“Nadie sabe cómo va a cambiar nuestra vida”

El viedmense Mario Cáccamo vive en las afueras de Londres, en un campus donde se desempeña como director del centro de investigación en horticultura. Desde allí, reflexiona sobre la globalización, y los cambios que trae la pandemia.

La celeridad con la que se dispararon las alarmas en cada país por el coronavirus llevó al investigador viedmense Mario Cáccamo (h), y a su familia, a enfrentar el reto del aislamiento en un lejano Reino Unido.
La aparición del Covid 19 trajo para ellos la difícil tarea de seguir adelante aún con temor, por las dimensiones que tomó la pandemia en la isla británica. La ventaja es que viven en un lugar bastante aislado y seguro.
La vivienda se ubica a 45 minutos de tren de la diversa y cosmopolita capital de Inglaterra, y cuyas calles representan el epicentro de la pandemia en el Reino Unido.

Mario Cáccamo


En la actualidad se desempeña como director de un centro de investigación en horticultura que está a las afueras de esa ciudad. El centro se llama East Malling Research (NIAB EMR) y tiene más de 100 años de antigüedad.

“El cambio en nuestras vidas ha sido rotundo desde fines de marzo. Por mi trabajo tenía que viajar regularmente para visitar colaboradores en España, Francia, Estados Unidos y Asia. También dependíamos mucho del intercambio de científicos que los venían a visitar de todos los rincones del mundo. Todo esto paró de una forma drástica y todavía estamos viendo como nos va a afectar en el medio y largo plazo”, cuenta a RÍO NEGRO.


Sostiene que ante el encierro obligado, la vida en familia ha mejorado, pues “ tenemos más tiempo juntos” y “nos hemos adaptado a trabajar desde casa, pero también hay suerte de vivir en un lugar con tanto espacio”.
La residencia familiar está en el mismo campus de East Mailing que consiste de unas 200 hectáreas de frutales – manzanas, peras y muchos invernaderos con frutos rojos-, y entre tantos árboles están protegidos de la pandemia.


Según su visión, “la gente en Londres sufre el confinamiento. Al mismo tiempo tiene miedo de volver a una rutina similar a la que teníamos antes de la pandemia”.
Como Londres es una ciudad muy internacional, con uno de los aeropuertos mas conectados del mundo, con muchísima actividad que se alimenta de un mundo globalizado, Cáccamo intuye que “nadie sabe cómo el nuevo mundo que se nos presenta va a cambiar nuestras vidas” y “hay mucha incertidumbre” porque “esto, nadie se lo esperaba”.

Tan lejos, tan cerca


Mario (h) se detiene a pensar en su familia original y en cómo vive todo su grupo de allegados. “Si bien estamos más comunicados (skype y celulares), lo más difícil (para viajar a la capital rionegrina) es que si hay una emergencia, una eventualidad o una visita, esa alternativa ya no está más. Antes (del Covid 19) había tres vuelos diarios entre Londres y Buenos Aires, y en 24 horas podía estar en Viedma”, apunta.

Del mundo superconectado ya no se habla en el Reino Unido, del Brexit (salida británica de la Unión Europea) mucho menos, y este profesional viedmense ya sacó de su agenda los viajes por el resto del planeta.
Reflexiona acerca de una futura normalidad, y ve con recelo sobre los comportamientos. En ese sentido, advierte que “este va a costar mucho, la gente no va a querer viajar por el riesgo” que implica y “uno pierde la seguridad”, a la vez que pregunta: “si tengo que viajar a Hong Kong (como si fuera la rutina anterior), por qué me voy a arriesgar por trabajo, si me puedo agarrar una enfermedad cuando estoy del otro lado del mundo”.


La intranquilidad familiar está relacionada además con el ciclo lectivo en virtud de que allí las escuelas también están cerradas, y a su criterio el derrotero del calendario escolar provoca trastornos. Señala que “hay clases virtuales, pero es un problema porque cancelaron los exámenes, y aquí el sistema cuenta con un reglamento en el cual se estipula que debe haber pruebas sino no tienen admisión a la universidad”.


Una de sus hijas estudia arquitectura, y sobre la paralización de la educación superior, cuenta que “se ha generado un gran caos” debido a que “las universidades son pagas, y si no tienen alumnos no van a tener dinero”.


Su vínculo científico con Argentina

Cáccamo fue parte de un equipo de investigadores y becarios del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS, CONICET-UNS) y del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional del Sur (UNS). Junto a colegas rosarinos, de Italia y del Reino Unido lograron describir la secuencia del genoma del pasto llorón (Eragrostis curvula) y obtuvieron el primer mapa genético de la especie, en el que lograron posicionar la región condicionante para su modo de reproducción asexual por medio de semillas, llamada apomixis.
El descubrimiento, que fue publicado en las revistas Scientific Reports y Frontiers in Plant Science, es producto de un proyecto liderado por la doctora Viviana Echenique, investigadora principal del CONICET y directora del CERZOS, una de las unidades ejecutoras del CONICET en Bahía Blanca.

20 años
entre los anglosajones

Cáccamo sigue manteniendo vínculos con sus compañeros del colegio secundario en Viedma. Recuerda sus vidas en la adolescencia aún cuando lleva dos décadas en el Reino Unido. Ubica a cada uno de ellos, pese a la distancia, y sobre todo uno en particular: Gastón cuya hija juega al básquet en Viedma. “Una de mis hijas es buena para ese deporte, pero tuvo que dejar en estos momentos”, lamenta.


En el siglo pasado se graduó en la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca como Licenciado en Computación. Después concretó una Maestría en Campinas (Brasil) y un Doctorado de esa misma carrera pero en Dinamarca. Sin embargo, le tira la agricultura.
En East Mailing, las investigaciones están focalizadas en la generación de nuevos cultivos. Según, Cáccamo, históricamente el punto mas fuerte en East Malling ha sido el trabajo con injertos en manzanas, pero mas recientemente son reconocidos por el cultivo de frutillas y frambuesas. Ademas, lideran el trabajo de innovación en viñedos, un tema emergente en el sur de Inglaterra.


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