La maldición de las grandes obras de Bariloche: empresas fallidas, demoras, nuevas licitaciones
Calle Mitre es el emblema, la rompieron cuatro veces y hubo dos licitaciones para terminarla en 4 años. Hay otras tres licitaciones que siguen en curso luego de contratiempos.
La calle Mitre de Bariloche se rompió cuatro veces en el largo plazo de la obra de remodelación. Archivo
Una especie de maldición persigue a las obras públicas de gran envergadura en Bariloche, que invariablemente incumplen los plazos y generan enojos de variado tipo, producto de contratiempos y replanteos que se encadenan a lo largo de los años y que ya parece constituir una regla, antes que una excepción.
La saga incluye a la ambiciosa ampliación del hospital zonal (todavía en plena ejecución), la nueva terminal de ómnibus, la reconversión de la calle Mitre y el colector cloacal costanero, entre otras.
La Mitre es la principal calle comercial de la ciudad y entre 2015 y 2019 lució zanjas, vallas y escombros en sus primeras siete cuadras, en un proceso que resultó una pesadilla para los frentistas y también para los peatones.
La primera empresa ejecutora fue Planobra SA, que se declaró en quiebra en 2017. Hubo que licitar otra vez y los trabajos los completó la firma Insersan SA. La inverosímil cronología incluyó la colocación de adoquines, su demostrada inutilidad, su posterior levantamiento, la colocación de una calzada de hormigón que tampoco satisfizo y su demolición para colocar otro hormigón de mayor densidad. También hubo marchas y contramarchas con los bolardos, faroles, zanjeos y obras complementarias.
La ampliación del hospital Ramón Carrillo en su segunda etapa fue licitada en 2011 y la ganadora fue la empresa Dal Construcciones SA. Los avances fueron lentísimos hasta que en 2018 la provincia le rescindió el contrato, luego de comprobar que había serias fallas en las losas.
El gobierno de Arabela Carreras llamó a una nueva licitación, en este caso con recursos propios, porque en el camino se perdió el financiamiento del BID. Ganó la compulsa Mocciola SA, que está en la etapa final de la megaobra de 11.600 metros cuadrados. Carreras dijo hace pocos días que quiere inaugurarla antes de dejar el cargo, el 10 de diciembre.
La terminal de ómnibus que se construye en Esandi y Circunvalación es una obra señalada como necesidad excluyente para la ciudad desde hace al menos 20 años. En 2016 el entonces gobernador Alberto Weretilneck dijo que lo pondría como condición, a modo de canon, para la renovación de la concesión del casino con Entretenimientos Patagonia SA.
Pero pasaron los años y ese proyecto nunca avanzó. Entretenimientos Patagonia perdió en 2020 el contrato del juego y fue reemplazada por Casino Club Río Negro, a la que se le impuso también como cargo la construcción de la terminal, valuada en 4,2 millones de dólares. Luego de varias idas y vueltas la construcción comenzó en mayo de 2022 y como el aporte del casino se demostró insuficiente, se reforzaría con fondos extra comprometidos por parte de Nación.
El colector costanero es una obra complementaria del segundo módulo de la planta depuradora y debían ejecutarse en simultáneo, pero nada resultó de acuerdo a lo esperado. La nueva planta de tratamiento cloacal estuvo a cargo de la firma Codam SA y fue inaugurada por Alberto Fernández en diciembre de 2020, en un acto donde reinaron los barbijos.
El colector, en cambio, fue licitado en 2016 con un presupuesto de 200 millones de pesos y la ganadora fue CPC SA, del empresario Cristóbal López, que solo llegó a colocar un cartel pero nunca inició los trabajos. En abril de 2018 le rescindieron el contrato, hubo una nueva licitación y la ganó Ecosur Bahía SA.
La obra empezó a fines de 2019, con tres años de demora. Tenía un plazo estimado de ejecución de 18 meses, que tampoco se cumplió. Recién hace pocas semanas fue entregada por la contratista y está en período de prueba final.
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