Paniagua asumió en Perú: promete unidad y reconciliación

Designará como jefe de ministros a Pérez de Cuéllar.

Lima (EFE).- El nuevo presidente de Perú, Valentín Paniagua, anunció ayer en su discurso de investidura que su gobierno será de unidad y reconciliación nacional, y que designará como primer ministro al ex secretario general de la ONU Javier Pérez de Cuellar.

Paniagua también dijo que mantendrá el rumbo económico vigente en materia de disciplina fiscal y de privatizaciones, y que buscará una renegociación multilateral para aliviar los pagos de la deuda externa. Otro objetivo central de su gestión, indicó, será la «reconstrucción y reinstitucionalización democrática» del país, para lo cual señaló que su gobierno garantizará el equilibrio de los poderes del Estado y el respeto a la autonomía de las instituciones independientes.

La solemne ceremonia y el discurso de Paniagua, que asume con el apoyo de la mayoría de sectores políticos y sociales de este país, recompuso la deteriorada imagen de Perú que Fujimori abandonó hace unos días.

Paniagua «El Bueno» eludió a lo largo de su discurso mencionar siquiera a su antecesor, a quien pocas horas antes se le había declarado en el Congreso su «incapacidad moral permanente».

Tampoco mencionó a Vladimiro Montesinos, el «hombre fuerte» del régimen de Fujimori, actualmente en paradero desconocido y prófugo de la Justicia, acusado de asesinato, torturas, narcotráfico y tráfico de armas.

«Laboriosidad, veracidad y honestidad» (ama llulla, ama queella, ama sua, en idioma quechua) son los principios incaicos que invocó en su discurso Paniagua, un abogado de 64 años.

El nuevo presidente dijo que su principal tarea será «la reconstrucción y reinstitucionalización democrática del país».

Paniagua mantuvo que «en esta tarea difícil debemos contar, en primer lugar, con el concurso de hombres relevantes que representen genuinamente los valores de nuestra patria». «Anuncio por ello que el Consejo de Ministros de mi Gobierno estará presidido por el embajador Javier Pérez de Cuellar», precisó.

Al referirse a los retos económicos que deberá afrontar su administración, dijo que «el gobierno actuará con seriedad, transparencia y responsabilidad, evitando comprometer la estabilidad económica del país».

Precisó al respecto que buscará mantener el equilibrio fiscal «como elemento básico de la política económica, para lo cual se reestructurará el gasto público y lo reduciremos en los rubros que sean prescindibles».

Paniagua dijo que su gobierno también trabajará para «aumentar las inversiones», con el objeto de ampliar el número de puestos de trabajo.

Inmediatamente después de ser investido como presidente, Paniagua se trasladó al Palacio de gobierno, en cuyas puertas unas mil personas realizaron una manifestación de apoyo al nuevo mandatario. Las personas congregadas frente al balcón vitorearon a Paniagua y se escucharon gritos pidiendo el procesamiento de Fujimori y sus funcionarios.

La investidura de Paniagua se produjo de acuerdo con el orden de sucesión constitucional, tras haber sido destituido en la víspera Fujimori y haber renunciado los vicepresidentes Francisco Tudela y Ricardo Márquez.

Paniagua ejercerá el gobierno de manera transitoria hasta el 28 de julio de 2001, cuando entregará el mando al presidente que sea elegido el 8 de abril próximo.

Un gabinete de técnicos

Lima (EFE).- El nuevo presidente de Perú, Valentín Paniagua, desea dirigir un equipo ministerial «tecnicista» antes que político, informó ayer el designado presidente del Consejo de Ministros, Javier Pérez de Cuéllar.

En declaraciones desde París, el ex secretario general de las Naciones Uni-das dijo que «la idea que tiene el presidente, y que también tengo yo, es dejar a los partidos que se ocu-pen de sus problemas electorales y que el país tiene que ser gobernado con una tecnicidad del ciento por ciento».

El diplomático peruano declaró que el propio Paniagua le ofreció la presidencia del Consejo de Ministros, y que viajará a Perú hoy para asumir el cargo y ver junto con el jefe de Estado quiénes serán los nue-vos ministros.

Admitió que personalmente le gustaría asumir la cartera de Relaciones Exteriores, «porque soy un diplomático, pero hay que estar en el lugar donde uno pueda servir mejor al país».

Mientras tanto, el gobierno continúa a cargo del gabinete del ex presidente Alberto Fujimori, presidido por Federico Salas y que dimitió el pasado lunes. Salas dijo que él y sus ministros dejarán sus cargos para garantizar la gobernabilidad del país.

Las prioridades del gobierno

La limpieza de los próximos comicios, la captura de Vladimiro Montesinos, la reforma en las Fuerzas Arma-das, la devolución de la independencia al Poder Judicial y la recuperación plena de la libertad de prensa deben estar entre las prioridades del nue-vo gobierno peruano.

Asimismo, el gobierno interino de Valentín Paniagua debe conservar la estabilidad de la economía e impulsar la lucha contra la corrupción.

Una prioridad inmediata sería la captura de Montesinos, jefe de la organización político-criminal que provocó finalmente la destitución del presidente Alberto Fujimori, pues se estima que mientras siga libre es un elemento desestabilizador y peligroso.

Según versiones, el prófugo ex jefe de inteligencia, para mantener su influencia, estaría dispuesto a «invertir» hasta diez millones de dólares en las campañas de candidatos que puedan serle útiles.

La lucha contra la «mafia montesinista» debería llegar hasta la total desaparición de los elementos vinculados con ella en las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, la Fiscalía y otros entes del Estado en las que penetró profundamente su capacidad corruptora.

En cuanto a los próximos comicios, se coincide en que es necesario un inmediato cambio de presidentes regionales, prefectos, subprefectos y gobernadores estrechamente vinculados con el régimen saliente y que fueron acusados de maniobrar ilícitamente en los pasados comicios.

Asimismo, el compromiso con la libertad de prensa, estiman los análisis, debería llevar a la inmediata devolución para el empresario Baruch Ivcher del canal de televisión que le fue arrebatado por su posición antifujimorista. Los analistas, empero, consideran que el gobierno de transición no será éste sino el que surja de las urnas y se posesione el próximo 28 de ju-lio, dada la complejidad de la reinstitucionalización que deberá emprender. La administración Paniagua sería sólo un puente que garantice la estabilidad y enfrente las necesidades inmediatas. (DPA)

Alegría y elogios de Vargas Llosa

El laureado escritor peruano Mario Vargas Llosa se declaró ayer «muy contento» con la llegada a la presidencia de Valentín Paniagua, «una persona decente, digna y democrática».

Vargas Llosa, duro crítico de Fujimori, también destacó el hecho de que «una personalidad ilustre» llegue al gabinete, en referencia a Javier Pérez de Cuéllar.

Del gobierno saliente, el novelista comentó desde Londres que «nunca había tenido el Perú una dictadura tan profundamente corrupta» y lamentó que los «principales responsables», Fujimori y su ex asesor Vladimiro Montesinos, «huyeron de una forma que nos avergonzó a todos los peruanos». «Nunca imaginé que se pudiera llegar, sobre todo en materia de robos y saqueos, a los extremos a los que llegaron Fujimori y Montesinos», dijo Vargas Llosa. (DPA)

Una humillación para Fujimori

Alberto Fujimori quedó tachado de inmoral y los peruanos lo arrojaron al «muro de la vergüenza», en rechazo a su renuncia a la presidencia desde Japón en un bochornoso epílogo de una década en el poder.

La humillación cayó sobre Fujimori la noche del martes, cuando el Congreso declaró la vacancia de la presidencia por «incapacidad moral» del ex mandatario de 62 años en una moción aprobada por primera vez en la historia de este país.

«Es una inmoralidad que se vaya a Tokio y que desde allá envíe una cartita renunciando, tratando de extender una capa de humillación y vergüenza sobre los peruanos», dijo el legislador de oposición Luis Iberico. Incluso para los «fujimoristas» fue un impacto su súbito retiro a la tierra de sus padres, y el envío desde allí de su dimisión. «Estoy muy decepcionada. Siempre me impresionó su valentía, pero justo ahora cuando más lo necesitábamos se fue y abandonó el barco», dijo Isabel Rosas.

«Ha caído como deben caer los dictadores», dijo a periodistas la legisladora opositora Gloria Helfer. (Reuters)

Perfil: «El Bueno» que busca cambiar la imagen del país

El nuevo presidente de Perú, Valentín Paniagua, apodado ya en algunos círculos populares como «El Bueno», le lavó ayer la cara a Perú en menos de 20 minutos, lo que duró su discurso de investidura.

«Nace hoy un tiempo nuevo», dijo con serenidad Paniagua en un discurso propio de un estadista y de calidad muy ajena a lo que desde hace 10 años tenía acostumbrado su antecesor, Alberto Fujimori, al pueblo peruano.

Un diario limeño definió a Paniagua como un político «en vía de extinción»: Jamás estuvo involucrado en caso alguno de corrupción, es fiel a su partido, es un intelectual y siempre estuvo contra las dictaduras. Nacido en Cuzco, el 23 de septiembre de 1936, Paniagua, abogado experto en asuntos laborales y constitucionales, casado y con cuatro hijos, llegó a la política muy joven y ya en 1963 fue elegido diputado nacional por Acción Popular (AP), el partido centroderechista al que perteneció en las buenas y las malas.

En 1965 fue ministro de Justicia de Fernando Belaúnde, derrocado por militares de izquierda en 1968. Con el regreso a la democracia y el segundo gobierno de Belaúnde, volvió al Congreso en 1980. Fue presidente de la Cámara Baja y ministro de Educación en 1984. El derrumbe de AP y los partidos tradicionales no lo alejó de la política. En las condiciones más adversas asumió la jefatura de su colectividad. Este año fue elegido, con una de las votaciones más bajas, como uno de los tres congresistas de AP.

A pesar de la precariedad de sus votos, Paniagua se ratificó como un referente de la oposición, gracias a la claridad de sus ideas, a la firmeza de su carácter y a su espíritu concertador, condiciones que le han reconocido amigos y adversarios. Por esas características, toda la oposición se nucleó a su alrededor para tomar la presidencia del Congreso.

El temor de algunos sectores respecto a lo que será la gestión de Paniagua giran sin embargo a que ese espíritu concertador que se le elogia pueda llevarlo a virtualmente cogobernar con fuerzas que no tienen respaldo popular. La referencia directa es sobre todo al desprestigiado Partido Aprista Peruano, con el que tiene buenas relaciones. Muy respetado dentro de la clase política y los conocedores del tema, Paniagua sin embargo nunca ha despertado mayores pasiones en el ciudadano común y por eso nunca se le vislumbró como presidenciable.


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