Más indicios señalan a la mujer imputada del crimen de Micaela Bravo

El director general de la Policía Judicial, que depende del Ministerio Público Fiscal de Córdoba, declaró en el juicio y señaló que, tras analizar la prueba presentada por la fiscalía de Bariloche, las sospechas apuntan a la acusada.

Quedan dos o tres testigos que deben comparecer en el juicio contra Angélica Paine, que está imputada por el homicidio de Micaela Bravo. Se trata de personas del círculo estrecho de la acusada, que escuchó este jueves la declaración extensa del director general de la Policía Judicial de Córdoba, César Fortete.

El perito explicó ante el tribunal, integrado por los jueces Marcos Burgos, Sergio Pichetto y Víctor Gangarrosa, que su especialidad es el análisis operativo de casos. Dijo que es convocado con su equipo, sobre todo, cuando hay investigaciones complejas que están trabadas.

Recordó que en la primera etapa de la investigación recibió en Córdoba a una comisión, integrada por policías, que trabajaba en el caso de Micaela. Esa comisión la coordinaba el entonces fiscal Eduardo Fernández.

El testigo relató por zoom que esa comisión apuntaba las sospechas contra el esposo de la víctima, Patricio Vargas. Y le llevaron notas periodísticas y declaraciones del esposo de la víctima para que las analizara en busca de un dato que lo vinculara al homicidio. Sin embargo, Fortete declaró que del análisis que hizo del caso no surgieron elementos que incriminaran al padre de los tres hijos de la víctima.

Por eso, desistieron de continuar en el caso. Explicó que después la fiscal Betiana Cendón se hizo cargo de la investigación y recurrió a ellos, pero con otra hipótesis. Fortete explicó que evaluaron las evidencias recolectadas y les recomendó algunas medidas de investigación para hacer. Después, analizaron todo el material y afirmó que las sospechas apuntaban hacia Paine.

Consideró que el autor del homicidio actuó con frialdad. Sin embargo, relativizó que hayan plantado una prueba (como una zapatilla por ejemplo) en la zona de Villa Mascardi, para después regresar y ponerle otra vez el calzado a la joven asesinada.

La fiscalía intenta demostrar que Paine es la autora del homicidio de la joven. La teoría de Cendón es que Paine se retiró con Micaela minutos después de las 13 del 23 de marzo del 2016 del jardín del barrio 2 de Abril, donde se habían encontrado. La llevó hasta su casa, que está casi al lado del jardín, donde cometió presuntamente el homicidio.

Según la hipótesis fiscal, la mujer desaprobada la relación de su hijo Carlos Colipi con Micaela, que estaba casada y tenía 3 hijos. Además, ella era mayor que Carlos. Micaela estaba casada con Vargas, que es hijo del pastor de la iglesia evangélica, ubicada en el barrio 2 de Abril de Bariloche, a la que asistían todos los protagonistas de la historia. Pero se había separado a finales de 2015.

Cendón sostiene que la joven fue asesinada el 23 de marzo y su cuerpo arrojado en el descampado donde lo hallaron el 6 de abril de 2016. Sin embargo, solo tiene prueba indiciaria para tratar de probarlo, porque no hay estudios de ADN ni testigos directos.

El defensor oficial Marcos Cicciarelo asiste a Paine y plantea que las pruebas ofrecidas por la fiscalía no brindan ninguna certeza sobre la presunta responsabilidad de Paine.

Este jueves declaró además la exnuera de la acusada, que relató que había visto a Micaela y Paine en el jardín.

El juicio comenzó a principios de junio y declararon decenas de testigos, casi todos convocados por la fiscalía. Se reanudará el lunes con las declaraciones de los testigos que faltan y después serán los alegatos. Paine no se encuentra detenida porque no tiene prisión preventiva. La mujer hasta ahora se abstuvo de declarar.


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