Libertad condicional para un gestor y su hijo condenados por distribuir droga en autos de alta gama

Habían sido detenidos en Roca en el año 2019 en medio de un fuerte operativo de la Policía Federal. La causa se conoció posteriormente como “Rápidos y Furiosos II” y la encabezaba un sujeto que estaba detenido en la cárcel de Villa Devoto.

Tras permanecer casi tres años detenidos, el gestor automotor Sergio Occhiodoro (53) y su hijo Fernando (28), recuperaron la libertad aunque deberán respetar ciertas pautas de conducta hasta que finalice el tiempo de condena establecido por la Justicia.

Tanto el padre como el hijo se habían visto involucrado en una causa de las denominadas “pesadas”; y según se confirmó luego, formaban parte de una banda que se dedicaba a la compra y venta de vehículos de alta gama, en la que transportaban cocaína hacia la zona de Río Negro y Neuquén. Y una buena parte de ese cargamento era trasladad posteriormente a Chile.

Fernando y Sergio fueron detenidos en el año 2019 y rápidamente fueron trasladados a la cárcel de Villa Devoto.

En medio de un juicio abreviado, fueron condenados por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, un delito que tiene como pena mínima cuatro años de prisión.

En Libertad


La liberación de las dos personas fue confirmada por el abogado de los condenados, Oscar Pineda, quien explicó que sus clientes ya habían cumplido los dos tercios de la condena.

Sin embargo explicó que se encuentra en vigencia la Ley 27.375 que obliga a que los condenados por delitos por narcotráfico cumplan con toda la pena.

“Nosotros solicitamos que se declare la inconstitucionalidad de la aplicación del mencionado artículo por resultar violatorio del principio de progresividad de los derechos”, indicó el letrado.

La buena conducta y la falta de antecedentes le permitieron a los Occhiodoro recuperar la libertad en forma condicional por lo que ya se encuentran en General Roca -donde fijaron domicilio- aunque le impusieron una serie de normas de conducta que deberán respetar hasta que se cumpla la pena.

Pineda se mostró conforme con la medida y sostuvo que una vez al mes deberán presentarse en la Supervisión del Patronato de la provincia de Río Negro.

Rápidos y furiosos II


La causa original fue conocida como “Rápidos y Furiosos” (2017) y el Juez Federal de Morón, Néstor Barral, ordenó en febrero de 2019 una serie de procedimientos que se extendieron hasta el sur de Chile y que terminaron en nuestra región con la detención del reconocido gestor Sergio Occhiodoro y de su hijo Fernando, oriundos de Roca. Esta nueva etapa fue conocida como “Rápidos y Furiosos II”.

La causa que los involucró nació en un calabozo de la cárcel de Devoto, cuando se secuestraron los cuadernos pertenecientes a un interno de origen chileno llamado Felipe Gutiérrez.

Este hombre era el encargado de manejar una banda dedicada al trafico de estupefacientes de Felipe Ricardo Gutiérrez (56), un interno de origen chileno alojado en la cárcel de Devoto quien era el encargado de manejar la red delictiva desde su propio calabozo.

Estaba cumpliendo una condena por el robo de autos de alta gama, adulteraba las patentes en su propia fábrica y luego vendía esos coches en sus agencias de Cipolletti y Viedma.

Varios de los arrepentidos en esa causa contaron que en Devoto, este sujeto compraba y vendía autos en sus agencias del sur por casi el mismo precio. “Ni siquiera se gastaba en hacer los papeles”, según detalló un informe que publicó el diario Clarín.

Después de un año de escuchas telefónicas, los investigadores lograron descubrir que en realidad el verdadero negocio estaba en el traslado de cocaína a bordo de esos automóviles.

“La droga llegaba al Valle de Neuquén donde Sergio ‘El Tano’ Occhiodoro y su hijo, Fernando se encargaban de ‘estirarla’. Luego de ese proceso, parte se vendía por esa zona de Neuquén y el sur del país y otra porción era enviada al chino ‘Maxi’, que se encargaba de cruzarla a Chile”, detalló el matutino porteño del 13 de febrero de 2019.

Dato

4
años de prisión fue la pena impuesta a Fernando y Sergio Occhiodoro quienes ya se encuentran en Roca.

Tras permanecer casi tres años detenidos, el gestor automotor Sergio Occhiodoro (53) y su hijo Fernando (28), recuperaron la libertad aunque deberán respetar ciertas pautas de conducta hasta que finalice el tiempo de condena establecido por la Justicia.

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