La caída de Kulfas y otra posible corrupción a investigar

Se va el ministro más albertista. Fue un día después del nuevo reto de la "lapicera" de la Vicepresidenta al Presidente en el acto de YPF. Pero sale con una denuncia grave.

La lapicera es de Cristina. Lo dejó en claro la Vicepresidenta cuando humilló nuevamente al Presidente el viernes, en el acto de los 100 años de YPF, y le subrayó elípticamente que debía obedecerse de una vez su doctrina y desbrozar a los “funcionarios que no funcionan”.

No había lugar para gestos de emancipación, como osó hacer Alberto en medio de la “pelea” con su mentora, al empoderar semanas atrás al titular de Economía Martín Guzmán y animarse -él y algunos de sus ministros- a discursos y acciones más envalentonadas. Cuando el presidente comprendió que su audacia caía en saco roto, volvió al terreno del tono obsecuente hacia Cristina.

Ayer finalmente -y tras el tuit de la Vice precisamente- entregó al ministro más albertista, Matías Kulfas, sostenedor del Grupo Callao y el que siempre confió en Alberto cuando nadie daba dos centavos por él.

Su renuncia es una severa amputación de la figura presidencial.

No será, de todas formas, la de Kulfas una salida gratuita para el ala dura del oficialismo. En el “off” divulgado por su ministerio a dos grandes diarios, se denunció que se armó una licitación del gasoducto Néstor Kirchner desde Vaca Muerta, para direccionarla hacia la empresa Techint (en chapa) y a una importadora (en válvulas) por parte de funcionarios que responden a Cristina.

Dicho en otras palabras: en la pelea interna del Frente de Todos podría esconderse una corrupción. Otra más. A investigar entonces.


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