Pintadas en Los Bolillos de Neuquén: «no tenemos aún los recursos»

Desde el comisionado de Varvarco dicen que las pintadas son viejas, de 1983. "No podemos promocionar bien el lugar si no podemos brindar servicios al turista" dijo Gastón Funes.

Lo que la naturaleza tardó miles de años en formar, las pintadas lo enchastraron en minutos.

“La que se ve en Los Bolillos es una pintada política muy vieja, de 1983. Después no hemos visto aquí en Varvarco que hayan ensuciado nuestros paisajes con mensajes de campañas. El movimiento turístico viene en crecimiento por el asfalto que se acerca; es un desafío, pero a los lugares bellos de nuestra zona no los podemos promocionar mientras no tengamos los recursos ni los servicios adecuados que hay que brindar”.

El que habla es Gastón Fuentes, comisionado de Varvarco por el Movimiento Popular Neuquino, un pueblo del norte que tiene 750 habitantes y jurisdicción sobre Los Bolillos, distante a 15 kilómetros. Se trata de un lugar de ensueño, entre montañas áridas, donde cayeron fragmentos de erupciones volcánicas y el tiempo, el viento y la arena moldearon piedras con formas raras.

Este diario publicó el domingo último un informe en el que se mostraron las pintadas que anónimos hicieron en Los Bolillos.

La noticia generó una ola de repudio en las redes y se reclamaron multas para los vándalos.

“Es necesario cuidar el lugar, nosotros tratamos de hacerlo. Tenemos en Bolillos un flujo de visitantes que no es continuo, entonces se hace difícil”, explicó Funes a Río Negro. Cree que el avance del asfalto de la ruta 43 -que hace cuatro años lo tenían a más de 60 km. de Varvarco y hoy a sólo 20-, tendrá su impacto. “A medida que se sumen servicios y obras, llegarán más visitantes”, añadió el comisionado.

El desafío para quienes viven en la zona es sostener el equilibrio entre desarrollo y su impacto en los sitios turísticos.

Funes citó como ejemplo de buen manjeo la cuarta edición del trekking nocturno que se hizo en Bolillos en enero. Asistieron 400 personas, contrataron varios guías y cada participante debía llevar su bolsa para retirar los residuos. Fuera de esta práctica, Bolillos siempre es un espacio abierto, sin guarda ambiental.

A la espera del asfalto

El eje de la economía de Varvarco girá alrededor de la Comisión de Fomento. La mayoría de los habitantes son empleados de la comuna.

Los más jóvenes, con el tiempo, se fueron alejando de las tareas en los campos y allí quedan solos los adultos mayores.

“Aquí la alegría dura tres o cuatro meses -dice Gastón Funes- porque después el clima es bien duro. Ojalá el asfalto nos ayude para crecer”.


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