Neuquén con sequía y viento está en alerta por incendios

El panorama es desolador en la zona cordillerana porque se observan vertientes que se han secado y zona de pastos secos. También con pronósticos de tormentas secas.

Mientras aún no se terminó de determinar oficialmente qué o quién inició los incendios que consumieron la Comarca Andina del Paralelo 42 y mucha gente los confunde con los que azotaron a El Bolsón en febrero, en Neuquén, vecina de Río Negro, la pregunta es inevitable: ¿podría pasar algo parecido? La pregunta tiene varias respuestas.

Uno de los aspectos a tener en cuenta es la cercanía de los bosques donde se registraron los incendios, con las viviendas. Para el secretario de Desarrollo Territorial y Ambiente, Jorge Lara, no es tan común encontrar este escenario en la provincia, aunque hay excepciones como en Villa la Angostura. El coordinador del Sistema Provincial de Manejo del Fuego, John Cuiñas, explicó que sí existe el riesgo de “interfase”, o sea que el fuego se inicie en el campo o el bosque y pase a una localidad o viceversa, por una propagación rápida de las llamas.

Este aspecto nos hace pasar al siguiente punto, que son las condiciones climáticas, y en este sentido, las provincias mencionadas están marcadas por los mismos males: sequía, viento y temperaturas más altas que lo habitual. Cuiñas describió un panorama desolador en la cordillera, con un descenso importante de la humedad, la mayoría de las vertientes secas y pocos cursos de agua.

Lara habló de un “verano atípico” con tormentas secas o eléctricas. Indicó que los rayos caen sobre las araucarias y las empiezan a quemar por dentro. Si los brigadistas no detectan el humo a tiempo, el árbol se cae y comienza un incendio en el bosque nativo. El otro problema es el pasto seco, que “prende como si fuera papel de diario”, se vuela con el viento y prende “todo fuego por abajo”.

Otro punto que desnudaron los incendios de Chubut fue la precariedad laboral de los brigadistas, que no cobran sus salarios desde hace dos meses. En Neuquén, Cuiñas resaltó que hace unos años fueron pasados a planta permanente. Detalló que son 150 empleados distribuidos en cuatro distritos regionales: el norte (en la zona de Chos Malal), centro (Loncopué y alrededores), el departamento de Aluminé y parte del de Catán Lil, y el Sur (con una base en Junín de los Andes).

El coordinador destacó que Neuquén es la única provincia que tiene dos helicópteros a los que se les pueden colocar helibaldes. Lara indicó que también cuentan con camiones cisterna y camionetas de respuesta rápida. Además, el secretario destacó el trabajo de prevención.

Dijo que el mismo consiste en ir tratando de ordenar y verificar que los cortafuegos estén limpios (son los caminos por donde entran las máquinas). También están los “recorredores”, que hacen controles en torres de vigía o mangrullos, con binoculares.

Sobre el origen de los incendios, Lara descartó que en la provincia estén vinculados a conflictos sociales, como reclamos ambientales o de las comunidades originarias. En el caso de Chubut, los vecinos relacionaron los siniestros con las manifestaciones que habían impedido que se tratara la zonificación minera que abriría paso a la megaminería. El senador Alberto Weretilneck aseguró que tenía pruebas que los habían provocado las mismas personas que tomaron la zona de El Foyel y desde la coordinadora del parlamento mapuche-tehuelche le respondieron que sus acusaciones eran “racistas” y que habían indicios de una caída de un transformador como comienzo del problema.

Para el secretario de Ambiente, los incendios intencionales responden, más bien, a negligencias como quema de basura o fuegos (el de los típicos asados) mal apagados. Estos hechos molestan especialmente a Cuiñas: “esto me enoja, estamos arriesgando la vida”.

La remediación

Las tareas después de un incendio también están marcadas por el cambio climático. El secretario de Ambiente aclaró que ha sucedido que no pueden volver a plantar en lugares que se quemaron porque cuando se plantó la primera vez se registraban cierta cantidad de lluvias que ahora no caen.

En el caso de los bosques nativos se recurre al vivero de la comunidad Puel, en Villa Pehuenia. Se planta árbol por árbol y se lo protege. “Después, que Dios nos ayude para que crezca


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios