Natación en aguas frías: amantes de lo extremo

En Bariloche la disciplina tiene muchos adeptos que piden que vuelva a ser parte de los Juegos Argentinos de Invierno. Se precisa entrenamiento, disciplina y un acompañamiento externo.

Como si nadar en espacios abiertos y en lagos de origen glaciario no alcanzara, siempre hay alguien que busca ir más allá.

Un desafío distinto a todo es el que se se proponen justamente los nadadores de aguas frías, que no sólo se sumergen en estos ambientes, sino que prefieren el invierno. Y si es rodeados de hielo mejor.

Facundo Palumbo es uno de los integrantes del grupo que se conformó en Bariloche el año pasado para entrenar en aguas frías y que ya piensan en la faz competitiva.

Se reúnen los domingos en Puerto Moreno para nadar con aguas por debajo de los 8 grados y una temperatura ambiente que muchas veces está bajo cero. Lo complementan con otras sesiones semanales de nado en pileta, kayak o gimnasio.

La natación en aguas frías tiene larga tradición en los países del norte europeo, pero hay grandes exponentes que nada tienen que ver con esa geografía. En el último mundial, realizado en Siberia, se consagraron campeonas la chilena Bárbara Hernández y la argentina Victoria Mori.

Palumbo dijo que entre los barilochenses hay grupos con diversos niveles y que Jorge Yáñez es quien logró el nivel más avanzado y se prepara para competir. “Tiene un muy buen manejo de aguas frías y también buenos tiempos”, aseguró.

Las carreras no abundan, pero un objetivo inmediato de los cultores de la especialidad es que la natación de aguas frías vuelva a ser incluida en los Juegos Argentinos de Invierno, como lo estuvo hasta hace dos años.

Según Palumbo, el nado de este tipo es un “deporte extremo” y para iniciarse sin riesgos hacen falta controles médicos y el cumplimiento puntilloso de un protocolo para ingresar y salir del agua.

Siempre hay otros compañeros de afuera que controlan y que ante un síntoma de hipotermia advierten para que uno salga”, explicó.

La visión de los celestes y los verdes en el nado subacuático es incomparable, parece de ciencia ficción

Facundo Palumb, integrante del grupo NAF de Bariloche.

Dijo que en el grupo conformado en Bariloche casi todos nadan sólo con una malla, sin traje de neoprene. Explicó que “uno empieza de a poco, y con la experiencia va estirando los tiempos”. En un principio si tolera cinco minutos sin principios de hipotermia ya está bien. Luego extienden las sesiones, siempre bajo estricto control. Algunos llegan a los 45 minutos.

Hay que evitar el shock y uno no sufre el frío. Se liberan endorfinas y hay una especie de euforia, sensación de calor”, aseguró el nadador.

Dijo que es necesario estar atento a los síntomas de hipotermia, como son la dificultad para cerrar los dedos, el color pálido en la piel, los movimientos torpes o el hablar trabado. A vece el propio nadador no lo percibe, por eso es importante que esté acompañado por otra persona.

“Llevamos planillas con los registros de temperatura, de tiempo de nado y tiempo de recupero. También hacemos estudios médicos una vez al año”, dijo Palumbo.

El grupo barilochense suele sumergirse en el lago Nahuel Huapi (desde una pequeña playa en Puerto Moreno), donde hay dos muelles flotantes y otras referencias que sirven para entrenar.

La temperatura del agua en esta época ronda los 8 grados, y desciende a 7 a un metro de profundidad. También han nadado en la laguna El Trébol con temperaturas de 2 grados y cuando se congeló realizaron agujeros en el hielo, para probar con nado subacuático.

“La experiencia tiene sus particularidades, es otro deporte y la visión de los celestes y los verdes en el nado subacuático es incomparable, parece de ciencia ficción”, dijo Palumbo.

Señaló que la salida del agua también demanda cumplir ciertos pasos. Lo más seguro para evitar riesgos es hacerlo cuando la temperatura baja a 35 grados (es decir 1,5° menos de lo normal), y lo aconsejable es sacarse de inmediato la ropa mojada, secarse, vestirse y tener algo caliente a mano para beber. Hay que hacerlo muy rápido porque “a los 30 segundos el cuerpo empieza a temblar, que es normal, como mecanismo para recuperar calor”, explicó el nadador.

El objetivo que se plantean, dijo, es “correr el límite”, disfrutar el nado y “apoyarse todo el tiempo en el grupo”.

Los nadadores locales se preparar para participar del primer Encuentro de Aguas Frías en Junín de los Andes, el próximo fin de semana. Nadarán en el río Chimehuin y en le lago Huechulafquen.


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