Ocho años después empieza el juicio por feroz represión

Mañana arrancan las audiencias por las muertes de los jóvenes barilochenses Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco. Están acusados varios jefes policiales y un exgobernador será testigo.

La madrugada del jueves 17 de junio de 2010 un estampido rompió el silencio en el barrio 181 Viviendas “Boris Furman”. Recién cuando amaneció los vecinos se enteraron de que un chico había muerto en la placita del barrio. Era Diego Bonefoi, de 15 años.

Una bala que salió del arma reglamentaria del cabo Sergio Colombil le quitó la vida. El policía lo mató por la espalda durante una persecución. Bariloche asistía a otro caso de gatillo fácil.

Sus familiares y amigos, la mayoría jóvenes y adolescentes, salieron, enfurecidos, a reclamar. Atacaron con piedras la excomisaría 28, que entonces funcionaba en Pablo Mange y Onelli. Los policías salieron a disparar algunas postas de goma para dispersar a los revoltosos. En las calles aún se festejaba el triunfo de la argentina 4 a 1 sobre Corea del Sur, en el Mundial de Sudáfrica.

Horas después, las calles de los barrios próximos a esa unidad policial se transformaron en el escenario de la mayor represión policial en la historia de Bariloche contra un grupo reducido de jóvenes y adolescentes.

Durante varias horas, la violencia ganó la zona de los barrios 181, 169, 170 y 153 Viviendas y los sectores aledaños. Corridas, calles cortadas por barricadas con cubiertas encendidas, que formaban densas columnas de humo negro.

Zona liberada

Policías reprimían con postas de gomas y gases lacrimógenos, mientras perseguían a jóvenes y adolescentes, que respondían con una lluvia de piedras. El descontrol fue total. Hubo policías que tiraron con balas de plomo contra los manifestantes. Personas que corrían con jóvenes lesionados y los habitantes de esos barrios encerrados en sus viviendas completaban la dramática escena. Durante varias horas esa zona del Alto de Bariloche fue tierra de nadie.

Ni el entonces juez de turno Martín Lozada ni el intendente radical Marcelo Cascón, que fueron al lugar con la intención de mediar, pudieron calmar los ánimos. Al contrario, los manifestantes los expulsaron de la zona.

La tarde se tiñó de rojo tras los homicidios de Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco. Cárdenas había acompañado a su esposa, Karina Riquelme, hasta la casa de su hermana, en el barrio 169 Viviendas. Se quedó unos segundos en la calle para mirar lo que pasaba y recibió un proyectil de plomo. Carrasco estaba con sus amigos cuando fue alcanzado por cuatro perdigones de plomo. Los dos murieron en el hospital Ramón Carrillo, cuyo personal tuvo una intensa actividad, porque hubo trece jóvenes heridos. Sólo dos policías sufrieron lesiones por las piedras.

Una larga espera

Ocho años tardó el Poder Judicial en llevar a juicio a los policías imputados de haber causado esas muertes. Sólo Colombil fue juzgado en junio de 2011 y condenado a 20 años de prisión como autor del homicidio de Bonefoi.

En cambio, la causa Cárdenas-Carrasco llegó a juicio porque algunos familiares nunca dieron la pelea por perdida.

La causa primero avanzó contra un grupo policías rasos y dos comisarios. Pero en Viedma no estaban conformes con estrategia. La entonces Procuradora Liliana Piccinini criticó el pasivo rol del Ministerio Público Fiscal local. Tras esa intervención, el exfiscal Bernardo Campana orientó la investigación hacia los exjefes policiales.

La fiscalía y las querellas se apoyan en la pericia de Pregliasco, que trabajó a partir de 1200 fotografías y decenas de filmaciones. Ese material es la columna vertebral para los fiscales Lozada y Eduardo Fernández, que sostendrán la acusación.

Aunque existe otra pericia de especialistas de la Policía Federal que, para la defensa de los acusados, cuestiona las conclusiones de Pregliasco.

Karina Riquelme, viuda de Cárdenas y Carmen Curaqueo, la madre de Carrasco, son las querellantes.

Cuando ocurrieron los hechos, desde el gobierno provincial negaron la represión policial y plantearon que algunos manifestantes portaban armas de fuego. Pero no hubo policías heridos por balas de plomo. Tampoco secuestraron armas en poder de los manifestantes detenidos.

Pocas voces salieron a cuestionar en Bariloche el accionar de la Policía de Río Negro. Amplios sectores optaron por respaldar a los policías que recibieron un masivo respaldo horas después de la represión del 17 de junio, en una multitudinaria marcha por el centro. Tal vez quisieron meter bajo la alfombra esas dolorosas páginas de la historia local. Mañana, cuando empiece el juicio, la sociedad barilochense tendrá que volver a observar esas postales que siempre quiso dejar en el olvido.

Villanova, Cufré (acusados) y Larregui (testigo).
Archivo

Miguel Saiz, testigo.
Archivo

Los acusados

Mañana estarán sentados en el banquillo de los acusados el exsecretario de Seguridad y Justicia de la provincia, Víctor Cufré, el exjefe de la Policía de Río Negro, comisario retirado Jorge Villanova y el extitular de la Unidad Regional Tercera de Bariloche, comisario Argentino Hermosa.

Los tres están acusados por haber actuado de manera negligente y con impericia, sin haber cumplido el reglamento policial, durante la jornada del 17 de junio de 2010. Ese accionar causó, según la fiscalía, las muertes de Cárdenas y Carrasco y los heridos.

De acuerdo a la acusación fiscal, los tres exjefes optaron por viajar a El Bolsón ese día en lugar de quedarse en Bariloche a supervisar e impartir directivas al personal policial.

No están acusados de ser los autores de los homicidios de Cárdenas y Carrasco. Ninguno de los fiscales que pasaron por la investigación y exjueces de Instrucción pudieron determinar quién efectuó el tiro que mató a Cárdenas y a Carrasco.

Por eso, los policías Víctor Darío Pil, Marcos Rubén Epuñan y Víctor Hugo Sobarzo serán juzgados por el delito de homicidio en riña de Cárdenas. Mientras que los comisarios Fidel Veroiza y Jorge Carrizo fueron imputados por homicidio culposo.

El juez penal Marcelo Barrutia presidirá el tribunal, que se completa con los jueces subrogantes Emilio Riat (camarista civil) y Juan Lagomarsino (camarista laboral).

Al principio se había anunciado que desfilarían unos 200 testigos por el juicio, pero el listado se depuró y el fiscal jefe Martín Lozada informó que redujeron la lista a 60.

Entre esos testigos debe comparecer el exgobernador radical Miguel Saiz, porque los hechos investigados ocurrieron durante su gestión.

También fueron citados el exministro de Gobierno Diego Larreguy, el exintendente Cascón, y el director del grupo de física forense del Centro Atómico Guillermo Pregliasco.

Lozada dijo que las declaraciones de los testigos demandarán 10 días de audiencias.

Después, será el turno de los alegatos de las partes para luego escuchar el fallo.

Karina Riquelme: “Logré llevarlos a juicio”

La tarde del 17 de junio de 2010 quedó grabada a fuego en la memoria de Karina Riquelme. Nunca imaginó que en unos minutos iba a perder a la persona que amaba. “Esa tarde se revive todos los años. No te olvidás jamás. Aprendés a vivir con eso, pero no se olvida”, sostuvo. Un proyectil de plomo mató esa tarde a su esposo, Sergio Cárdenas. Desde ese momento, Karina comenzó una pelea que nunca dio por perdida. “Mi lucha era llevarlos (a los imputados) a juicio y eso se logró. Se lo prometí a mis hijos y a mí misma”, aseguró.

Mía tenía un año cuando su padre fue asesinado. Agustín, 5. Hoy, la nena tiene 9 y su hermano 13. “ Siempre soñé con este momento, de tenerlos sentados frente a mí y llegó ese día”, sostuvo Karina.

Carmen Curaqueo: “Siempre lo espero, pienso que va a aparecer”

En las fotografías que hay en el comedor de Carmen Curaqueo se ve a su hijo, Nicolás Carrasco, sonriente. El chico transmite una alegría, que contagia al observar las imágenes. “Yo siempre lo espero, pienso que va a aparecer”, contó su madre. La mujer sueña con volver el tiempo atrás y recuperar a su hijo. “Porque me siento incompleta”, explicó.

Pasaron 8 años desde aquella tarde del 17 de junio de 2010, cuando dos proyectiles de plomo, que salieron de armas policiales, le quitaron la vida a su hijo, que cayó herido de muerte en la calle Sargento Ossés, entre Elordi y Onelli, en el barrio 169 Viviendas. Tenía apenas 16 años.

La muerte de “Nino”, como le decían en su casa, rompió una familia. Destruyó sueños. “Nino quería ser futbolista”, rememoró. “Era mi bebé”, añadió Carmen. El dolor se percibe en su rostro, cansado.

El 19 de octubre es el cumpleaños de Nino. Ese día, su madre y sus hermanos estarán en el juicio a los policías acusados de haber causado con su accionar negligente la muerte del chico.

También será otro Día de la Madre sin “Nino”. Carmen aseguró que esas fechas son los momentos más difíciles que vive cada año.

En estos ocho años, la madre de “Nino” tuvo que soportar demasiado dolor. También indiferencia. “Las marchas siempre fueron muy difíciles para mí”, explicó. “Causaba mucho dolor como la gente te daba la espalda”, recordó.

Aún no puede entender a los miles de barilochenses que salieron horas después de que asesinaran a su hijo, Sergio Cárdenas y Diego Bonefoi, a marchar a favor de la Policía de Río Negro.

“Cada vez que iba a una marcha para reclamar justicia me sentía humillada. Era como que andaba pidiendo una limosna”, reconoció Carmen. “Y éramos poquitos”, señaló.

“Cada aniversario del 17 de junio me siento como apaleada”, admitió. “

Contó que sus hijos Ricardo, Gabi y “Ni no” eran muy unidos. Por eso, quedaron con tanta bronca contra la Policía tras la muerte de su hermano. “Recién ahora son más conscientes”, comentó Carmen, que mañana asistirá al inicio del juicio. Tiene la esperanza de encontrar un poco de paz.

Carmen Curaqueo, mamá de Nicolás Carrasco, aguarda el juicio.
Alfredo Leiva

Cronología del caso

17 de junio 2010:

ocurren los crímenes de Cárdenas y Carrasco.

Junio de 2011:

la causa cae en el despacho del juez Miguel Gaimaro Pozzi.

Septiembre de 2014:

el juez Calcagno procesó a cinco policías.

Diciembre 2014:

el fiscal Campana imputó a Cufré, Villanova y Hermosa.

2 de junio 2016:

Calcagno procesó a Cufré, Villanova y Hermosa.

9 de mayo 2017:

Calcagno elevó a juicio la causa Cárdenas Carrasco II


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