Transfemicidio de Azul en Neuquén: las claves de la causa y los cuatro puntos geográficos de interés
Con la confirmación de la identidad, la causa ahora quedó en manos de otra fiscal y se enfoca en los últimos contactos telefónicos que tuvo la mujer antes de su desaparición. Los detalles.
La confirmación llegó en los primeros minutos del jueves por parte del Ministerio Público Fiscal (MPF) y puso fin a la incertidumbre. El cuerpo hallado atado y envuelto en un colchón inflable dentro de un canal en el oeste de Neuquén, era el de Azul María Natasha Semeñenko, la mujer trans de 49 años desaparecida desde el 25 de septiembre.
El hallazgo se produjo el martes, cuando una pareja que paseaba a sus perros en un sector poco transitado de Valentina Norte Rural encontró el cuerpo en avanzado estado de descomposición.
La causa sigue su curso como transfemicidio y quedó a cargo de la fiscal Guadalupe Inaudi, quien tiene la tarea de identificar a el o los responsables de un crimen que presenta signos de violencia extrema.

La identificación y el trabajo forense
El cuerpo de Azul fue trasladado a la morgue judicial, donde los especialistas trabajaron en condiciones complejas debido al deterioro del cadáver.
Según trascendió, el cuerpo estuvo parcialmente sumergido, expuesto a animales y a varios días de altas temperaturas, lo que aceleró la descomposición y dificultó la identificación. Finalmente, los peritos lograron confirmar su identidad mediante el cotejo de huellas dactilares.
En la necropsia se estableció que Semeñenko murió a causa de múltiples heridas punzocortantes en el tórax y brazos, además de presentar fracturas en el rostro.
Diario RÍO NEGRO pudo confirmar que se ordenó un estudio entomológico en la ciudad de Roca, con el objetivo de analizar los insectos hallados en el cuerpo y establecer la fecha y el lugar de la muerte.
Un par de medias, el primer indicio que conectó con Azul
Antes de la confirmación oficial, algunos elementos del hallazgo ya habían orientado la investigación hacia Semeñenko. Entre ellos, la vestimenta que llevaba puesta al momento de ser asesinada.
El detalle más revelador fue un par de medias ¾ con líneas rosas y negras, idénticas a las que Azul había mostrado en una foto publicada en sus redes sociales el 13 de septiembre, once días antes de ser vista por última vez (foto que acompaña este párrafo).

Esa imagen, compartida en su estado de WhatsApp, fue un dato clave para los investigadores y para las compañeras de Azul del Centro de Atención a las Víctimas, organismo dependiente del Estado provincial, quienes reconocieron las prendas.
Una vida reservada y los primeros aportes
Azul llevaba una vida social discreta. En las primeras semanas de búsqueda, la Policía obtuvo información principalmente de sus compañeros de trabajo, quienes aportaron datos sobre sus rutinas y horarios.
Con el correr de los días, amigas y allegadas ampliaron detalles sobre su entorno y las actividades que realizaba en el ámbito privado.
Las últimas llamadas y mensajes
Por el momento, no hay detenidos ni demorados en la causa. Los investigadores analizan los últimos contactos telefónicos de la víctima y trabajan sobre dos interrogantes principales: con quién habló por última vez y de dónde provinieron sus últimos mensajes.
La última activación del teléfono de Azul se registró el 25 de septiembre a las 4:34, y fue captada por dos antenas del barrio Confluencia, con dirección hacia el río Limay.
Los peritos intentan determinar si el aparato fue arrojado en la zona ribereña para desviar la atención policial.
Los cuatro puntos geográficos claves del caso
Una reconstrucción realizada por este diario permitió identificar cuatro puntos geográficos centrales en torno al caso Semeñenko.
El cuerpo fue hallado en un canal ubicado cerca del cruce de Trenque Lauquen y Pergamino, a poca distancia de la vivienda donde Azul había residido hasta hace unas semanas, sobre Rafael Arrieta 7385, en el barrio Almafuerte (sector Hipódromo).
Otro dato relevante es el domicilio en el que se había mudado recientemente, en Coronel Belisle 2177, también en el barrio Confluencia, el mismo sector en el que los radares marcaron la última señal de su teléfono celular, entre las calles Paimún, Chocón, Tronador y la península Hiroki.
Las tareas de investigación continúan en la zona, mientras la fiscalía avanza con las pericias para determinar cómo y cuándo fue asesinada Azul Semeñenko, y quiénes estuvieron involucrados en su muerte.

La confirmación llegó en los primeros minutos del jueves por parte del Ministerio Público Fiscal (MPF) y puso fin a la incertidumbre. El cuerpo hallado atado y envuelto en un colchón inflable dentro de un canal en el oeste de Neuquén, era el de Azul María Natasha Semeñenko, la mujer trans de 49 años desaparecida desde el 25 de septiembre.
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