El MPN y una respuesta política al kirchnerismo: quiere que el gasoducto se llame Felipe Sapag

El bloque de diputados, junto a sus bancas aliadas, presentó un pedido al gobierno nacional, a cuatro días del lanzamiento en Loma Campana. Lo llamativo: el exgobernador fue un abanderado de la campaña "no al caño", a fines de los 80.

A menos de una semana del lanzamiento del gasoducto Néstor Kirchner en Loma Campana, los diputados del Movimiento Popular Neuquino y sus bancas aliadas presentaron un proyecto para cambiar el nombre a la obra. La propuesta busca denominarlo «gobernador Felipe Sapag», bajo el argumento de que el expresidente santacruceño fue uno de los que apoyó «abiertamente la privatización de YPF en los años 90» generando «zozobra» en buena parte del pueblo de la provincia.

El proyecto llama la atención porque aparece luego de que el propio gobernador Omar Gutiérrez compartiera el acto con el presidente Alberto Fernández donde se defendió que «con toda justicia» el nuevo ducto lleve el nombre de Kirchner.

El texto ingresado ayer a la tarde en la Legislatura, en cambio, vierte fuertes argumentos en contra del expresidente, del gobierno nacional y hasta cuestiona el sacrificio que demanda la industria hidrocarburífera para los trabajadores.

«¿Por qué tenemos que aceptar silenciosamente que el gobierno nacional monopolice ideológicamente una obra que transporta nuestros recursos naturales? ¿Es justo que el gasoducto troncal que se está anunciando con bombos y platillos lleve el nombre del ex presidente Néstor Kirchner?», argumentaron los legisladores.

Plantearon que «el corazón desde donde se bombea el gas y el petróleo que hace girar la rueda que mueve al país está en Neuquén» y que «son familias neuquinas las que se sacrifican en la industria del oil & gas, sometidas a largas jornadas en zonas de clima hostil».

«En cambio, el gobierno nacional que hoy quiere sacar rédito de una obra elemental, es el responsable de los cerca de 13 mil millones de dólares que debemos pagar este año para importar energía en un contexto de extrema debilidad financiera, por no haber concretado con anterioridad la licitación del citado gasoducto», añadieron.

«Tal vez por subestimar la capacidad y la eficiencia productiva de los neuquinos, o tal vez producto de la distracción generada por los estériles cabildeos políticos a los que los partidos nacionales ya lamentablemente nos tienen acostumbrados, tanto al exterior, como al interior de sus propias fuerzas», criticaron.

El texto lleva las firmas de los nueve diputados del MPN: Maximiliano Caparroz, María Laura Du Plessis, Lorena Abdala, Germán Chapino, Ludmila Gaitán, Liliana Murisi, José Ortuño López, Javier Rivero y María Fernanda Villone. También de sus aliados Francisco Rols (FRIN), Andrés Peressini (Siempre), Fernando Gallia (Nuevo Neuquén), Carlos Sánchez (Unión Popular) y Carina Riccomini (Juntos).

En el proyecto también agregaron que «sin dudas hay que reconocerle numerosos méritos al ex presidente Nestor Kirchner, cuya gestión contribuyó al desendeudamiento y al progreso nacional durante algunos años», pero pidieron no olvidar «que fue también Néstor Kirchner quien apoyó abiertamente la privatización de YPF en los años 90, decisión que tanta zozobra nos ha generado, especialmente a los neuquinos que perdieron sus trabajos y a las finanzas provinciales que se vieron empobrecidas».

«Si de reconocer una figura nacional para bautizar el gasoducto se tratara, podríamos pensar por ejemplo en honrar al Ingeniero Enrique Mosconi, ideólogo de YPF. Sin embargo, con el perdón de la memoria de Mosconi, el progreso energético nacional tiene un carácter sumamente federal, y cuando hablamos de federalismo y defensa indeclinable de los recursos de Neuquinos, la primer figura que se nos viene a la mente, es la de Don Felipe Sapag», concluyeron.

Sapag y la campaña del «no al caño»


La presentación tardía de un proyecto para cambiarle el nombre al gasoducto que, en su primer tramo, unirá Tratayén (Neuquén) con Salliqueló (Buenos Aires) se interpreta más como una devolución de gentilezas al kirchnerismo por el acto montado el jueves en Loma Campana que a un fundamento genuino para denominarlo Felipe Sapag.

Fue el exgobernador, después de todo, quien se subió a la campaña del «no al caño» en 1986 para impedir que el nuevo tendido del gasoducto Neuba atravesara la frontera de la provincia para llevar el gas de Loma La Lata a Bahía Blanca. El argumento por entonces, que cada tanto recicla el oficialismo provincial y otros dirigentes de la oposición, era que tenía que hacerse la separación en origen «de los componentes ricos de gas» para desarrollar un polo petroquímico, en lugar de enviarlo crudo.

Si bien finalmente hubo una marcha atrás desde aquella decisión de Felipe, cabe preguntarse: ¿Por qué ponerle su nombre a un gasoducto que servirá para lo mismo que en su momento criticó?

El MPN es celoso de su épica petrolera, tiene sus propias vacas sagradas y seguramente le molestó que el acto de la semana pasada solo se ocupara de celebrar la decisión «valiente» de la expresidenta Cristina Fernández de expropiar la mayoría accionaria de YPF, se mencionara el «corazón radical» de la petrolera y hasta se destacara al diputado Máximo Kirchner por haber presentado la ley de aporte de las grandes fortunas que financiará parte de la obra.


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