Otro debate acelerado por la pandemia: Renta Básica Universal

El modelo funciona en algunos países. En Argentina el IFE llega a más de 9 millones de hogares. La RBU, por sus siglas, difiere porque es individual y no tiene en cuenta si la persona está empleada. En Neuquén, un proyecto similar de pago anual, no prosperó.

En la película de Los Simpson -alerta de spoiler- la familia amarilla decide iniciar una nueva vida y se muda al Estado de Alaska. Al pasar por la barrera de ingreso, un agente le entrega 2.000 dólares. Más allá de la ficción animada lo que se muestra es el Alaska Permanent Fund (Fondo Permanente de Alaska) por el que todos los años, desde 1982, el gobierno reparte una suma en dólares a cada residente mayor de 18 años que se haya registrado para obtenerlo. Si bien varía de acuerdo al rendimiento que tuvo la actividad petrolera, fue planteado como una suerte de compensación por convivir con la industria extractiva.

El de Alaska es uno de los ejemplos activos de Renta Universal Básica (RBU). Si bien la pandemia recuperó el debate, la discusión de un ingreso universal tiene una larga historia en las Ciencias Económicas y suele reactivarse con cada crisis internacional. El economista español Juan Torres López repasó, desde su blog, las estadísticas relevadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que dan cuenta que por la pandemia unas 436 millones de empresas podrían dejar de existir y dejarían sin empleo a la mitad de la población económicamente activa del mundo.

Para muchos la RBU será la política económica del futuro. La teoría, que posiciona el acceso a una renta mínima al nivel de cualquier otro derecho básico, postula que serviría para mejorar la redistribución de la riqueza y apuntalaría el poder del trabajador en la relación con el empleador: dejaría de existir la situación de “esto o nada”.

“La renta básica se está dando en el mundo. Se puso en marcha en España, las Naciones Unidas, la Cepal y el Papa Francisco la promueven”, dijo días atrás el ministro nacional de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, al explicar que el gobierno buscará implementar un modelo similar para empalmar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), cuando termine la pandemia.

El economista y actual director del Banco Nación, Claudio Lozano, señaló a RÍO NEGRO que el IFE “está bien orientado, pero es incompleto” porque “se otorga por hogar y deja afuera, por lo menos, a dos millones de trabajadores informales que están sin poder trabajar por la pandemia”.

Explicó que desde su sector plantean que debe avanzarse en un ingreso para toda la población económicamente activa que no esté dentro de un empleo formal. “Hay dos opciones para estimar el monto del ingreso porque se puede tomar la línea de indigencia o la línea de pobreza. Eso se puede analizar, pero es aplicable porque no llevaría más de 3 puntos del PBI”.

La investigadora y docente de la Universidad Nacional de Comahue (UNC), Norma Noya, planteó que la inversión que requieren este tipo de proyectos dependen de una reforma impositiva. El actual sistema tributario tiene un carácter regresivo, es decir que termina generando una mayor presión en los sectores de menores recursos e incluso en quienes reciben el beneficio.

El IFE demanda unos 80.000 millones de pesos mensuales, una cifra que equivale a la mitad del presupuesto anual de Neuquén. Sin embargo cada beneficiario del plan de asistencia termina tributando, por ejemplo, en alimentos a la par de un trabajador formal que pudo seguir con sus actividades o un empresario con bienes y ahorros asegurados.

Grandes fortunas

Para Lozano una método para financiar un ingreso universal podría ser el promocionado Impuesto a las Grandes Fortunas. “El que se va a discutir en el Congreso, en caso de que pase porque se lo anuncia y se lo anuncia pero no ocurre, está concentrado solamente en 11 mil personas por que se puso un piso de 2 millones de dólares”, señaló y consideró que si se amplía a fortunas superiores al millón de dólares de patrimonio, las alcanzadas serían 32.000 personas.

Además planteó repasar los informes de la fuga de capitales, por 86.000 millones de dólares, que realizó el Banco Central de la República Argentina (BCRA) porque “es uno de los mecanismos que se utilizan para ocultar patrimonios” en el país. “La lógica indica que se debe tomar ese listado para analizar quién quedaría alcanzado por este impuesto”, cerró.

Una reforma impositiva, tanto para que el Estado recaude los fondos que demande la inversión de una RBU como para evitar que la presión sea mayor en los sectores de menores ingresos, parece una tarea tan atravesada de intereses que es casi inimaginable, por lo menos, en el corto plazo.

La pandemia puso en jaque el modelo económico tal como lo conocíamos y desnudó más aún la desigualdad de ingresos en las sociedades, incluso sin incorporar al debate las perspectivas raciales o de género donde las brechas se hacen más evidentes. En lo que si hay acuerdo es que los efectos del coronavirus tendrán una huella real que, más tarde o más temprano, se imprimirá en la sociedad.

Los que defienden la renta básica universal aseguran que permitiría cambiar la relación entre empleado y empleador. Foto: Florencia Salto.

Alaska y el proyecto del aguinaldo Vaca Muerta

Además de Alaska, que realiza un pago anual variable a sus habitantes por convivir con la industria petrolera, otros países también avanzaron con propuestas en el mismo sentido. Finlandia es otro de los ejemplos que se conocen para la Renta Básica Universal. En ese país se realizó un experimento con 2.000 ciudadanos que estaban desempleados y se analizó el impacto de un pago igualitario. Si bien las conclusiones fueron negativas desde el punto de vista que no ayudó a conseguir otro empleo, si se anotaron mejoras en la calidad de vida.

Sobre este segundo aspecto profundiza parte de la teoría económica: para algunos estudiosos la RBU permitiría desmercantilizar el mundo del trabajo. Es decir que podría afectarse la relación laboral tal como la conocemos y el tiempo productivo se transformaría.

Hasta el momento hay más proyectos que planes concretos en funcionamiento.

Neuquén tuvo hace unos años una discusión en este sentido. La diputada provincial Nanci Parrilli presentó una iniciativa para que todos los neuquinos, indistintamente de que tengan empleo o no, reciban un “aguinaldo petrolero”. La propuesta proponía que el universo de beneficiarios se tomará del padrón electoral.

Por entonces, en febrero del año pasado, se estimaba que unos 420 mil neuquinos podrían acceder a un pago de 16.480 pesos. La iniciativa establecía que el dinero saldría de un fondo integrado por el 30% de las regalías hidrocarburíferas que recibe la provincia y se pagaría en diciembre de cada año. A diferencia del fondo de Alaska, la propuesta de Parrilli buscaba compensar el alto costo de vida que tiene Neuquén por ser una provincia petrolera. Nunca llegó a tratarse.

¿Qué es la renta Básica Universal?

Qué es. Un pago de un monto regular a cada sujeto de derecho de una sociedad, independiemente de sus ingresos o situación laboral.

Cómo. En algunos países es una asignación mensual y en otros puede ser en forma anual.

Cuándo. El sistema vuelve a discutirse cada vez que aparece un aguda crisis. Sin embargo, cada vez gana más terreno en relación con la discusión del uso del tiempo de las personas.

Dónde. Hay al menos ocho países, desde España hasta India, con pruebas y proyectos piloto.

Quiénes. La recibirían todas las personas mayores de 18 años sin ningún tipo de distinción. Eliminaría otros planes de asistencia del Estado.


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