pedir ayuda o realizar consultas a la Línea 141 de Sedronar fueron hechos por personas cercanas. Entre todos los llamados, la mayoría de las consultas fueron realizadas por mujeres (65,5%). Sin embargo, sólo el 8% de las mujeres que consultaron lo hicieron refiriendo a sí mismas, mientras el 92% restante lo hizo por el problema de consumo de un tercero.

Si prestamos atención a los motivos de las consultas que se pesquisaron en este estudio, se reiteraron preocupaciones alrededor del sentimiento de ansiedad debido a la situación de cuarentena y la imposibilidad de consumir y/o salir a proveerse de sustancias. Muchas de las personas expresaron la falta de trabajo durante la cuarentena como el motivo de sus consumos.

El alcohol es la sustancia por la que se reciben más consultas en la Línea 141, pero durante el período de estudio las y los agentes que atienden los teléfonos registraron un incremento del consumo. A su vez, detectaron también un aumento en el uso de drogas de reemplazo, por ejemplo el alcohol combinado con psicofármacos.

Aprendizajes y desafíos

La información brindada por este tipo de trabajos debe servirnos para pensar políticas y acciones para prevenir los consumos problemáticos con capacidad de adaptarse al contexto de crisis social, sanitaria y económica que estamos atravesando producto de la pandemia.

En este sentido, el alcohol debe ser prioridad porque, con la vuelta a las restricciones de circulación, es la sustancia más accesible y su consumo aumenta. A su vez, debemos acompañar a las familias y particularmente a las mujeres sobre las que recaen los cuidados de las personas que padecen consumos, sumando el desafío de transformar estas construcciones culturales arraigadas para que se reparta la carga de manera más equitativa.

Finalmente, debemos comprender que estamos atravesando un período histórico sumamente complejo y traumático. Estamos expuestos a niveles mayores de estrés, ansiedad e incertidumbre y estas condiciones tienen efectos en la salud mental de las personas.

Es nuestra tarea ser empáticos, estar cerca y ofrecer herramientas para que estas emociones no se canalicen a través de los consumos de sustancias.

Nota: Del 31 de mayo al 30 de junio de 2021 la Subsecretaría de Ciudades Saludables y Prevención de Consumos Problemáticos lleva adelante por cuarto año consecutivo la Campaña por el Mes de la Prevención de los Consumos Problemáticos.

* Subsecretario de Ciudades Saludables y Prevención de Consumos Problemáticos


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