Pablo Castaño sueña con traer sus duchas solidarias al Alto Valle

Pablo Castaño recibió el premio Abanderado de la Argentina Solidaria. Con botellas y latas inventó calefones solares que instalan en viviendas humildes. “Con el valor del premio vamos a construir duchas para otras 200 personas”, contó a “Río Negro”. Ya hicieron 150. Sueña con aplicarlo en el Alto Valle.

El roquense Pablo Castaño hizo magia y logró el premio nacional por su acción solidaria. Es ingeniero industrial y descubrió la fórmula para transformar montañas de basura en una ducha caliente para las familias humildes que viven en las villas.

Con botellas de plástico descartable, latas y cajas de tetra break, fabrica –desde el 2018 junto a voluntarios de la ONG Sumando Energías y a los propios vecinos– calefones solares. Ya son 150 familias las que disfrutan de algo que para la mayoría es un elemento cotidiano: la ducha caliente.

El lunes a la noche, en un teatro porteño, recibió de manos de la vicepresidenta Gabriela Michetti el premio Abanderados de la Argentina Solidaria 2018. La distinción destaca a emprendedores de todo el país que idearon proyectos para mejorar la calidad de vida de la gente.

“Todavía no me cayó la ficha”, es lo primero que soltó ayer Pablo, al atender el llamado telefónico de “Río Negro”. Y lo que siguió fue puro agradecimiento. “A todas las personas que nos votaron, y en especial a la gente de Roca que lo hizo en cantidad. Sin ellos no hubiera sido posible ganar”, añadió. El valor de premio será destinado íntegramente a la compra de materiales. “Vamos a construir duchas solares para 46 familias y se beneficiarán a más de 200 personas”.

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Sumando Energías ya instaló 150 calefones en el conurbano bonaerense y La Plata. Luego llegaron a Bahía Blanca, Salta y una comunidad guaraní en Misiones. “En un próximo paso sería un sueño aplicarlo en el Alto Valle de Río Negro. Nosotros damos cursos y talleres y ya hay gente de Catriel que está participando”, explicó con entusiasmo Castaño, que visualiza un fuerte crecimiento del proyecto tras la obtención del premio.

El “ingeniero solidario” tiene 32 años y cursó primaria y secundario en el colegio Nuevo Siglo, hasta que se fue a estudiar a Buenos Aires en 2004. “Roca es todo en mi vida. Mi casa, mi familia, amigos, el descanso y el lugar de estrecho contacto con la naturaleza, algo que en Buenos Aires falta”, explicó.

¿Cuándo y dónde nació la visión solidaria en Pablo?. Lo explicó así:

– “Siento que toda la vida la tuve, pero hubo un momento para el click. Fue cuando era voluntario de la ONG “Un techo” y fuimos a observar las condiciones en que vivían las familias humildes. Ahí me di cuenta que lo mío era ayudar. Por otro lado soy un apasionado de la sustentabilidad, que creo que es la única forma de hacer las cosas. Entonces junté las dos cosas que me gustan. El trabajo social y el desarrollo de las energías renovables”.

“Roca es todo para mí. Mi vida, mi casa, mi familia, amigos. El mejor lugar de descanso y de contacto estrecho con la naturaleza”.
Pablo Castaño se fue a estudiar a Buenos Aires en el 2004.

Sumando energía de jóvenes y vecinos

El objetivo es que las familias humildes accedan a un servicio que no tienen, mientras se concientiza sobre el uso de energías sustentables.

Datos

El objetivo es que las familias humildes accedan a un servicio que no tienen, mientras se concientiza sobre el uso de energías sustentables.

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