Niegan asesinato de “Cacha Pelada”

César Izza

ROCA/ALLEN.- Los dos acusados de asesinar al conocido narco de Allen Luis Miguel Ayala, conocido como “Cacha Pelada”, negaron su vinculación con el hecho. Aseguraron que no tenían rivalidad con la víctima y que, por el contrario, Ayala era el único testigo del intento de asesinato que había sufrido poco antes del crimen el hermano de uno de los imputados, por lo que su muerte significó que quedara impune aquel hecho. Nicolás Leal (19) y Cristian Espinoza (24) están procesados por “homicidio calificado por alevosía” y podrían ser condenados a perpetua. Ambos están detenidos y se defendieron ante los jueces de la Cámara Criminal Primera el lunes pasado, cuando comenzó el juicio oral y público en Roca. Dijeron que el hermano de Espinoza había sido baleado en la cabeza cuando estaba en la vereda de la casa de Ayala y que éste era el único testigo directo de aquel intento de asesinato. A las 0:55 del 25 de octubre de 2011 “Cacha Pelada” estaba dentro de su casa de la calle Lago Mascardi, en el barrio Colonizadora de Allen, cuando dos personas “de manera subrepticia”, según la acusación, efectuaron al menos siete disparos de 9 mm hacia el interior. Uno dio en el abdomen de Ayala, quien murió poco después. Mientras agonizaba, alcanzó a decir los nombres de sus atacantes y ambos jóvenes fueron detenidos a la mañana siguiente en Roca, cuando llegaban al hospital a visitar al hermano de Espinoza, que estaba internado por el balazo que había recibido en los días previos. El juicio continuó ayer. La audiencia comenzó con tres horas de atraso porque no había móviles para trasladar a los imputados desde la cárcel hacia Tribunales, porque uno de los jueces estaba ocupado en otro debate y porque la fiscal Laura Pérez y la secretaria del Tribunal, Laura González Vitale, se quedaron encerradas en un ascensor. El sargento de la Unidad 33 Gustavo Juárez fue una de las últimas personas que pudo hablar con Ayala. Según declaró ayer, el diálogo duró unos segundos, mientras “Cacha Pelada” agonizaba en una camilla de la guardia del hospital de Allen. La víctima alcanzó a contarle que “Nico Leal y Perrín Espinoza” lo habían atacado, señaló Juárez en medio de un relato algo deshilado y marcado por las repreguntas de los jueces. Aseguró además que la pareja de Ayala, Ivana Sandoval -a quien la Justicia aún no logró ubicar para que declare- también acusó esa noche a los dos jóvenes. Juárez y otro policía de la Unidad 33 que ayer declaró, el cabo primero Román, titubearon cuando los abogados defensores les preguntaron si conocían la ocupación de Ayala. Ambos señalaron que por “comentarios” o por “las noticias”, sabían que se dedicaba al “tema de las drogas”. Juárez también recordó que la casa de Ayala había sido baleada en otras oportunidades. Los testigos ofrecidos por la defensa, Tamara Maza (expareja de Leal), Orfelia Cayumil (tía de Espinoza) y Marcelina Del Valle (vecina de Leal), afirmaron que en la madrugada del crimen Leal y Espinoza estuvieron en sus respectivas casas. Un vecino de Ayala se limitó a narrar que dormía cuando oyó la balacera y que al salir vio a una chica corriendo por la calle. “Antes de venir para acá me atacó un muchachito. No estoy de parte de nadie”, dijo el testigo evidenciando preocupación. La fiscal Pérez, subrogante en la causa, requirió a los jueces varias medidas probatorias, algunas reclamadas los familiares de Ayala. Pidió que se llame a declarar a Hortensia, hermana “Cacha Pelada”, y a una enfermera del hospital de Allen. Fue llamativo a esta altura del juicio que Pérez debió pedir que se incorporen los resultados de las pericias que Criminalística realizó sobre las prendas de vestir secuestradas en la casa de Leal. Esa información, clave para el caso, no había sido volcada al expediente. (AA y Redacción central)


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