“Nadie se arrepiente

Santa Fe hizo punta y ahora le seguirá Córdoba. En total, cerca de 5 millones de un padrón de 29 millones que tiene el país, votan ya para cargos electivos vía el sistema de boleta única, un método que apunta a sanear el modelo de sufragio.

– Si tomamos que Santa Fe ya adoptó el sistema de boleta única y que Córdoba elegirá gobernador con este sistema -en total cerca de 5 millones de electores de los 29 y algo más que tiene el país-, ¿qué lectura hace de la decisión de al menos dos provincias de adoptar este método?

– Es una experiencia muy importante. En el nivel nacional, cuando se introdujo la última reforma política, en los diálogos preliminares que, conducentes a esa reforma, se realizaron con partidos políticos, especialistas en temas electorales, jueces electorales, en todo ese camino, las autoridades electorales nacionales sostuvieron que la boleta única era imposible de implementar por la fragmentación partidaria que define al sistema político argentino. Argumentaban que era imposible poner a todos en una boleta. Sin embargo, ahora en Santa Fe se usó la boleta única en elecciones primarias donde la cantidad de candidaturas obviamente se multiplica porque hay varios postulantes por fuerza. Y se usó en un distrito que tiene algunos departamentos donde tradicionalmente se registran muchas listas. Uno de esos casos es el de Rosario, donde se presentaron 36 listas de concejales, un número que no impidió, no condicionó de ninguna manera, el uso con éxito de la boleta única. No hubo complicaciones, todo el acto eleccionario transcurrió con normalidad. No era una elección sencilla; ninguna lo es en todo caso cuando se instrumenta un nuevo sistema de boleta. Pero quedó demostrado que la inviabilidad de aplicación del sistema del que hablan distintos sectores del poder nacional, puede no ser tal…El Cippec cree que la experiencia de Córdoba también será positiva. Por supuesto que, como también quedó demostrado en Santa Fe, la aplicación del sistema de boleta única implica trabajar de aquí en más en algunos problemas muy puntuales que hacen a cuestiones operativas, de aplicación del método. Cuestiones que, de ninguna manera, invalidan la naturaleza, la validez del sistema en tanto innovación en la práctica objetiva, concreta del acto de elegir.

– ¿Lo de operativas, qué define?

– Estoy hablando de temas que hacen al tamaño de las urnas, a colores de boletas de dos categorías distintas que se parecían y podían inducir a la confusión del elector, temas que sin embargo no afectan las garantías que debe tener un proceso electoral. El día de la elección en Santa Fe, el Cippec estuvo en Rosario, Santa Fe capital y Rafaela, un conjunto demográfico de más de dos millones de personas. Recorrió centros de elección, habló con la gente y de esa experiencia extraemos que los electores se adaptaron bien al sistema, lo encontraron sencillo de utilizar y no detectamos inconvenientes importantes que invaliden el sistema. Mire, en tanto reforma, la aplicación del sistema de boleta única requerirá un esfuerzo de adaptación por parte del conjunto social: el poder político, judicial, los partidos y, claro, la gente. Pero vamos por buen camino… créame.

– En sus trabajos sobre el sistema de boleta partidaria y boleta única, el Cippec detecta varios problemas que se dan en el caso del primero y que soluciona el segundo. En ese marco, ¿cuál es el problema más grave que ofrece la boleta por partido?

– El más grave es que no garantiza el derecho a elegir y ser elegido. Sucede que, como cada partido aparece en una boleta distinta, esto genera incentivos para que los partidos procuren hacer desaparecer las boletas de los contrincantes… Esta cultura es toda una historia en nuestra historia electoral. Cultura que persiste, que enturbia un proceso electoral. No es una novedad decir que al ingresar al cuarto oscuro, el elector puede encontrarse que no tiene garantizada la oferta electoral completa. En este sentido hay que computar a favor de la boleta única que se torna más fácil la fiscalización de la jornada electoral, ya que los partidos no tienen que estar controlando si les roban o no las boletas. La boleta única también elimina otro factor que alienta tensiones, discusiones entre los fiscales de mesa, controversias: la ubicación de las boletas en el cuarto oscuro. Ahora las boletas son entregadas al elector por el presidente de mesa. Es decir, reflexionado desde esta perspectiva, el sistema de boleta partidaria afecta incluso a aquellos partidos que en una actitud honesta, democrática, no alientan el robo de boletas. En cambio, con el sistema de boleta única, toda esta cultura de conductas desaparece porque todos las candidaturas aparecen en una sola boleta.

– Parece algo muy sencillo para solucionar vía la boleta única…

– Sí, la boleta única no es una respuesta compleja a estos problemas. Es cierto: es una alternativa sencilla en cuanto a mecanismo, pero es muy innovadora en cuanto a cómo incide en la instrumentación de la elección, en su saneamiento, todo lo que modifica y garantiza. Desaparece, por ejemplo, la posibilidad de poner boletas truchas y, además, como todas las boletas son impresas y distribuidas por el Estado, está asegurado que donde llegan las urnas llega la oferta electoral completa. Y como ese diseño es responsabilidad del Estado, está asegurado que todos los candidatos y partidos van a ocupar el mismo lugar en la boleta. Además, el sistema de boleta única impide ciertos negocios que generalmente se diseñan desde partidos sin vocación representativa, pero que sí les conviene presentarse a elección.

– ¿Qué negocios?

– El aporte oficial para la impresión de boletas posibilita negocios en ese tipo de partidos.

– ¿Qué implica -desde esta perspectiva- que las boletas sólo estén disponibles el día de la elección y en el lugar de elección?

– Impide prácticas muy habituales de los partidos el día de la elección. Un caso: como las boletas están disponibles sólo el día del comicio y en el lugar del acto de votar, o sea no hay circulación previa de las boletas antes de la jornada electoral ni fuera del lugar, los partidos no pueden llevar adelante prácticas que van desde el intercambio de votos por favores, especies… el voto cadena…

– Algunas de esas prácticas abrevan en condiciones culturales, ¿no?

– Por supuesto. La boleta única ataca el corazón de ciertas prácticas clientelares, como por ejemplo la que se funda en advertir al votante que se puede llegar a saber cómo votó, si votó por la opción “correcta”. La boleta única condiciona fuertemente este tipo de práctica.

– En relación al “efecto arrastre”, la opinión del Cippec es que no necesariamente la boleta única lo elimina. ¿De qué depende la vigencia o no de ese efecto?

– Del diseño de la boleta. El diseño que eligió Santa Fe lo elimina. Es una boleta única por categoría, es decir un voto por cada categoría. Pero hay otros diseños, el que eligió Córdoba para su próxima elección: todas las categorías y todos los partidos en una sola boleta. Este diseño posibilita incluso que con una marca en la boleta, se vote a un partido para todos los cargos. La diferencia de diseño entre uno y otro caso implica, para Santa Fe, tender a que el elector vote cada cargo en forma autónoma; mientras que Córdoba tiende a facilitar el voto al mismo partido para todos los cargos. Mire, hay algo muy positivo en relación a la aplicación de la boleta única, algo que nos llega desde la historia a escala mundial: nadie se arrepiente de aplicar el sistema de boleta única… No hay marcha atrás. O sea: la adopción del sistema da resultados positivos.

– ¿El voto electrónico cómo se inserta en toda esta cuestión?

– En realidad, es un método que se aplica no por falencias del sistema de boleta única, no porque la boleta única no garantice derechos. Nada de eso. El voto electrónico se aplica -ese es el caso de Brasil y Venezuela- por razones de extensión territorial y los problemas que suelen devenir de esa características, por caso demoras en el escrutinio, en conocerse los resultados. El voto electrónico les garantiza un escrutinio rápido.

– ¿En Argentina se llegará a elegir presidente vía boleta única?

– La adopción del sistema de boleta única es una reforma pequeña que hace al régimen electoral, pero teniendo en cuenta que lo único que se modifica es la forma de votar, el instrumento que se utiliza para sufragar. No es -esto debemos tenerlo muy en claro- una reforma del sistema electoral. En Argentina tenemos algo así como dos regímenes electorales que conviven: el nacional electoral a través del cual elegimos los cargos electivos nacionales -presidente, senadores y diputados nacionales- y el provincial donde cada provincia dicta sus propias normas. En el Parlamento hay proyectos para cambiar la forma de elección de cargos nacionales, pero hasta ahora no prosperaron… Hoy en materia de voto electrónico, avanza Salta, que ya lo incorporó en su reciente elección para un 30 % de su electorado pero que para el 2015 espera que englobe a todo su electorado.

Martín Heer

María Page, politÓloga, especialista en sistemas electorales

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com


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