Teletrabajo: derecho laboral o traba a la generación de empleo

La reciente ley desató críticas y apoyos. En la región, Neuquén tiene su propia norma y Río Negro la está tratando en la Legislatura.

La flamante ley de Teletrabajo, lejos de cerrar una discusión, abrió un nuevo capítulo de la hiperalimentada grieta criolla. La norma, que modifica la legislación madre del trabajo (ley de Contrato de Trabajo), encendió el debate jurídico entre las posiciones progresistas y las liberales y bajó al llano esta semana con una catarata de insultos que utilizó el dirigente de Boca y periodista Mario Pergolini, que tildó a los legisladores que aprobaron la norma de “imbéciles”.

El exabrupto del conductor radial cristaliza unas de las posiciones: la norma, que fija obligaciones para los empleadores, desalentaría la generación y el mantenimiento de puestos de empleo por las cargas generadas para el empresariado.

En la vereda opuesta aseguran que la norma viene a fijar garantías y condiciones para una modalidad, que la pandemia del coronavirus aceleró, pero que tiene antecedentes jurídicos desde 2006 (incluso Neuquén tiene su propia ley aprobada en 2013). Se cubren costos y equipamiento y se asegura el derecho a la desconexión, entre otros aspectos destacados.

El listado en debate puede ser interminable, aún cuando la ley tiene apenas 18 artículos. Sin embargo, hay tres puntos que concentra mayor atención: la reversibilidad, la cobertura del equipamiento y el derecho a la desconexión y la interrupción de la jornada.

RÍO NEGRO consultó a dos especialistas en el tema. Para Walter Pinuer, abogado laboralista, la ley estableció un marco general para una modalidad que ya estaba funcionando, dijo y agregó que “siempre sirve observar quién critica para entender el planteo”. Por su parte Facundo Martín, abogado en la firma Servicios Jurídicos Patagónicos, aseguró que en el sector empresarial ven con preocupación el tema porque no tienen las herramientas y agregó: “hay que recordar que en el país el 85% de los puestos de trabajo son generados por pymes”.

La norma establece que el empleador de cubrir los equipos que utilice el trabajador, la capacitación y los costos asociados: conexión a internet, consumos eléctricos y de gas, entre otros. Hay dos cuestiones que no quedan claras: esos costos se cubren totalmente o solo el equivalente a la jornada laboral y, por otro lado, ¿se considera salario?

Para Martín la norma podría generar asimetrías entre los trabajadores que van a sus lugares de trabajo y los que se quedan en casa. Si bien indicó que “no es una situación donde una parte prefiera esto (el teletrabajo) más que la otra”, sugirió que podría haber un desequilibrio, por ejemplo, en qué pasaría con el gasto que tiene un empleado para ir a su trabajo: “¿debería computarse también?”. Pinuer planteó que hay estudios que demuestran que los consumos eléctricos pueden crecer hasta un 30% en los casos donde el trabajador realiza tareas desde su casa por lo cual lo consideró acertado.

Quizá el punto más criticado por el sector empresarial es la reversibilidad, es decir, que el trabajador puede optar por volver a su lugar físico de trabajo sin previo aviso y el empleador está obligado a garantizárselo.

“Esto uno puede generar algún tipo de ruido cuando entre en vigencia la ley porque no tiene límites y se podría hacer en cualquier momento. Se desprende de la voluntariedad, nadie puede ser obligado” a permanecer en su casa, explicó Pinuer. Para Martín “es fundamental” y “no podrían haberse hecho de otra manera, pero debe ser razonable y acordada”. El punto sobre este tema es que la ley no establece un sistema mixto que, solo podría establecerse, en un acuerdo de partes.

El derecho a la desconexión es uno de los aspectos claves del proyecto. Tener acceso a la información del trabajo las 24 horas puede generar sobrecargas y situaciones de estrés aceleradas. Si bien hay acuerdo, la punto será la capacitación y el diferenciamiento de los canales de comunicación para garantizar una finalización real de la jornada de trabajo.

Donde no hay tantos acuerdos es en la interrupción de la jornada laboral por motivos domésticos. Quienes tengan a cargo hijos menores de 13 años podrán suspender sus labores para atender necesidades concretas. Quienes experimentaron el teletrabajo en la pandemia saben las dificultades que encierra llevar adelante una jornada laboral en un ambiente doméstico con familia.

“Es algo que va a dar que hablar más adelante porque si bien está establecido para favorecer el contacto con los familiares mientras se hace teletrabajo, no está clara cuál es la manera concreta en la que se establece”, planteó Martín.

El teletrabajo o “home office” admite cumplir las tareas en forma remota desde el hogar u otro punto que no sea el lugar de
trabajo.

Por su parte para Pinuer es un tema clave que expone la falsa idea de que trabajar desde la casa es “relajado y placentero”. “Escuchaba hace poco una opinión que se preguntaba ¿es más saludable trabajar con los chicos corriendo al lado y los perros ladrando? El ejemplo puede ser burdo, pero sirve para explicar que deberá verse si es mejor o peor al nivel psicofísico para el trabajador”, indicó.

La norma guarda la particularidad de tener observaciones de ambos flancos, sin embargo parece ser que se creó un piso para un debate que promete no terminar en lo inmediato. Además, todavía falta la reglamentación de la norma y su aplicación aún es incierta porque establece que regirá 40 días después de terminada la pandemia…


En Neuquén hay una ley pero no se conoce cómo se aplica


En Neuquén el teletrabajo tiene una ley vigente desde 2013. Recientemente legisladores de la oposición solicitaron un informe para conocer su aplicación pero por el momento no hubo respuestas. Sin embargo, el subsecretario de Trabajo, Ernesto Seguel, se refirió esta semana al marco legal nacional y dijo que visibiliza el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y su “inserción laboral”.
Seguel indicó que en la provincia de Neuquén hay 110 mil empleados registrados en el sector privado y un promedio de 60.000 empleados públicos. Como es una modalidad nueva, explicó que aún no está clasificado el porcentaje que acceden a sus puestos de manera remota.
El área de servicios y las actividades energéticas son los sectores en los que se aplica el “home office”, según informó el funcionario y aclaró que “un empleado de la Uocra no puede ser teletrabajador”.
En tanto desde la ATE y ATEN remarcaron que la ley provincial no propició una real regulación del trabajo remoto en la región, ya que nunca fue reglamentada. Además, recordaron que, en ese entonces, no se habilitó la participación de los sindicatos, a diferencia del debate en el Congreso, donde sí se invitó a los diferentes gremios.
Desde los gremios estatales insistieron que “el teletrabajo” debe ser una excepción.

En Río Negro el debate provincial sigue frenado

Río Negro tiene su propio debate de teletrabajo con un proyecto de regulación que está en la Legislatura. Por ahora, la discusión parlamentaria sigue pendiente, seguramente por las resistencias gremiales. En el inicio de julio, el legislador del FdT, Marcelo Mango propuso regular el ejercicio del teletrabajo en la administración pública provincial.
El autor respondió a las inmediatas críticas gremiales que “el teletrabajo ya existe” y la regulación “es necesaria porque los trabajadores públicos ya trabajan con esa modalidad” mientras insistió que el proyecto “está abierto al debate y los aportes”, incluso para “ser reconstruidos por los propios gremios”. Lo es cierto el proyecto de Mango todavía no fue ni incluido en el tratamiento en las comisiones legislativas.
UPCN rechazó esa regulación. Su titular Juan Scalesi explicó que el sistema resulta “denigrante y una brutalidad”. Se “puede entender –agregó– el proceso de modernización del Estado, pero otra cosa es cuando empezamos a perder los lugares de trabajo”.
Por su parte, el secretario general de ATE, Rodrigo Vicente, señaló que “la urgencia nos arrastró para reordenar de un día para el otro nuestros modos y relaciones laborales, pero esto no puede ser sostenido en el tiempo, y nos pone en alerta la insinuación de que esto se transforme en la norma y se termine impulsando el teletrabajo”.
La iniciativa del teletrabajo en el Estado provincial plantea un “marco de regulación” y considera esta práctica a la “relación laboral que conlleva la realización de actos o prestación de servicios, que suceden por fuera del ámbito de los establecimientos de la Administración Pública Provincial”.

La pandemia aceleró el trabajo sin concurrir a los espacios habituales pero es una modalidad reconocida desde el 2006.

Interrogantes de la ley de Teletrabajo


Costos de conexión. Cómo se calcula la cobertura del uso de internet, electricidad y otros servicios. ¿Debería ser el proporcional de las horas de la jornada de trabajo?

Accidentes laborales. Qué ocurre con la cobertura de los riesgos del trabajo cuando el accidente pueda ser producto de una situación doméstica.

Reversibilidad. ¿Debería existir un plazo de preaviso para que el trabajador comunique su decisión? ¿Está obligado el empleador a mantener los puestos físicos de trabajo si no se utilizan?

Interrupción de la jornada. Cómo se acreditan las suspensiones temporales de las tareas por demanda domestica.

Salario. Los pagos por costos de conexión y servicio, ¿son computados como salario?

Debate. ¿El empleado que sigue concurriendo a su lugar de trabajo puede exigir otras compensaciones?


El planteo de la cámara neuquina de software

Uno de los sectores que más utilizan la modalidad de teletrabajo es el del software. Infotech, la asociación de Empresas Infotecnológicas Neuquino Patagónicas, publicó días atrás un documento donde plantean los riesgos de la ley y piden participar en la reglamentación antes de que sea promulgada.
“Consideramos que este proyecto, tal cual está planteado, fomentará en nuestra industria (de las infotecnologías), la modalidad “Freelance”, con su consecuente perdida de personal capacitado como mano de obra local en relación de dependencia”, explicaron en el comunicado y agregaron que sería negativo para el espíritu de la norma.
Agregan que “estamos ante la posibilidad de que, en un escenario de crisis, tomar una herramienta que experimentamos de forma “obligada” en este contexto de pandemia, escasamente utilizada en nuestro país, y potenciarla para que sea un instrumento de crecimiento de un sector que tiene potencial de crecimiento serio y ser protagonista de diversidad de matriz productiva”.


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