El reclamo de inquilinos por el drama de los alquileres en Bariloche no encuentra respuestas

Autoconvocados se manifestaron con un acampe semanas atrás. Reclaman una intervención del Estado y piden que sea urgente, antes de la temporada de verano.

El reclamo creciente de los inquilinos de Bariloche que perdieron sus viviendas o están a punto de perderlas por la escasez de oferta de alquileres no encontró ningún eco en el gobierno municipal, a pesar de las movilizaciones que realizaron días atrás, en pleno Centro Cívico.

Un grupo de alrededor de 20 “autoconvocados“ realizaron una acampe durante la feria Bariloche a la Carta para visibilizar la situación generada por el retiro de viviendas de alquiler permanente para destinarlas al mercado turístico, con el consiguiente aumento de valores en las pocas que quedan.

Emiliano Guenin, el vocero del grupo, aseguró que la crisis “se agrava día a tras día, y no hay soluciones inmediatas”. En la protesta de hace diez días se presentaron con petitorios ante el Concejo y el Ejecutivo municipal, pero las respuestas fueron magras.

RÍO NEGRO consultó a la presidenta del Instituto Municipal de Tierras y Viviendas, Paula Meira, quien dijo que no le había llegado ninguna presentación puntual. Igual admitió que ese organismo carece de una política específica para resolver la escasez de alquileres. “En este momento no tenemos nada”, aseguró.

Para las familias en situación apremiante la única propuesta es inscribirse en el listado del Instituto a la espera de un lote social, aunque el municipio hoy no tiene tampoco terrenos desocupados para atender emergencias. “Sabemos que el problema está agravado por la situación de la ciudad, por supuesto”, dijo Meira. Pero la capacidad de ofrecer alternativas, según dio a entender, tendría una envergadura que excede al municipio.

Los autoconvocados se quejaron por “la desregulación absoluta del mercado inmobiliario” y dijeron que hace falta “una rápida intervención” de las autoridades antes del verano, cuando se precipitarían muchos desalojos, ante la decisión de los propietarios de volcar sus viviendas al alquiler turístico. La única reunión que consiguieron hasta ahora fue con el concejal opositor Pablo Chamatrópulos, quien los informó sobre un proyecto de ordenanza de su autoría.


Los inquilinos buscan soluciones del Estado


Guenin dijo que no culpan a los dueños de casas y departamentos porque en temporada alta pueden obtener con el alquiler turístico en cuatro o cinco días lo mismo que un inquilino permanente les paga por mes. “Es lógico, pero lo que hace falta acá son decisiones de política pública”, reclamó.

Propuso por ejemplo que el municipio controle con mayor rigor a los inmuebles de alquiler turístico, para que todos tengan habilitación y paguen los derechos correspondientes, y además, sugirió, “podría haber incentivos en las tasas para quienes mantengan los alquileres con contrato permanente”.

Señaló el contrasentido de reclamar y promover la expansión de universidades públicas, con más carreras en la ciudad, cuando no existe cómo garantizar vivienda accesible para los estudiantes que se radicarían atraídos por esa oferta.

Guenin se quejó de quienes dejan todo librado al mercado y ante la zozobra de los inquilinos que se quedan sin casa les dicen como toda opción “que se vayan de Bariloche”. Dijo que tal vez es lo que termina por ocurrir con muchas personas recién llegadas, pero en su caso tiene más de 20 años afincado en la ciudad y no podría mudarse solo por la crisis de alquileres.

Señaló que a su entender el Estado debería tener hogares de emergencia -como los que existen para las víctimas de violencia de género- destinados a alojar aunque sea por pocos días a las familias que son empujadas a dejar su vivienda y no tienen alternativa. “Es cuestión de ver, hay muchos edificios abandonados”, refirió.

Sobre el proyecto del concejal Pablo Chamatrópulos, dijo que apunta a facilitar los trámites municipales para la construcción de 5.000 casas por iniciativa privada pero entendió que “es una solución para el mediano y largo plazo”, cuando la urgencia es ahora. Según constancias recogidas por los autoconvocados, hay al menos 60 familias que se quedarían en la calle de acá a fin de año porque caducan sus alquileres y no tienen adonde mudarse, pero están seguros de que los casos reales “son muchos más”.


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