Muchos miran a Rusia como alternativa para la fruta

carlos ceballos

Especial para “Río Negro”

BERLÍN.- La capital alemana celebró este año la realización de la vigésima edición de Fruit Logistica con un impresionante despliegue de marketing.

La Feria se inició en 1993 en una superficie de 4.000 metros, que se ampliaron a los actuales 112.000 metros cuadrados. Veinte años atrás solamente 100 exhibidores presentaron sus productos; en esta edición fueron más de 2.500 representantes de 84 países diferentes los que dijeron presente.

Pero sobre todo fue una feria comercial en la que se disputó la mejor fruta y se negoció contra reloj para asegurar los suministros.

La crisis europea se reflejó en todas las opiniones receptadas, las que coincidieron en que será una temporada muy difícil, principalmente por dos causas: la falta de consumo observada en los mercados y los problemas de las economías centrales que no terminan de dar previsibilidad a los operadores.

Rusia, para muchos de los empresarios consultados, es todavía una gran incógnita porque es un mercado al que todos quieren llegar.

Para los próximos meses, una gran parte de la oferta europea de frutas almacenada en las cámaras frigoríficas, ante la imposibilidad de ser colocada en las góndolas locales, sería reorientada hacia los mercados de San Petersburgo y Moscú.

Esto sin lugar a dudas podría complicar el escenario de la oferta del hemisferio sur de pomáceas que, en pocos días más, estaría entrando en la ex ciudad imperial rusa para de allí ser distribuida a los principales centros de consumo de ese imponente país.

El gran gigante euroasiático hoy es uno de los pocos mercados de Occidente que está manteniendo el consumo de frutas; de ahí que los principales exportadores de peras y manzanas estén viendo en este mercado una salida para sortear la crisis de la temporada.

Pero la pregunta del millón es si el mercado ¿aguantará la presión de tanta fruta?

Como señalamos párrafos arriba, todos miran a Rusia pero por más buenas intenciones que se tengan, este mercado no puede absorber los volúmenes que proyectan exportar en este primer trimestre los países centrales de Europa, a lo que hay que sumarles los embarques que van a llegar del hemisferio sur. En este sentido, algunos de estos países estiman incrementar sus colocaciones en Rusia teniendo en cuenta que Europa y Estados Unidos se muestran retraídos en su consumo.

La mayor parte de los empresarios argentinos asegura que “todavía no se puede hablar de tendencias de precios para la fruta que está por arribar a los puertos europeos”. Destacan que el piso de las cotizaciones en Europa está por debajo del año anterior, pero la clave estará “en cómo será la pendiente de precios a lo largo del primer semestre del año”.

En relación con las exportaciones argentinas a Europa, los ejecutivos consultados señalan que esperan menores colocaciones en este destino por dos causas: los problemas económico-financieros que muestra el bloque y la caída que sufrió el euro en estos últimos meses. Si se tiene en cuenta la tendencia creciente que muestran los costos de producción para la fruticultura del Valle del Río Negro y Neuquén, será difícil posicionar la fruta argentina en este contexto negativo que muestra el viejo continente.

Alemania, en problemas

El gran motor de Europa, Alemania, está sufriendo los efectos de la crisis económica sumados a los problemas puntuales que existen sobre la frutihorticultura.

En una de las conferencias entregadas por la Fruit Logistica el fin de semana pasado, Dieter Krauss, de la Asociación Alemana de Comercio, señaló que cada vez más el consumidor exige alta calidad sobre lo que consume, pero esto no significa que por ello aumente la proporción de frutas y hortalizas en su dieta. Esto determina que los precios se encuentren en una meseta que complica el escenario de mediano plazo para la industria del país. En otras palabras, los consumidores han llegado a esperar mejor calidad y alimentos seguros siempre a bajos precios; “esto está destinado a fallar en el largo plazo”, destaca Krauss.

Nuevos importantes mercados de venta han entrado en años recientes, debido a la alta población que existe en ellos. Mercados emergentes donde los consumidores están dispuestos a pagar precios razonables por productos de calidad.

Esto implica la posibilidad de un direccionamiento del comercio. El continente asiático es uno de estos destinos que ya están mostrando importantes cambios para la fruticultura mundial. Buena parte de los operadores alemanes ya está abriendo las góndolas para las frutas y hortalizas en esos mercados.

“Cuando finalizó la Fruit Logistica 2011 no teníamos la menor idea de que tendríamos que enfrentar la crisis de la escherichia coli cuatro meses más tarde. Las consecuencias fueron catastróficas con la depresión sin precedentes en algunos productos. Hoy, apenas alguien lo menciona. Sin embargo los precios declinaron en el sector minorista. Nosotros criticamos la falta de valor en los productos pero permitimos su venta con precios a la baja durante años”, protestó Krauss en otra parte de su alocución.

Irónicamente señala que para las perspectivas de los consumidores, esta situación aparece como ideal a un primer vistazo. Pero este escenario tendrá un impacto negativo en Europa y especialmente en Alemania, porque “perderá su atractivo como mercado ‘llave’ de Europa”.

“Secundariamente nosotros tenemos que tener en mente que la cantidad de tierra agrícola en el mundo no va a crecer, al contrario decrecerá como consecuencia de la erosión del suelo, la construcción y la desertificación. Al mismo tiempo la población en los países emergentes y en desarrollo está creciendo rápidamente. Si fracasamos en contrarrestar esta tendencia, ello tendrá un significativo impacto en el mercado alemán. Nuestra autosuficiencia en hortalizas es del 40% y 20% en frutas. Si queremos preservar la diversidad y calidad de las frutas y vegetales frescos en Alemania no hay ninguna manera de evitar los mayores precios”, finalizó.

fruit logistica 2012