Clases, libre circulación o anarquía vial


Todo doble estacionamiento, previo e impune, en horarios de entrada y salida de los chicos a escuelas, es una violenta dificultad diaria .


Aún prohibidos, masivos estacionamientos discrecionales de doble fila (en horarios pico), ante establecimientos educativos, con sus consecuentes derivaciones de congestión e inseguridad, como otros problemas propios de maniobras arbitrarias o tránsito anárquico que, puntual y cotidianamente se producen a la entrada y salida de los alumnos; revelan la imperiosa necesidad de que escuelas o colegios, singularmente sus representantes, implementen y conciten una activa, permanente e inmediata educación y compromiso vial.

Todo doble estacionamiento, previo e impune, en los horarios de entrada y salida de los chicos a escuelas o colegios, ya constituye una violenta dificultad diaria en términos de una paradójica violencia institucional educativa, sin responsabilidad social.

Estamos ante una cuestión caótica e injusta, propia de irresponsabilidades paternales, institucionales escolares, municipales, etc.; como de otros incontables factores que la explican y predicen: falta de lugares para estacionar, indisponibilidad de señalización y cartelización precisas, la premura y desaprensión de padres por llegar a sus lugares de ocupación; marcada ausencia de la autoridad policial municipal de aplicación oportuna, inexistencia de una cabal campaña pública civil de concientización vial -y todavía- de aplicaciones app especificas disponibles que, mancomunada y cooperativamente, tiendan a corregir y revertir estas anarquías viales y este pésimo hábito cotidiano, durante cada periodo educativo o ciclo escolar.

Tal congestionamiento de tránsito que la situación genera, repercute también en la vida normal de vecinos colindantes, sus familias o quehaceres. Asimismo hay que tener presente el riesgo que implica para la vida de un niño o joven cuando decide cruzar la calzada con una doble y hasta triple fila de autos obstaculizándole la visión y locomoción, sin hacerlo en los lugares o espacios viales autorizados por las autoridades locales como esquinas, puentes viales aéreos, etc.

Estacionar en doble fila es una clara infracción. Su recurrencia diaria agrava la misma con riesgo para los miembros de la comunidad educativa pero, también, todo un fastidio indignante para quienes no pertenecen a la misma y, circunstancialmente, ejerciendo su derecho constitucional de libre circulación, se ven impedidos de hacerlo por estas ya viejas y mañosas prácticas de tantos padres de alumnos al volante, que debiendo dar el ejemplo, con toda desaprensión militan diarias contravenciones a elementales normas de convivencia y circulación ciudadana.

Esta educación vial, que para muchos establecimientos educativos forma parte de su Proyecto Institucional, se extiende a los padres como una forma de contribuir a la concientización de los adultos.

Preconclusivamente, una sostenida e informada Educación Vial Oficial debería impregnar pedagógicamente, con contenidos apropiados, a todos los niveles de la Comunidad Educativa en colegios y escuelas

Actualizar, reciclar y articular campañas oficiales (Seguimos Educando), Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), etc., vinculando seguridad vial con educación (https://www.educ.ar/); con programas privados (“Asociación civil Luchemos por la vida” y otras), o mixtos; con formadores, materiales didácticos/simulacros y lineamientos o directrices adecuados, permitirá que maestros y docentes de niveles inicial, primario y secundario puedan contar, articular y activar propuestas pedagógicas y materiales, especialmente diseñadas para abordar la prevención y seguridad vial, empezando por el ingreso y egreso a sus dependencias educativas, claro está.

Esto último, naturalmente debe integrarse y complementarse con la capacitación y concientización permanente de todos los funcionarios y servidores públicos que realizan tareas de control y fiscalización vial preventivas, ello con el fin de ofrecer herramientas teórico-prácticas precisas, unificando y homologando criterios y sanciones para tan delicada tarea en cuestión.

Finalmente y con un pensamiento lateral, de modo gradual, paulatino y cooperativo, se lograría avanzar en educación y seguridad vial con responsabilidad institucional escolar y municipal, descomprimiendo paulatinamente demasiado fastidio social, potencialmente peligroso, irritativo y violento, que este caótico contorno educativo viene provocando y produciendo incremental e injustamente para terceros, con un catálogo indeseable de reproches, entredichos y malos ejemplos de padres ante sus hijos, precisa y antónimamente para estos escolarizados en plena etapa formativa.

* Experto en Cooperativismo de la Coneau.


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