La grave crisis policial de Río Negro contada desde adentro

Varios efectivos relataron las falencias estructurales que tiene la fuerza. Aseguran que no hay recursos, infraestructura, ni gestión. Los salarios no alcanzan, los recursos no llegan y la sensación de inseguridad se expande en la provincia.

“Destruida” y “pobre” son dos significantes que revoletean el aura de la fuerza policial de Río Negro. El primero salió de la boca del propio gobernador electo Alberto Wereteilneck, el segundo de la mayoría de los miembros de la fuerza consultados para este informe. Los salarios no alcanzan, los recursos no llegan y el efecto más claro se percibe en la sociedad: el descreimiento en uno de los pilares de la sociedad.

Hace algunas semanas, comerciantes de Cipolletti fueron directamente a la Regional Quinta a pedir explicaciones por la falta de acción contra la ola de robos que escaló fuertemente en los últimos meses.


Pero el escenario se repite en casi todo el territorio. Hace tiempo la policía de Río Negro naufraga en una grave crisis institucional que impacta directamente en el incremento delictivo que atraviesa la provincia. La consecuencia directa es la pérdida de confianza de la sociedad en la institución y el aumento de la sensación de inseguridad. Los propios efectivos reconocen que el contexto genera un disenso generalizado.


La deslucida imagen de la policía responde a varios factores: entre ellas la falta de recursos y de gestión tanto del gobierno como de la jefatura policial. Incluso fue uno de los chispazos entre Weretilneck y la mandataria actual Arabela Carreras en el proceso de transición.


Antes de las elecciones provinciales de abril, sobrevolaba la sensación de que Alto Valle iba estar en la mirada de todos los dirigentes. El polo político que implica Cipolletti, sobre todo porque es uno de los semilleros de los máximos dirigentes, se coló en los despachos de los fiscales jefes, que son los que deciden qué tipo de delitos persiguen y cuáles no.


En ese momento, el Procurador Jorge Crespo terminó con su centralidad en Viedma y se mudó a Roca para seguir de cerca lo que ocurría en el Alto Valle. Desde entonces, las estadísticas criminales crecieron.


Puertas adentro la crisis es más grave de lo que parece: comisarías sin luz, sin gas, y hasta con riesgo de derrumbe como ocurre en una unidad de Cinco Saltos. Semanas atrás se viralizó en Cipolletti una foto de la comisaría 24 que evidenciaba que los propios agentes debían hacerse cargo del servicio de internet.

En Catriel un policía que salvó la vida de una bebé tuvo que pedirle a una persona ajena a la institución el vehículo para acudir al rescate. No tenían móviles a disposición. «Ya es común utilizar el auto propio para trabajar», aseguran. En una ciudad del Alto Valle los vecinos hicieron una colecta para pagar el arreglo de un auto de la policía: 70 mil pesos costaba la reparación.


Mientras tanto, todos los casos de la Cuarta Circunscripción en los que se utilizó un vehículo para cometer un delito son decomisados para el Ministerio de Seguridad. Es un criterio unánime que utilizan los jueces y las juezas con el objetivo de aportar insumos a la derruida institución policial. Sin embargo, no se sabe quién utiliza las costosas camionetas secuestradas por ejemplo al clan Montecino.

Criminalística de Cipolletti se mueve en una lujosa Jeep Renegade. En esa camioneta fueron al departamento en el que se produjo el femicidio de la joven estudiante de medicina Agustina Fernández, pero sin guantes de látex y con dos oficiales inexpertos que hicieron de la escena del crimen una pasarela.

El abastecimiento de municiones es otro reclamo. Los uniformados práctican poco con sus armas.

Crisis policial de Río Negro: Chalecos vencidos, ropa vieja


No es todo, hay más: mucho más. Un policía de Cipolletti aseguró que usa un chaleco que está vencido hace más de 10 años. Le confirmó a Río Negro que es común, que la mayoría patrulla la ciudad en esa situación. Casi todos los chalecos que utiliza la fuerza son un decorado, no resisten un disparo.


La ropa es otro asterisco en la larga lista de reclamos. «Si te fijás, la mayoría de los policías tienen las camperas gastadas porque no se pueden comprar nuevas. Tenés un ítems en negro en el sueldo para los uniformes, pero no alcanza para nada. Incluso en Bariloche ni siquiera tienen ropa térmica«,contó otra agente del Alto Valle Oeste. Explicó que cuando llegan a la fuerza les dan un uniforme y luego ellos deben mantenerlo y repararlo. Actualmente ese monto ronda los 10 mil pesos mensuales.


Todos los policías consultados coinciden que la ropa que entrega la policía nunca es la adecuada. «No sé para qué piden talles si después te dan lo que quieren, tenemos que estar cambiando la ropa entre nosotros», explicó otro cabo de la zona del Alto Valle Este.

Crisis policial de Río Negro: Salarios bajos


Claro que la cuestión salarial es la central. El ingreso a la fuerza está por debajo de la canasta básica familiar. «Un aspirante debe andar en los 200 mil pesos. No te alcanza para vivir, por eso estamos todo el tiempo haciendo adicionales, pero para eso perdemos mucho tiempo de descanso. Pasamos semanas sin poder tener francos para llegar a fin de mes», detalló un policía de Roca.


El ministerio de Seguridad de Río Negro facilitó a este medio la escala salarial de la fuerza. Se trata de los sueldos básicos sin tener en cuenta varios ítems importantes para el salario final de bolsillo como antigüedad, asignaciones familiares y estudios entre otros. Pero sirve de referencia sobre los ingresos de los miembros del organismo.


El salario más bajo (agente de tropa) fue de 160 mil pesos sin vivienda y 180 con vivienda actualizado a julio. Un cabo primero está por debajo de los 200 mil pesos y un sargento primero ronda entre 230 y 275 mil pesos de bolsillo. En la cima de la pirámide salarial está el comisario general que percibe un salario de 726 mil pesos (con vivienda) y 620 sin vivienda.

Crisis policial de Río Negro: La formación


La formación en las escuelas de cadetes también es otro aspecto que cuestionan los propios policías. Aseguran que no salen preparados especialmente en la parte jurídica. «Agarra a cualquier cadete egresado y pregúntale sobre el Código Contravencional, o el Código Procesal Penal, no tienen idea. Salimos a la calle con mucho desconocimiento. Por eso muchas veces callamos, porque no sabemos», contó una sargenta de la provincia.


En Cipolletti en 2021 la policía detuvo a una joven que transportaba un cigarrillo de marihuana a pesar que mostró que tenía el permiso de Reprocann. Un claro ejemplo de la falta de instrucción y capacitación a la fuerza policial.


En ese escenario la policía se las arregla como puede. El enorme estrés que implica estar expuestos en una sociedad cada vez más hostil, a crisis económica, el descreimiento y el reclamo de muchos sectores que piden mano dura llevan a que los agentes de la calle pongan una y otra mejilla.


En medio, la puja política entre la actual gobernadora Arabella Carrera quién difundió un enorme listado de beneficios para la institución policial. Weretilneck, que comandó la institución por ocho años, lanzó llamativas declaraciones contra una fuerza que se formó a su calor político. Y la ministra de Justicia Betiana Minor defiende su gestión con algunas buenas estadísticas.


El único punto a favor de la policía es que el delito se ha pauperizado al igual que la institución. Salvo la banda de José Forno, que llegó a acumular 19 hechos, no hubo en la historia de Río Negro ningún otro grupo criminal que despistara el ya desgastado olfato policial.


El de Forno se trató del juicio más largo de la historia de la provincia con 40 audiencias y la declaración de 144 testigos. Los principales involucrados de la banda cumplen penas de 33 y 31 años de prisión. Asaltaban a familias adineradas de la región y entraban a las empresas mediante boquetes.

Weretilneck «muy preocupado» con la crisis policial

El gobernador electo Alberto Weretilneck volvió a referirse a la crisis que afronta la policía de Río Negro y aseguró que será, junto a educación, el tema central en el primer semestre de su gestión.

En declaraciones a Canal 10 el senador dijo que le preocupa la situación de inseguridad y el nivel de «angustia» que se percibe en la sociedad. Reconoció que el escenario es muy crítico y que junto a educación son los temas centrales que abordará desde el 10 de diciembre.

«Son las dos áreas más destruidas hoy en el Estado provincial. Son los temas centrales que vamos a ocupar al menos hasta abril/mayo -2024-. Después en adelante seguiremos con todo el plan de gobierno», manifestó. El exmandatario reconoció que la crisis de las esferas públicas retrasarán el plan de acción que tenía previsto para el inicio de su gestión.

«Me preocupa mucho la situación de la policía, la situación de la seguridad en todo el territorio provincial. Me parece que esto debe llevar los principales esfuerzos de los primeros 90 a 100 días de gobierno».
La semana pasada Weretilneck ya había mencionado la crisis de la fuerza de seguridad y que era necesario «empezar de nuevo» y reconoció que la situación «es muy delicada». Es la misma visión que tienen los propios miembros de la policía que este año llevaron adelante varios reclamos históricos. 

Para el municipio la Comisaría 43 de Cinco Saltos es peligrosa y recomienda demolerla.

El lapidario informe de una comisaría de Cinco Saltos

La Comisaría 43 de Cinco Saltos es un caso testigo de la crisis que atraviesa la fuerza. Un informe de principios de año del municipio local recomendó demoler el edificio. No sólo por las falencias estructurales, sino porque los arreglos serían provisorios y la vida útil de la estructura era corta. Además el documento describe los riesgos que implicaba para el personal y las personas que asisten a la unidad.


«La comisaría en líneas generales y por lo expuesto no presenta ningún espacio apto para la realización de sus tareas, ya sea por los ambientes tóxicos por humedad, por las conexiones peligrosas a cortocircuitos, estructuras sin terminar, cielorrasos por colapsar y muros muy débiles», fue parte del informe que firmó la arquitecta Telma Devegili. Al final sugiere la demolición del edificio.

Desde la jefatura igualmente decidieron iniciar una serie de obras para mejorar la situación edilicia. Según explicaron se están realizando varias obras desde la colocación de membrana liquida en los techos, hasta la remodelación para inaugurar una oficina de servicio. Río Negro recorrió la unidad que se encuentra visiblemente en mejores condiciones.


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