Análisis de las elecciones en Roca: una campaña corta y lejana antes del nuevo desafío, reinventarse

El sorismo acertó al concentrar la campaña en el plano local, escapando de la dispersión peronista provincial y del turbulento presente del oficialismo nacional. Por el lado de la oposición, la estrategia de colectoras desplegada por Banacloy no tuvo el efecto deseado.

El triunfo del sorismo no puede explicarse en una sola razón. Es multicausal, pero dentro de esa combinación de factores hay varios elementos que resaltan. Llevar las elecciones a la fecha más temprana posible fue un acierto para el oficialismo de Roca. Esa decisión acortó al mínimo los tiempos de la campaña y la oposición no tuvo tiempo suficiente para instalar mensajes y candidatos.

Votar a la salida del verano no sólo fue beneficioso porque históricamente -dato surgido de encuestas- después de la Fiesta de la Manzana es el momento del año con imagen positiva más alta para las autoridades locales.

El plan de continuidad también se favorece porque dentro de una sociedad que toma cada vez más distancia de la dirigencia político-partidaria, convocar a las urnas en el momento de regreso a clases, de reorganización familiar, hizo mucho más difícil encontrar a roquenses dispuestos a escuchar y acompañar ideas de cambio.

Nada de eso podrá ser reprochado por el principal candidato de la oposición, Carlos Banacloy, porque es exactamente lo mismo que hizo su partido con los comicios provinciales del 2019 y de este año.

Lejos de las grietas del peronismo


En el plano interno, el sorismo también acertó al concentrar la campaña en el plano local, escapando de la dispersión peronista provincial y del turbulento presente del oficialismo nacional.

Ahora bien, se abre un desafío para la intendenta Soria, porque hay probabilidades crecientes de que su próximo gobierno deba relacionarse con mandatarios de distinto signo político a nivel provincial y nacional.

Esa experiencia ya se vivió entre el 2015 y el 2019 en la ciudad y el resultado de suma cero quedó a la vista con la derrota electoral de Martín Soria hace cuatro años.

Ese nuevo camino que deberá construir la intendenta llevará implícita también la responsabilidad de extender la vida política del sector que fundó su padre, hace 20 años.

La jefa comunal no podrá reelegir en el 2027, por lo tanto sólo le queda pensar en construir un camino ascendente en la provincia.

Su hermano, hoy ministro de Justicia de la Nación, casi no se mostró en la campaña, señal de una imagen negativa muy importante como para proyectar un regreso a la Intendencia.

El nuevo escenario los llevará entonces hacia un lugar donde nunca estuvieron, obligados a compartir protagonismo con alguien con distinto apellido.

El fracaso de las colectoras


Por el lado de la oposición, la estrategia de colectoras desplegada por Banacloy no tuvo el efecto deseado. Y peor que eso, hizo perder bancas a Juntos Somos Río Negro, que si hubiese sumado todos los votos de su candidato a intendente tendría dos lugares en el nuevo Concejo.

Entre el resto de los partidos, fue negativo el proceso de Cambia General Roca. En el 2015, última elección en la que participó esa fuerza, el candidato del PRO había logrado el 11%. Ahora la cosecha fue del 7,9 pagando el precio además de haber sido señalados por buena parte del arco político como funcionales a la estrategia del sorismo, porque ayudaron a dividir a la oposición


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