Roma Atelier: la marca de Roca que viste sin etiquetas
La marca nació a partir de la necesidad de crear prendas para personas que no encontraban talles en la moda convencional. Juan Roma, su fundador, viste hoy a mujeres y hombres desde el respeto.
En un atelier de la ciudad de General Roca, entre telas y moldes, se alza una marca de diseño donde la moda deja de ser una imposición y se convierte en una forma de habitar el cuerpo con respeto. Roma Atelier nació hace ocho años y de la mano de su fundador, Juan Roma, crea prendas para mujeres y varones. «Yo visto personas, no visto cuerpos».
Roma Atelier nació desde una necesidad. La del propio diseñador. «Yo egresé del Instituto Roberto Piazza de Neuquén y arranque a hacer ropa porque no conseguía talles», contó Juan, fundador de la marca, quien en ese momento tenía sobrepeso.
Su gusto por el diseño apareció por las ganas de vestir, pero también por las ganas de acompañar a la gente. «Me di cuenta de que si a mí me pasaba de no conseguir talles, a otras personas les pasaba también, entonces arranque desde una queja al sistema«, expuso.
“Al principio vestía mujeres, madres, chicas que no entraban dentro de los estándares del diseño de indumentaria. Hoy también visto hombres, y cada vez más”, dijo Juan. El diseñador se recibió en Alta Costura, por lo que la mayoría de sus productos son vestidos de novia, para fiestas de 15 o egresos.

Sin embargo, actualmente realiza más «pret à porter», es decir, ropa de uso diario. «Hago pantalones, remeras y buzos». Esa transición la definió como “interesante”. «El hombre es un universo completamente distinto, tengo que ir fusionando, a mí no me enseñaron a vestir hombres, si mujeres», explicó Juan, quien aunque fue un desafío adentrarse en la moda masculina, la abrazó desde la empatía.
El diseñador dijo que los varones que acuden a él buscan personalidad en las prendas. «Vienen hombres que tienen una estética marcada. Por ejemplo, el primero que vestí quiso una campera de jean reciclado«, comentó.
Además, la prenda que más sale actualmente es un pantalón sastrero pinzado. «Es un pantalón ancho con unas pinzas bien grandes. Me lo piden un montón», indicó.
En cuanto a gustos, Juan comentó que su preferencia son los vestidos de egreso. Sin embargo, comentó: «También me vuelve loco la sastrería. En hombres y mujeres. Me encanta«. Un universo del que asegura sigue aprendiendo.

Su atelier, además, funciona como academia: “Doy clases de lunes a viernes, con grupos pequeños. Me gusta acompañar los procesos de aprendizaje con tiempo, con atención”.
El alma de Roma Atelier se construye sobre la empatía. Cada prenda es un diálogo entre el cuerpo y el gusto. “Para mí no es simplemente un vestido», explicó Juan. «Es la historia completa, es la persona, uno si no le da identidad, no le da humanidad a la prenda, es simplemente una prenda», agregó.
Esa filosofía se refleja en cada detalle, desde los vestidos de novia hasta los pantalones pinzados que son los más pedidos por los varones. También en los proyectos con textiles reciclados, donde los fragmentos de viejos pantalones se transforman en camperas únicas y pantalones.
“Mis clientes me traen prendas que ya no usan. Las desarmo, las corto, las ensamblo. Nada se pierde, todo se transforma. Es como ensamblar la vida misma”, dijo con una sonrisa.

El diseñador aseguró que la empatía es su principal herramienta, no solo a la hora de vestir, sino a la hora de presupuestar. «Trato de siempre estar un poco más del lado del cliente. Está todo muy caro, las telas están carísimas. Yo, por ejemplo, propongo, con un poquito menos de bordado, el mismo resultado. Es un beneficio para todos, no simplemente para mí».
Para el diseñador, la costura «es identidad». Mi trabajo es ser parte de algo un poco más profundo que la superficialidad. Es donde mi apellido, Roma, cobra más sentido. Es un refugio donde visto a cada persona con mucho respeto».
Entre sus historias, Juan contó: «Me ha pasado que vienen y me dicen ‘yo no tengo un cuerpo hegemónico’, yo les digo: no visto cuerpos, visto personas. Esa es la magia de vestir a medida», expresó.
En un mundo donde la moda suele dictar quién puede pertenecer o no, Roma Atelier propone lo contrario: crear desde la honestidad y con respeto por las historias que viste. “No me interesa cambiar los cuerpos para que pertenezcan a algo», expresó, «sino ayudar a las personas a habitar el cuerpo que ya tienen. Que se sientan bien en él”.
En un atelier de la ciudad de General Roca, entre telas y moldes, se alza una marca de diseño donde la moda deja de ser una imposición y se convierte en una forma de habitar el cuerpo con respeto. Roma Atelier nació hace ocho años y de la mano de su fundador, Juan Roma, crea prendas para mujeres y varones. "Yo visto personas, no visto cuerpos".
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