Prohíben el ingreso de más presos al Penal de Bariloche
Desde el Ministerio de Seguridad aclararon que todos los servicios se están prestando a los internos y que la medida es transitoria.
Desde hace dos años que los defensores oficiales de Bariloche reclaman mejores condiciones de detención para las personas alojadas en el penal de la ciudad. Foto de archivo de Marcelo Martínez
El subdirector del Servicio Penitenciario Provincial Juan Acuña prohibió nuevos ingresos de internos en el Penal 3 de Bariloche. La nota con esta disposición fue entregada ayer al Juzgado de Ejecución, las Defensorías Penales y la Oficina Judicial.
La restricción surge tras un pedido de reunión urgente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos con el Procurador Jorge Crespo para abordar la problemática de la sobrepoblación carcelaria. Hoy, la cárcel de Bariloche alberga 162 internos, cuando la capacidad máxima es de 94. Además se conoció que, en los últimos días, un detenido sufrió heridas de arma blanca y otro fue víctima de un abuso sexual.
Tiempo atrás, también las defensas públicas presentaron dos hábeas corpus vinculados a las condiciones de las celdas de los internos.
«Atento a que el establecimiento Penal 3 ha excedido considerablemente su capacidad de alojamiento, desde esta Dirección General se le informa que preventivamente queda prohibido el ingreso de detenidos a esa unidad hasta contar nuevamente con cupos, garantizando de esta forma la seguridad, la salubridad y las condiciones mínimas de detención para la población carcelaria», especifica Acuña.
Fuentes del Ministerio de Seguridad de Río Negro indicaron que debe hablarse de sobrepoblación, pero no de hacinamiento en tanto «todos los servicios se están brindando y ninguno está resentido». «Esta es una medida transitoria», señalaron.
Al solicitar el encuentro con Crespo, el integrante de la APDH Rubén Marigo reconoció que el número de internos sube y baja constantemente y que, ante cada reclamo por la sobrepoblación, se bloquean los ingresos y se generan traslados de internos, aunque esa «no es la solución» ya que «se los desarraiga de su lugar».
«Las celdas no tienen lugar: donde deberían haber ocho personas hay 12 o 13. Necesitan tener un lugar ventilado, con baño y acceso al agua fría y caliente. Todo esto hace al hacinamiento de las personas. No tienen posibilidad de salir al recreo, tomar una hora de sol por día, ni tener una buena capacitación para reinsertarse socialmente», señaló Marigo.
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