Ocho años de cárcel por matarlo tras una discusión en un partido de truco

El 20 de julio, tras un asado en un comercio de Bariloche, Ubaldo Chamorro asesinó a Gustavo Quiñehual.

Tomó el micrófono y lo miró a la cara a Ubaldo Martín Chamorro, que estaba sentado en el banquillo de los acusados. Por un puñado de segundos hubo un silencio en la sala de audiencias. “Quiero decirte a vos –advirtió Mariana Hernández–. Perdón de nosotros no vas a tener. Me mataste a mi marido. No me lo devolvés ni vos ni la Justicia ni nadie”, expresó la mujer, masticando bronca y dolor. Chamorro asentía con la cabeza. “Mataste al amor de vida, al padre de mis tres hijos y solamente Dios va a hacer justicia”, remató la viuda antes de que el tribunal impusiera la condena al acusado por el homicidio de su esposo, Gustavo Manuel Quiñehual.

Los jueces Gregor Joos, Marcos Burgos y Bernardo Campana validaron ayer el acuerdo que la fiscal Betiana Cendón, la defensa de Chamorro y la querella tejieron en un juicio abreviado. Por eso, condenaron a Chamorro a 8 años y 8 meses de prisión por el homicidio, que ocurrió la madrugada del 20 de julio pasado.

Chamorro y Quiñehual se habían conocido horas antes porque coincidieron en una actividad que había organizado el dueño de una pinturería de Elflein al 1000, para promocionar un producto. Quiñehual era pintor y Chamorro, jardinero. Tras la charla, se hizo un asado, con buena carne, abundante vino y fernet. Para la sobremesa surgió el clásico partido de truco con varios de los comensales.

Quiñehual se ocupó de anotar los puntos de cada pareja. El partido fue tomando calor al ritmo de la ingesta de alcohol y se disparó una fuerte discusión entre Chamorro y Quiñehual por los puntos. Hubo cruces de insultos y salieron a un estacionamiento interno donde se pelearon.

Otros invitados y el organizador lograron calmar la situación y Chamorro se retiró. Pero minutos después, se volvieron a cruzar en la calle Elflein, donde Chamorro le asestó tres puntazos a la víctima. Una de las puñaladas perforó una arteria y Quiñehual murió después en el hospital Ramón Carrillo por una grave hemorragia. Tenía 35 años.

Chamorro escapó del lugar y ocultó el cuchillo en la casa de un familiar, que está pegada a la vivienda donde el agresor convivía con su pareja. La investigación avanzó con rapidez porque las cámaras de seguridad filmaron casi toda la dramática secuencia. Además, hubo testigos directos del ataque. Por eso, el sospechoso fue detenido horas después en su domicilio. Secuestraron el cuchillo que tenía aún manchas de sangre en la casa contigua y ropa.

Ayer, Cendón explicó ante el tribunal que habían alcanzado un acuerdo pleno, con el aval de la viuda, que intervino como querellante en la causa y el consentimiento del acusado, de 31 años, y su defensor oficial Marcos Cicciarelo. Valoraron que no tenía antecedentes penales.

El abogado querellante Alejandro Pschunder destacó la “voluntad realmente increíble” de la esposa de la víctima y su familia, que estaba en la sala, para resolver el conflicto. Chamorro aceptó su responsabilidad ante el tribunal y consintió la pena propuesta. Cuando le dieron la palabra, pidió formalmente perdón a la familia. Nadie aceptó sus disculpas.

“Me mataste a mi marido. No me lo devolvés ni vos ni la Justicia ni nadie. Mataste al amor de vida, al padre de mis tres hijos”.

Mariana Hernández, viuda de Gustavo Quiñehual.

Víctima y victimario no se conocían. Habían sido convocados en una actividad en la pinturería de la calle Elflein y allí hablaron por primera vez.

Datos

“Me mataste a mi marido. No me lo devolvés ni vos ni la Justicia ni nadie. Mataste al amor de vida, al padre de mis tres hijos”.
Víctima y victimario no se conocían. Habían sido convocados en una actividad en la pinturería de la calle Elflein y allí hablaron por primera vez.

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