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Idiotas felices

TikTok no es una serie de videos que alguien mira, sino un algoritmo que sabe qué es lo quieres ver y te lo muestra… privilegia lo que requiere menos trabajo intelectual…

Redacción

Por Daniel Molina

Esta semana Jonathan Haidt recomendó un largo ensayo en su cuenta de Twitter. El texto recomendado se titula (está en inglés) “TikTok es un nuevo tipo de super-arma”. En él, Gurwinder (así firma sus textos el autor del artículo recomendado), además de mostrar cómo funciona realmente esta aplicación, dice que no solo estamos volviéndonos más idiotas, sino que es eso lo que estamos buscando. Según él, TikTok es el camino más corto a la imbecilidad total y en eso estamos.

Gurwinder comienza recordando que durante milenios la mejor forma de dominar a los demás era mediante el dolor y el terror. Pero que el avance de la neurobiología y el desarrollo de internet han favorecido la opción del placer para dominar a los demás mediante la estimulación “positiva”.

Tik ok, inventada en China (en su directorio hay incluso un miembro del Partido Comunista), es la aplicación más exitosa en la historia. No solo ha superado a Google como lo más usado en internet, sino que su mecanismo de funcionamiento está siendo imitado por todos los grandes del mundo virtual. Twitter o Facebook tienen algoritmos de recomendación para mejorar el producto. En TikTok el algoritmo de recomendación El Producto. TikTok no es una serie de videos que alguien mira, sino un algoritmo que sabe qué es lo quieres ver y te lo muestra.

No necesitas decirle nada a la plataforma para que te conozca. Solo tienes que empezar a ver y omitir cualquier vídeo que no te atraiga inmediatamente. Tiktok utiliza un algoritmo conocido como For You (que posiblemente sea capaz de leer el movimiento de tus ojos y tus expresiones faciales). Ese algoritmo construye un perfil muy preciso de tu personalidad. Una vez que el algoritmo te conoce solo te muestra lo que sabe que te va a tener frente a la pantalla sin poder escapar. No te diste cuenta pero te hiciste adicto a mirar esos videos.

TikTok tiene todo. No rechaza nada. Pero privilegia lo que requiere menos trabajo intelectual, lo más corto, lo más divertido o emocionante. Hay videos culturales (como en Youtube). Pero casi nadie los mira en TikTok (o los miran los que no son su público principal, como la gente que mira videos de la BBC o del Metropolitan en TikTok). Los videos más vistos son de gente que hace humor físico o que imita a estrellas de Hollywood o gente que hace cosas riesgosas o ridículas. A TikTok no le importa qué te gusta ver. Lo único que le interesa es que no salgas más de ahí.

Hay prácticas que son típicas de TikTok y que son las que más visiones tienen: los desafíos irracionales y repugnantes (lamer baños, tirarse desde un tercer piso, robar coches, hacer maldades a los familiares que confían ingenuamente en nosotros). Los más adictos a estos “desafíos” son los niños y los adolescentes. Algunos han muerto por estas prácticas.

Varios estudios neurológicos han demostrado que el uso prolongado e intensivo del celular (varias horas diarias) hace que el usuario se deprima más fácilmente, duerma peor, tenga problemas para prestar atención, no pueda concentrarse, no pueda enfrentar pensamientos complejos y tienda a bajar su coeficiente intelectual. Eso fue estudiado en adultos que ya tenían una formación analógica clásica (gente que estaba acostumbrada a leer libros, con nivel universitario, etc). En niños y adolescentes cuya cultura es completamente digital los estragos de la vida virtual sobre su cerebro son más profundos. Gurwinder profetiza que la actual generación tendrá menos coeficiente intelectual que sus padres y abuelos. Es la primera vez que sucede en los últimos siglos.

India (y ahora EEUU) están tratando de prohibir TikTok. Es absurdo porque lo que produce TikTok es felicidad. La gente quiere vivir viendo tonterías porque le dan placer. Por eso todas las redes sociales están tratando de ser como TikTok. Aunque prohiban esa aplicación, todo el resto la imitará. Como bien dice Gurwinder, “no es que China inventó y difundió TikTok para destruir a EEUU, sino que EEUU amó el arma inventada por China para suicidarse”. Nadie está obligando a que vean videos las 24 horas sin parar. La gente se engancha en eso porque es mejor y más adictivo que el opio. La hace olvidarse de todo.

Wang Huning es el principal intelectual chino. Es asesor de Xi Jinping, el actual Presidente de China (así como lo fue también de los dos presidentes anteriores). Wang sostiene que el capitalismo liberal tiende al suicidio por nihilismo. El capitalismo, dice, no tiene otro mecanismo que el consumo absoluto, sin sentido ni valores. Solo importa consumir cada vez más. Cree que una aplicación como TikTok -el opio digital perfecto- estaba siendo esperada por occidente para dejar de pensar (y de vivir). China solo se lo puso en el celular. Y nadie se resistió.

Hacia allí (o hacia algo parecido a TikTok) vamos todos. Cada vez más tontos.


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