Neuquén: crudo diagnóstico en Confluencia
El Obispado pidió que el Estado “lleve soluciones y no busque votos”.
NEUQUÉN
NEUQUÉN (AN).- El barrio Confluencia vive una tensa calma, y eso lo saben todos. Lo saben los funcionarios, policías, vecinos y cada persona que conoce y reconoce la realidad de un sector castigado por la violencia. La balas dejaron de gobernar las noches y los patrullajes son constantes, pero nadie asegura hasta cuándo durará la ansiada paz.
La Pastoral Social del Obispado de Neuquén analizó el fenómeno. Lo hizo de manera dura y lacónica. “Que el Estado provincial vaya al barrio Confluencia, no a buscar los votos que necesita para mañana, sino a llevar las soluciones que esos vecinos necesitan hoy mismo”, expresó el paper de 31 líneas que firmaron, bajo el título de “Solidaridad y exigencia”, Rubén Capitanio, Andrés Rebolledo, Carla Madaschi y Nelson Castro.
El sector tiene unos 20.000 pobladores y muchos problemas. “En Los Pumas hace 30 años que no se hace una obra, nos tienen abandonados”, dijo el presidente de la comisión vecinal del barrio, Luciano Montesinos, un militante del MPN que ayer agradeció por los micrófonos de las radios “el cambio en la seguridad” que existe en el barrio desde que la policía multiplicó efectivos, autos y motos. Lógicamente criticó al gobierno municipal.
Confluencia se había transformado en un campo de batalla y la gota que colmó el vaso fue la muerte del puntero del partido provincial José Orlando Pereira, alcanzado en su casa por una bala perdida, durante una balacera entre dos bandas de jóvenes que arreglan sus diferencias a fuego y sangre.
Desde ahí en adelante, y durante un par de días, el caos continuó. Los vecinos quemaron una vivienda, hubo represalias, piedrazos, roturas de autos, y otros dos heridos. Muchos pobladores comenzaron a pensar en armarse y la policía le echó el guante al Bombo Oyarzo, el presunto autor del asesinato de Pereira, detenido cuando hacía pegatinas para el MPN.
Ayer, la Pastoral volvió a echar blanco sobre negro. “Se nos hace inexplicable la ausencia de una Justicia que deja la puerta abierta (casi como una invitación implícita) a buscar ‘justicia por mano propia’, como una manera de promover actitudes de venganza que harán crecer el espiral de violencia que ya se sufre (…) Exigimos como ciudadanos la urgente intervención del Estado provincial (en sus tres poderes) para que seriamente se ocupe de la realidad que padecen estos vecinos y realice acciones que conlleven a una inclusión social auténtica, dejando de limitarse a declaraciones públicas y a sumar más policías y patrulleros, que ya está demostrado no colaboran a ninguna solución”.
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